Mostrando entradas con la etiqueta papisa Juana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta papisa Juana. Mostrar todas las entradas

jueves, 7 de septiembre de 2017

El mito del examen genital de los papas


Tras las vacaciones veraniegas (aquí en el hemisferio occidental) volvemos a poner manos a la obra en nuestro blog. Durante los meses pasados he estado absorbido por otras tareas y especialmente por los últimos retoques a mi edición sinóptica de las memorias del rey Jaime I en la parte referida a la conquista de Valencia, es decir el texto catalán (el Llibre del Fets, c. 127-289) y la traducción latina de Marsili (el Liber Gestorum, III, 1-41), que espero publicar muy pronto.
Sin embargo durante este tiempo mi mente siempre ha tenido un ojo puesto en posibles temas para publicar en nuestro blog de latín. Casualmente tropecé con una publicación en Internet en la que abordaban el tema de la “sedes stercoraria” y el supuesto examen de los genitales a los que se sometía a los futuros pontífices. Aunque esta fábula forjada a finales del s. XIII no la toma en serio ningún estudioso, sin embargo sigue divulgándose por algunos blogueros que unen la audacia a su ignorancia.

Plano del actual conjunto de edificios del Laterano, que fue el centro del poder papal antes de ser desplazado por el Vaticano. Captura de pantalla de Google Maps.

Según esta fábula los elegidos al pontificado debían someterse a un examen genital para verificar que eran varones (y evitar que volviese a ocurrir el caso de la papisa Juana). Como toda buena fábula tiene un objeto o hecho real y verificable que sirve para darle un aura de veracidad: en este caso se trata de un par de tronos con un gran agujero en el asiento, los cuales se hallaban en el palacio papal Lateranense y que se usaban durante la ceremonia de entronización papal.
Antes de entrar a examinar los textos más antiguos que recogen esta leyenda hay que aclarar algunas nociones previas:
1) Las ceremonias de elección y consagración del sumo pontífice han ido variando a lo largo de los siglos. En los primeros siglos la ceremonia poco se debió diferenciar de la elección y consagración de cualquier obispo. A lo largo de los siglos IV al VII se fue afianzando el poder temporal de los papas, que en el s. VIII alcanzaron plena autonomía del control bizantino: a partir de entonces se asienta la idea que el papa no solo tiene autoridad espiritual sino que es señor temporal de la ciudad de Roma y los territorios vecinos que le están sometidos.
(Si quieres saber cómo era la ceremonia en el s. XII, lee esta entrada).
2) En la etapa más antigua la elección del obispo de Roma debió ser un asunto en el que el pueblo participaba activamente junto con el clero. Con el paso del tiempo solo los clérigos realizaron la elección, pero el elegido debía ser presentado al pueblo para ser aclamado, y solo después de esa aprobación popular se procedía a la consagración. Este sistema de tres pasos (elección clerical - aclamación popular - consagración) ha subsistido hasta la actualidad, aunque con infinidad de variantes. Es probable que en el s. VIII, cuando se afianzó la idea del papa como señor temporal, fue cuando se introdujo un cambio en la ceremonia de entronización para reflejar mejor su función como príncipe gobernante, por ello se introdujo un cuarto paso que consistía en la recepción de los signos de su poder temporal y la toma de posesión del palacio lateranense.
3) Hay que saber que la basílica lateranense y el palacio lateranense eran dos edificios distintos que estaban uno al lado del otro, y alrededor de ellos habían otras edificaciones formando todo un conjunto. También téngase en cuenta que este conjunto recibió múltiples reformas a través de los siglos, y que su configuración actual es la que asumió a mitad del s. XVII, aunque después se hicieron más reformas internas y externas. Del conjunto medieval queda muy poco: la capilla papal llamada “Sancta Sanctorum” y el claustro y patio principal del monasterio benedictino.
3) La basílica de San Juan de Letrán fue durante siglos el sitio habitual de la elección papal durante la Edad Media, aunque también se verificaron elecciones en otros lugares. El clero se reunía en dicho templo y realizaba la elección; luego el elegido era llevado a la entrada del templo y se sentaba en un trono que estaba afuera, junto a la entrada. Ahí se proclamaba el verso bíblico: “Dios levanta del polvo al pobre, y del estiércol ensalza al menesteroso, para hacerlo sentar con los príncipes y heredar un trono de honor” (I Sam 2, 8). Por eso se llamaba a ese trono en latín “sedes stercoraria”. Ahí el elegido era aclamado por el pueblo mientras lanzaba monedas a los presentes. Es probable que este trono es el que actualmente se conserva en el claustro del Laterano. Las siguientes ceremonias no siempre han conservado el mismo orden pero básicamente siempre incluían estos dos pasos: a) el elegido es llevado triunfalmente a la basílica de San Pedro y ahí es consagrado; b) el elegido toma posesión del palacio lateranense como expresión de su poder temporal: esta ceremonia se realizaba junto a la capilla papal (llamada “Sancta Sanctorum”) que había en el piso superior del palacio; ahí habían dos tronos “de pórfido” los cuales tenían los asientos agujereados, en los cuales el papa se sentaba sucesivamente mientras recibía las insignias de su poder temporal. Esos tronos se conservan hasta hoy: uno en el Museo Vaticano (llevado ahí por orden de Pío VI) y otro en el Louvre (se lo llevó Napoleón como botín en el s. XIX).
4) Todos los estudiosos están de acuerdo en que los dos tronos “de pórfido” (en realidad es mármol rojo) eran letrinas de época romana, quizás del palacio de Constantino I. ¿Por qué los llevaron al palacio papal y los usaron en la ceremonia de entronización? Seguramente atendiendo a su belleza artística y al hecho que su color recordaba el distintivo de los emperadores romanos de quienes los papas se sentían sucesores como señores de Roma. Seguramente esto ocurrió en una época en que ya se desconocía su función original, probablemente en tiempos del papa León IV ( 855), si se habla de estos tronos en el pasaje que dice: “prudentissimus papa sedilia in ingresu de marmoribus patriarchii construxit” (Louis Duchesne, Liber Pontificalis, París 1892, t. II, p. 108). Por lo tanto al inicio debió verse como un detalle menor el que aquellos “tronos” tuviesen un agujero en el asiento, que además era fácil de obviar con cojines y otros paramentos durante la ceremonia. Cuando la sede pontificia se trasladó a Avignon (Cautiverio de Avignon: 1309 - 1377) el palacio lateranense estuvo abandonado y en la mente de la mayoría se debió volver borroso el recuerdo de las distintas ceremonias que ahí se realizaban y su significado: a partir de entonces debió tomar más fuerza las fábulas y explicaciones antojadizas sobre aquellos extraños “dos tronos de pórfido”. Incluso muchos confunden hasta hoy estos dos tronos con la “sedes stercoraria”.

La llamada "sedes stercoraria" que originalmente estaba en el atrio de la basílica y actualmente se expone en el claustro benedictino del Laterano. Foto del sitio web "roma.mysupersite.it".

Ahora pasemos revista a los textos más antiguos que nos informan sobre la aparición y difusión de esta leyenda. La primera noticia cierta sobre la existencia de esta fábula la hallamos en la crónica de la abadía de Saint-Pierre-le-Vif de Sens escrita a finales del s. XIII en Francia por el monje Gaufridus, el cual, tras narrar la fábula de la papisa Juana (puedes leer el texto completo en mi entrada del 30/10/2015), dice que hay el rumor que desde entonces los romanos hacen un examen genital al elegido papa:

Geoffroy de Courlon, Cronica (c. 1295), tab. XXIII, editado por Gustave Julliot, Sens 1876, p. 298
Ella fue llamada Juan durante su papado. Rigió durante dos años, siete meses y cuatro días. La sede quedó vacante un mes.
Ista uocata fuit in papatu Iohannes. Sedit annis duobus, mensibus septem, diebus quatuor. Cessauit papatus mense uno.
No se inscribe entre los otros [papas] a causa del engaño sobre su sexo.
Non scribitur inter ceteros propter deceptionem sexus.
Se dice que de ahí los romanos tomaron la costumbre de comprobar el sexo del elegido por el agujero de una cátedra de piedra.
Unde dicitur quod romani in consuetudinem traxerunt probare sexus electi per foramen cathedre lapidee.

Otro autor casi contemporáneo, el fraile dominico Robert de Uzés ( 1296), también francés, incidentalmente nos dejó testimonio de la difusión de esta creencia, mientras relataba sus visiones místicas, las cuales puso por escrito en 1292:

Robertus de Usetia, Liber uisionum, cap. 3, en Liber trium virorum et trium spiritualium virginum, f. 25r, editado por Jacobus Fabrus, París 1513.
El año del Señor 1291, cuando yo moraba en la ciudad de Orange ..... retirado eso, fue puesta ahí una imagen de plata de santa María con su hijo.
Anno Domini millesimo ducentesimo nonagesimo primo, cum in Aurasica ciuitate morarer .... illoque amoto, posita fuit ibi imago beatae Mariae cum filio argentea.
Mientras la estaba mirando, el Espíritu me llevó al palacio Laterano y me puso en el pórtico delante de los tronos de pórfido, donde se dice que se averigua si el papa es varón; y todo estaba lleno de polvo, y ahí no se veía ningún viviente.
Haec dum inspicerem, duxit me Spiritus ad Lateranense palatium et posuit me in porticu ante sedes porphyrii, ubi dicitur probari papa an sit homo; et omnia puluere plena erant, et uiuens ibi non uidebatur.

La sede "de pórfido" que se conserva en el Museo Vaticano. Foto de la "Academia de Liturgia Sao Gregório Magno" en su web movimentoliturgico.org.

En una edición de las “Mirabilia” (que era una especie de guía turística y curiosidades sobre Roma) del a. 1375 encontramos una referencia a nuestra leyenda.

ms. Vat. lat. 4265 (a. 1375), en Gustavus Parthey, Mirabilia Romae, Berlín 1869, p. 51 - 52.
.... en [la basílica] Lateranense, delante del atrio, está la “sede del estiércol”, donde se dice que el papa se debe sentar cuando es consagrado [en el puesto de] san Pedro. Y dice: “Plata y oro no tengo, pero lo que tengo, te doy”.
... in Laterano, ante ambitum, est sedes sterquilinii, ubi papa ducitur ad sedendum, cum ad sanctum Petrum est consecratus. Et dicit: “Argentum et aurum non est michi, quod autem habeo, hoc tibi do”. [Hech 3: 6]
En el piso superior del palacio [lateranense], ante [la capilla de] el “Santo de los Santos”, hay dos sedes, en las que se investiga si el papa es hombre o mujer.
Supra palatium, ante “Sancta Sanctorum”, sunt due sedes, in quibus consideratur papa, an masculus sit an femina.

Entre abril de 1402 y junio de 1406 estuvo en Roma el canonista inglés Adam de Usk ( 1430), donde se había exiliado voluntariamente tras haber sido indultado de una condena por asaltar a un transeúnte y robarle un caballo y dinero. Durante su estancia en Roma, en octubre de 1404, ocurrió la elección y entronización del papa Inocencio VII, las cuales narra como testigo lejano en desorden y de modo fragmentario, mezclándolo con relatos populares que corrían en boca del vulgo.

Ada de Usk, Chronicon, editado por Edward Thompson, London 1904, A.D. 1404, p. 90
Pero por abominación a la papisa Agnes, de la cual hay una imagen de piedra con su hijo cerca de [la iglesia de] San Clemente por la vía recta, hace un rodeo, y el papa, bajando del caballo, entra en esa iglesia para su entronización.
Ad detestacionem tamen pape Agnetis, cuius ymago de petra cum filio suo prope Sanctum Clementem in uia recta existit, per obliquum declinans, pro sui intronizacione, eandem ecclesiam papa, ab equo descendens, ingreditur.
Ahí toma asiento en una cátedra de pórfido, horadada por la parte [inferior] para que el cardenal más joven [compruebe] que tiene testículos. Y con el canto “Te Alabamos” es llevado al altar principal.
Ubi in porphirea cathedra, ob hoc forata ex parte per iuniorem cardinalem quod habet uirilia, sedet. Et cum cantu “Te Laudamus” ad summum altare defertur.

Encontramos un relato más fidedigno de las ceremonias de entronización en una carta del humanista Iacopo di Angelo da Scarperia ( inicio 1411), famoso por sus traducciones del griego al latín. El 3 de diciembre de 1406 había sido elegido papa Gregorio XII y poco después Iacopo escribía una carta a Crisolora, su maestro de griego, narrando en detalle la ceremonia de entierro del papa difunto, y las solemnidades que rodean la elección y consagración del nuevo papa. En aquel entonces Iacopo, gracias a la protección de un cardenal, había obtenido el puesto de “escritor apostólico” en la curia pontificia y por ello su testimonio es plenamente fidedigno respecto a la ceremonia de entronización papal. Casi al final de su relato narra las ceremonias de la toma de posesión del palacio lateranense.

Iacobi Angeli epistola ad Emanuelem Chrysoloram, en L. Mehus, Leonardi Dathi epistolae XXXIII, Florencia 1743, p. 92.
Después, dentro del palacio sube [las escaleras] y va directo a la sagrada capilla de san Silvestre.
Intra regiam deinde ascenditur iturque continuo usque sacellum beato Silvestro sacratum.
Junto a ella hay dos sedes iguales labradas en pórfido, sobre las cuales, ya que están perforadas, el vulgo narra la demencial fábula que se examina al pontífice [para saber] si es varón.
Iuxta hoc geminae fixae sunt sedes porphyretico incisae lapide, in quibus, quod perforatae sint, insanam loquitur vulgus fabulam quod pontifex attrectetur an vir sit.
Sentándose en la sede derecha primero recibe una vara, luego unas llaves de manos del rector de la capilla, la cual se llama “Santo de los Santos”.
In dextera sedens sella baculum primo, deinde claves per praesidem sacelli, quod Sancta Sanctorum appellatum, assumit.
Cuando se levanta, las lleva en sus manos [e.d. la vara y las llaves] hasta la otra sede, en la cual es ceñido por el mismo rector con un cinturón rojo, del cual pende una bolsa que contiene doce piedras de incalculable valor.
Haec, quum surrexit, manibus portat usque alteram sedem, in qua ab eodem praeside rubra cingitur zona, cuius in pendenti loculo conduntur lapides duodecim precio incredibili.
Vista actual de la capilla papal llamada "Sancta Sanctorum". Foto de Gaspa en Wikimedia Commons.

Otro ejemplo de cómo se difundía irreflexivamente esta fábula lo tenemos en la historia de Milán escrita por Bernardino Corio ( c. 1519) un autor que escribió en un italiano latinizante, que copia en abundancia otras fuentes con poco o nulo sentido crítico y que en su obra acoge muchas fantasías, y en general escribe en desorden, mezclando los hechos importantes con minucias. En la última parte de su obra Corio describe la elección y entronización del papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia) que ocurrió el 11 de agosto de 1492. Ya que Corio ni era eclesiástico ni pertenecía a la alta nobleza describe superficialmente las ceremonias propiamente religiosas mientras que nos narra con gran detalle los festejos y cortejos en las calles de Roma de las cuales fue testigo presencial. Por último, concluyendo su relato de la entronización, escribe las siguientes líneas:

Bernardinus Corius, Mediolanensis patria historia, Milano 1503, Pars VII, (folios sin número, cuadernillo Riiii-v)
La basílica de San Juan estaba cerrada, y ahí había gente de armas de modo que al abrir no dejaron entrar tras el pontífice a nadie mas que a los prelados. Y el señor Virginio Orsini estaba custodiando la puerta.
Il templo di Sancto Giouanne era serato, e quiui stauano le gente d'arme in modo che aprendose non lassarono entrare dreto al pontifice se non li prelati. E il signore Virgilio Vrsino era ala custodia de la porta.
Finalmente habiendo realizado las usuales solemnidades en [la capilla de] el “Sancta Sanctorum”, y examinarle en privado los testículos, y dada la bendición, regresó al palacio.
Finalmente essendo fornite le solite solemnitate in Sancta Sanctorum, e dimesticamente tochatoli li testiculi, e data la benedictione ritornò al palacio.
Alejandro VI entró en el pontificado manso como un buey, pero lo ha gobernado como un león.
Entrò al pontificato Alexandro Sexto mansueto come boue, l'ha administrato come leo.

Es obvio a partir de sus propias palabras que Corio no fue testigo presencial del supuesto examen genital del pontífice, sino que él imagina que dicho examen se habría realizado en privado en o junto a la capilla papal (que se solía llamar “Sancta Sanctorum” por la calidad y cantidad de reliquias sagradas que ahí se depositaban). Dicho en otras palabras: ya que él no pudo ver en ningún momento de las distintas y largas ceremonias de la entronización el supuesto examen genital, entonces Corio imagina que debió realizarse en privado, cuando el papa estaba a solas con los eclesiásticos. Parece que al escribir estas líneas Corio olvida que Alejandro VI entonces ya tenía al menos siete hijos y una larga lista de amantes, y que en Roma y toda Italia nadie dudaba de su virilidad.
Tras el estallido de la Reforma protestante las fábulas de la papisa Juana y el examen genital de los papas tomaron nuevo impulso y aunque desde entonces ha sido refutadas muchas veces y todos los estudiosos niegan su historicidad, sin embargo hasta hoy se sigue propalando como un hecho cierto en parte por la ingenuidad de algunos y en parte por la falta de información fidedigna.

jueves, 28 de enero de 2016

La leyenda de la Papisa Juana (IV): redención


Este es el cuarta (y última) entrada que dedicamos a la leyenda de la Papisa Juana. Hemos visto los testimonios escritos más antiguos que se conservan y su multiforme desarrollo a lo largo del s. XIV, cuando alcanzó su máximo auge. No repasaremos las primeras voces críticas en el s. XV y las primeras refutaciones formales del s. XVI y su reaparición en el mundo protestante.


Ilustración del “De claris mulieribus” de G. Boccaccio, f. 73v, Berna 1539 (E-rara).
Para este última entrada he escogido una versión de la leyenda que aparece en una hoja agregada a un manuscrito del s. XIV, según dice el editor del Chronicon de Martín de Opava: “haec leguntur alia manu conscripta in schedula assuta in cod. 8” (i. e. biblioth. regiae Berolinensis, mss. lat. 4, n. 70, f. 141v - 224v, s. XIV).
Lo peculiar de esta versión de la leyenda es que aquí Juana no muere en el parto, sino que entra a un convento donde vive en penitencia, afirmando el autor que en su tumba se obran muchos milagros, y que incluso su hijo llegó a ser obispo.
Es el más sorprendente desarrollo de la leyenda y (creo yo) expresión genuinamente popular. Aquí el final de castigo es reemplazado por la redención: el oyente no quiere el final trágico y desesperado de la heroína; es más agradable pensar que ella se arrepintió y pudo ver a su hijo convertido en obispo, e incluso que Dios la perdonó, prueba de lo cual son los milagros obrados en su tumba: engañó a todo el mundo, destacó en sabiduría, ocupó el papado, y al final también logró evitar el castigo divino: es el encumbramiento del ingenio, de nuestra ingenua fe que de algún modo, sea lo que sea que hagamos o nos ocurra, al final siempre nos libraremos y todo saldrá bien. Nos gusta condenar enfáticamente el mal, y se espera que tras el delito llegue un castigo, pero cuando el gusto popular detecta que el delito consiste básicamente en tomarle el pelo a los ricos, sabios, santurrones y poderosos, en el fondo simpatiza con la heroína y quiere que viva y triunfe.

Interpolación (fin del s. XIV o principios del XV) en el Chronicon de Martín de Opava, en MGH, SS, t. 22, p. 428-429.
Aquí no se debe olvidar que Juan, el inglés, maguntino de cuna, se sentó [en la sede papal] ... años, 5 meses y 4 días; y [después la sede] estuvo vacante 1 mes y 3 días.
Hic pretermittendum non est quod Iohannes Anglicus, nacione maguntinus, sedit annis ...., mensibus 5, diebus 4; et cessauit mense 1, diebus 3.
Ella, siendo una muchacha, fue llevada a Atenas por un amante suyo. Ahí vistió ropa de hombre de modo que todos la creyeron varón.
Hec, puella existens, a quodam suo amasio Athenis ducta. Ibi in habitu hominis conuersa ita quod ab omnibus masculus crederetur.
De tal modo progresó en las artes liberales y en el estudio de las ciencias que no tenía igual en ningún saber.
In arcium liberalium studio et aliis scienciis sic profecit quod parem in omni sciencia non inueniebat.
Y, viniendo a Roma, enseñaba de modo tan egregio la tercera parte del trivio que los maestros de retórica de Roma se consideraban discípulos de él entre todos los filósofos.
Romamque ueniens, triuii partem terciam sic egregie legebat quod, inter philosophos, urbis Rome rethorice magistri sibi discipuli censebantur.
Y en el cuadrivio mostraba su excelencia no solo de palabra sino por la realización de muchas maravillas. Por su arte y consejo muchos prodigios se hacían en Roma.
In quadriuio uero non tantum sermone sed plurium mirabilium opera se excellentem monstrabat. Cuius arte et concilio multa de mirabilius Rome fiebant.
Finalmente este, elegido papa por unanimidad, superaba a sus predecesores en saber, conducta y obras.
Hic tandem unanimiter in papam electus, sciencia, moribus et gestu predecessoribus preminebat.
Pero al fin, vencida por la fragilidad femenina, fue preñada por cierto diácono, secretario suyo.
Tandem tamen, fragilitate feminea deuicta, a quodam dyacono, secretario suo, impregnata est.
Y ya que ignoraba el tiempo del parto, mientras venía del Laterano hacia San Pedro, en la vía que lleva al Coliseo, asaltada por los dolores del parto, parió en medio del camino.
Et cum ignorasset tempus partus, ueniendo de Laterano uersus Sanctum Petrum, in uia que ducit ad Colliseum, angustiis partus correpta, in media uia peperit.
En memoria de lo cual hasta hoy permanece una inscripción en piedra, y aquella vía se llamó “calle de la papisa”.
Cuius memoria in lapidibus sculpta usque hodie manet, uocatusque uicus ille “uicus papisse”.
Ella, tras ser recluida en un convento y tomar los hábitos, vivió tan entregada a la penitencia que su hijo llegó a ser obispo de Ostia.
Ipsa uero, in continenti deposita et religionis habitu suscepto, tam diu sub penitencia uixit, quod filius eiusdem episcopus Hostiensis effectus est.
Ella, viendo en sus últimos días que iba a morir, ordenó que se le enterrase en el lugar que parió.
Que, cum ad dies ultimos se morituram uidisset, precepit se in eo loco quo peperit, sepeliri.
Pero su hijo, no queriendo tolerar tal cosa, trasladando su cuerpo a Ostia, la enterró de modo honorífico en la iglesia mayor. Y por los méritos de ella hasta el día de hoy Dios opera muchos milagros.
Quod tamen filius eius nolens tolerare, corpus eius, apud Hostiam deferens, in maiori ecclesia honorifice tumulauit. Cuius meritis Deus usque in hodiernum diem plurima operatur miracula.
Pero ya que la genealogía de las mujeres no se inscribe en la historia sagrada, por eso en las crónicas ella no es enumerada entre los papas.
Sed quia mulierum genealogia in sacra scriptura non texitur, ideo in cronicis inter papas non enumeratur.

La vida de la papisa Juana tachado en un ejemplar de la historia papal de Plátina. Hasta ese punto llegó el celo de algunas autoridades eclesiásticas. Pero una leyenda no se puede borrar así.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

La Leyenda de la Papisa Juana (III): en el s. XIV/2



Hemos visto en la anterior entrada como esta leyenda se difundió rápidamente entre la última década del s. XIII y las primeras décadas del s. XIV. Y no hemos puesto todos los autores que hacen eco de esta leyenda, pero espero que sí estén todos los más importantes.
En la segunda mitad del s. XIV la leyenda, que ya cuenta con la bendición de las crónicas e historiadores (como hemos visto en la entrada anterior), se difunde sin contradicción alguna, asumiendo el carácter de hecho histórico cierto.
Pero algo falla. No existe un único relato coherente. Los historiadores trataron de delimitar el perfil de este relato y pulirlo de los detalles más excesivos; pero era como querer dirigir el viento. El relato se había transmitido oral y libremente duramente mucho tiempo. La variedad que reflejan los textos escritos (como ya hemos notado en la primera entrada) son reflejo de lo multiforme que eran los relatos orales, cada uno subrayando uno u otro aspecto, dando una u otra explicación.
Por eso en la segunda mitad del s. XIV seguimos viendo aparecer nuevos detalles, nuevas explicaciones. Cada autor tenía un amplio menú (de los libros y lo que corría oralmente por las calles) con el cual construir la leyenda. Y algunos probablemente no dudaban en añadir algo de su propia cosecha.
Para ilustrar este período solo vamos a presentar tres obras.
N) La primera es una “Mirabilia Romae” (= Cosas dignas de ver en Roma), una especie de guía turística para los peregrinos que visitaban la ciudad. Ahí se ofrecían datos históricos, artísticos o curiosidades sobre acueductos, murallas, palacios, termas, iglesias, etc. La primera “Mirabilia” fue escrita a mitad del s. XII y tuvo mucho éxito, así que fue copiada y ampliada en los siglos siguientes. Otros también escribieron obras similares, como por ejemplo el “Itinerarium Eisidlense” (que proponía al lector ocho rutas para pasear por Roma, explicando las maravillas que encontraría en cada recorrido) u otras que indicaban las iglesias, sus reliquias y las indulgencias que se ganaban en cada una de ellas.
En una edición ampliada de las “Mirabilia” del a. 1375 encontramos un par de referencias a nuestra leyenda.

ms. Vat. lat. 4265 (a. 1375), en Gustavus Parthey, Mirabilia Romae, Berlín 1869, p. 51 - 52.
.... en la [basílica] Lateranense, delante del atrio, está la "sede estercolera", donde se dice que el papa se debe sentar cuando es consagrado [en el puesto de] san Pedro. Y dice: “Plata y oro no tengo, pero lo que tengo, te doy”. (Hech 3: 6)
... in Laterano, ante ambitum, est "sedes sterquilinii", ubi papa ducitur ad sedendum, cum ad sanctum Petrum est consecratus. Et dicit: “Argentum et aurum non est michi, quod autem habeo, hoc tibi do”.
En el piso superior del palacio [Lateranense], ante [la capilla de] el “Santo de los Santos”, hay dos sedes, en las que se investiga si el papa es hombre o mujer.
Supra palatium, ante “Sancta Sanctorum”, sunt due sedes, in quibus consideratur papa, an masculus sit an femina.

Ibidem, p. 56
Ítem, junto al Coliseo, en la vía, está puesta una estatua que se dice es la papisa con su hijo; cuyo cuerpo está sepultado en el campo junto a San Pedro.
Item, iuxta Caliseum, in platea, iacet ymago que dicitur papa femina cum puero; cuius corpus ad Sanctum Pitreum in bonio [= bonna] est sepultum.
Ítem, ahí mismo, en la vía está la Majestad [= ángel] del Señor, que cuando ella pasaba le dijo: “De ningún modo pasarás”. Y ya que ella pasó, rompió aguas y arrojó del vientre al infante; por eso hasta hoy el papa no transita esa vía.
Item. ibidem, in platea est Maiestas Domini, que ei transeunti dixit: “Quomodo non transibis”. Et cum transiit, rupta fuit et reiecit de uentre infantem; unde papa adhuc non transibit uiam illam.

Notemos esta variante en la que se incluye (además de la estatua de la supuesta papisa y su hijo) otra estatua situada en las inmediaciones que es interpretada como figurando un ángel. Además no se alude a la inscripción y el sepulcro se traslada a las inmediaciones de San Pedro.

Representación de la papisa Juana. Boccaccio, Des Cleres et Nobles Femmes, BNF, ms fr 599 (s. XV), f. 88r

O) La segunda es el texto de Boccaccio sobre la papisa. Esta versión alcanzó gran difusión en su época por la fama del autor. El pasaje es largo pero quiero exponerlo completo porque aunque es un texto muchas veces citado, sin embargo es prácticamente imposible encontrarlo on line para el lector en lengua castellana.
Aparte de algunas pequeñas variantes (la más notable es que la llama Gilberta, conectando con la leyenda del papa-mago Gilberto), lo más interesante es el esfuerzo del autor para conciliar los datos y que el relato suene coherente (lo de inglés y de Maguncia, el primer amante muere, se subraya la tentación y la lujuria para explicar su error y descubrimiento). También es interesante desde el punto de vista del latín, por la elegancia del autor.

Giovanni Boccaccio, De mulieribus claris, cap. 98, BNF ms. lat. 6069N, f. 46v / ms. lat. 6069O, f. 61r - v; ambos del s. XV.
Sobre la papisa inglesa Juana
De Iohanna anglica papa
Juan, aunque por nombre parezca ser varón, sin embargo por sexo fue mujer. Su inaudita temeridad hizo que fuese famosísima en todo el orbe y recordada por la posteridad.
Iohannes, esto uir nomine uideatur, sexu tamen femina fuit. Cuius inaudita temeritas ut orbi toto notissima fieret et in posterum nosceretur effecit.
Aunque algunos dicen que su patria fue Maguncia, apenas se sabe sobre su verdadero nombre. Aunque hay quienes dicen que se llamaba Gilberta.
Huius etsi patriam maguntinam quidam fuisse dicant, quod proprium fuerit nomen uix cognitum est. Esto sint qui dicant fuisse Gilibertam.
Esto consta por el testimonio de algunos: siendo ella una doncella se enamoró de un joven estudiante; al cual dicen que amaba tanto que, dejando la timidez juvenil y el temor femenino, huyó a escondidas de la casa paterna, y cambiando de ropas y su nombre de joven, siguió a su amante.
Hoc constat assertione quorundam: eam uirginem a scolastico iuuene dilectam; quem adeo dilexisse ferunt ut, posita uerecundia uirginali atque pauore femineo, clam e domo patris effugeret, et amasium adolescentis in habitu et mutato sequeretur nomine.
Estudiando con él en Inglaterra, creyendo todos que era un clérigo, se consagró a Venus y al estudio de las Letras.
Apud quem in Anglia studentem, clericus existimatus ab omnibus, et Ueneri et litterarum militauit studiis.
De ahí, tras morir su joven amante, sabiendo ella el valor de su ingenio y atraída por la dulzura de la ciencia, reteniendo su ropa varonil, no quiso entregarse a otro hombre ni confesar que era mujer.
Inde, iuuene morte subtracto, cum se cognosceret ingenio ualere et dulcedine traheretur scientie, retento habitu, nec adherere uoluit alteri nec se feminam profiteri.
Todo lo contrario; aplicándose con tesón al estudio, hasta tal punto progresó en las artes liberales y estudios sagrados que era considerado superior a todos los demás.
Quin immo; studiis uigilanter insistens, adeo in liberalibus et sacris litteris profecit ut prae ceteris excellens haberetur.
Y así, dotada de una admirable erudición, ya en edad madura, se dirigió de Inglaterra a Roma. Y ahí, enseñando el trivium durante algunos años, tuvo insignes alumnos.
Et sic, scientia mirabili predita, iam etate prouecta, ex Anglia se Romam contulit. Et ibidem, aliquibus annis in triuio legens, insignes habuit auditores.
Y ya que además del saber era apreciada por su singular honestidad y santidad, creyéndola todos un hombre, por eso, siendo conocida por muchos, al morir el sumo pontífice León V, fue elegida al papado en lugar del difunto por común acuerdo de los cardenales; y se llamó Juan, que si hubiese sido varón, hubiese sido el número VIII.
Et cum praeter scientiam singulari honestate ac sanctitate polleret, homo ab omnibus creditus, et ideo, notus a multis, soluente Leone Quinto pontifice summo carnis debitum, a uenerandissimis patribus communi consensu pro mortuo in papatu suffectus est; nominatusque Iohannes, cui, si uir fuisset, ut Octauus esset in numero contigisset.
Pero ella, no temiendo ocupar la Cátedra del Pescador y participar, celebrar y administrar a otros todos los sagrados misterios, que a ninguna mujer le está permitido por la religión cristiana, ocupó por unos años el culmen del apostolado, y una mujer ejerció el vicariato de Cristo en la tierra.
Quae tamen, non uerita ascendere Piscatoris Cathedram et sacra misteria omnia, nulli mulierum a christiana religione concessum, tractare, agere et aliis exhibere, apostolatus culmen aliquibus annis optinuit, Christique uicariatum femina gessit in terris.
En verdad desde lo alto Dios, apiadado de su pueblo, no soportó que una mujer retenga tan insigne puesto, presida a tal pueblo y lo engañe con tan infausto error. Y a esta, que osaba lo indebido y no se detenía, la abandonó a su suerte.
Sane ex alto Deus, plebi sue misertus, tam insignem locum teneri, tanto presideri populo, tamque infausto errore decipi a femina passus non est. Et illam, indebita audentem nec sinentem, suis in manibus liquit.
Por eso, persuadida por el diablo, que la había inducido y la mantenía en tan impía audacia, de modo que la que como particular había guardado una singular honestidad, elevada en tan sublime pontificado cayó en el ardor de la lujuria; y a ella, que había sabido fingir otro sexo mucho tiempo, no le faltó astucia para saciar su lujuria.
Quamobrem, suadente dyabolo, qui eam in tam scelestam deduxerat atque detinebat audaciam, ut que priuata precipuam honestatem seruauerat, in tam sublimi euecta pontificatu in ardorem deueniret libidinis; nec ei, que sexum diu fingere nouerat, artes ad explendam defuere lasciuiam.
Pues de un paje, que a escondidas accedió al sucesor de Pedro y le rascó su ardiente comezón, ocurrió que la papisa quedó embarazada. ¡Oh crimen infame! ¡Oh invicta paciencia de Dios!
Nam adiumento, qui clam Petri successorem conscenderet et exurentem pruriginem defricaret, actum est ut papa conciperet. O scelus indignus! O inuicta pacientia Dei!
¿Qué pasó finalmente? A esta, que por mucho tiempo había podido fascinar los ojos de los hombres, le faltó ingenio para ocultar este parto impuro.
Quid tandem? Ei, que fascinare diu oculos potuerat hominum, ad incestuosum partum occultandum defecit ingenium.
Pues, adelantándose inesperadamente el plazo, mientras desde el Janículo iba al Laterano celebrando una sagrada procesión, entre el Coliseo y la iglesia del Papa Clemente, sin ayuda de una partera, con dolor, dio a luz públicamente.
Nam, cum is preter spem propinquior esset termino, dum ex Ianiculo amburbale sacrum celebrans Lateranum peteret, inter Coloseum et Clementis Pontificis aedem, obstetrice non uocata, enixa, publice paruit.
Arrojada de ahí a las tinieblas exteriores por los cardenales, por este fraude, con el que por tanto tiempo había engañado, excepto a su amante, a todos los hombres, murió la miserable entre llantos.
Qua fraude tamdiu, preter amasium, ceteros decepisset homines et, hinc a patribus in tenebras exteriores abiecta, cum fletu misella abiit.
Para execrar esta obscenidad y continuar el recuerdo de su nombre hasta hoy, los sumos pontífices, al celebrar las rogativas con el clero y el pueblo, ya que execran el lugar del parto que está situado en medio de su itinerario, omitiéndolo, se desvían por vías apartadas y por callejas, y así, una vez dejado atrás ese lugar detestable, retomando [su camino], acaban el itinerario que comenzaron.
Ad cuius detestandam spurciciem et nominis continuandam memoriam in hodiernum usque, summi pontifices, rogationum cum clero et populo sacrum agentes, cum locum partus medio eius in itinere positum abominentur, eo omisso, declinant per diuerticula uicosque, et sic, loco detestabili postergato, reintrantes, iter perficiunt quod cepere.
“arrojada a la tinieblas exteriores” equivale a condenada al infierno (Mt 8: 12; 25: 30).
“murió la miserable” también puede traducirse “partió ....”, pues el verbo “abiit” tiene ambos significados.
“entre llantos”, pero en varios textos aparece “cum fetu”, entonces sería “con el bebé”.
Nótese que he optado por la variante más conforme a la versión tradicional, es decir, que la papisa y su hijo mueren ahí mismo. Sin embargo puede parecer que Boccaccio a propósito deja el punto ambiguo; y si tomásemos la segunda traducción, sea que se trate de “partió con llantos” o “partió con su bebé”, estaríamos ante otra variante de la leyenda, en la que la heroína no muere. Esta nueva formulación de la leyenda la veremos en la siguiente entrada.

P) El mismo Boccaccio abordó este personaje en otra obra, en la que él encuentra, dialoga y reflexiona sobre personajes que tras conocer la gloria cayeron en desgracia. Ningún nuevo dato añade a lo ya visto, pero lo he querido incluir por su valor literario.

Giovanni Boccaccio, De casibus virorum et mulierum illustrium, lib. 9, cap. 6, f. 131v-132r (1475, incunable Ghent University). También: París 1520 (BSB) y Ausburgo 1544 (Österreichische NB)
Y he aquí que se alza una mujer, la cual, vestida con ropa pontifical y el cabello cortado hasta las orejas, parecía más un sacerdote que una mujer.
Et ecce mulier astitit, que, induta pontificalibus et deciso tenus aures crine, sacerdos pocius uidebatur quam femina.
A ella, aunque mucho lloraba, sin embargo maravillado yo oí que, tras dejar a sus padres de Maguncia, siguiendo clandestinamente a un joven al que amaba, había estudiado con él disfrazada con ropa varonil.
A qua ego, etsi plurimum fleret, mirabundus tamen accepi quod, moguntinis parentibus relictis, clam secuta iuuenem quem diligebat, secum incognita uirili in habitu studuisset.
Y tras la muerte de él, conservando la ropa [varonil] y la castidad, progresó tanto en los estudios liberales y sacros que entre los ingleses era considerado un hombre (no una mujer) célebre.
Eoque morte subtracto, in liberalibus sacrisque literis, habitu et castitate seruata, profecisset adeo ut apud anglos homo, non femina, celebris haberetur.
Y pasando los años, habiendo ido ella de Inglaterra a Roma, y enseñando ahí el trivium y teniendo ilustres alumnos, fue tan apreciada por todos que, al morir el papa León Quinto, imperando Lotario I, fue llevada al pontificado supremo, y recibió el ínclito nombre de Juan.
Et labentibus annis, dum se Romam ab Anglia contulisset, ibique triuium legeret illustresque haberet auditores, tante apud omnes opinionis fuit ut, mortuo Leone papa Quinto, imperante Lothario Primo, ad pontificatum maximum traheretur, et Iohannis sortiretur inclitum nomen.
Durante el pontificado, subyugada por la lujuria, quedó preñada; [y] yendo del Janículo al Laterano, entre el Coliseo y la iglesia de [San] Clemente, se decía que parió ante la mirada de todos.
In quo, subeunte libidine, pregnans effecta; petens ex Ianiculo Lateranum, inter Coloseum et Clementis sacellum, cunctis aduertentibus, peperisse dicebatur.
Y por eso, habiendo sido arrojada del ápice del pontificado, tras ocuparlo dos años, siete meses y unos días, se lamentaba que se había convertido en una mujercita miserable.
Et ob id, ex apice pontificatus, cum duobus annis et septem mensibus et diebus aliquibus sedisset, deiecta, misellam mulierculam deuenisse querebatur.
¡Oh ínclito Dios! ¿Qué no osan las mujeres? Ella tendió al pontificado los lazos de la honorabilidad y los estudios y casi por tres años, cumpliendo su deseo, lo obtuvo. Sin duda me hubiese reído, si no me lo hubiese impedido la dignidad [pontifical] burlada.
O Deus inclite! Quid non audent mulieres?Honestate et studiis hec laqueos pretendit papatui et fere per triennium, uoti compos effecta, possedit. Risissem equidem, ni lusa dignitas obstitisset.


viernes, 30 de octubre de 2015

La Leyenda de la Papisa Juana (II): difusión en el s. XIV


Parece mentira que ha pasado casi un año desde que escribí la entrada sobre las fuentes más antiguas de la leyenda de la Papisa Juana (10/2014). Aunque ya entonces tenía preparados los materiales de la segunda parte, sin embargo una sucesión de tareas urgentes ha causado que mes a mes haya ido posponiendo su publicación. Finalmente hoy saldamos esa deuda pendiente.

F) Hacia 1295 Geoffroy de Courlon (Gaufridus de Collone), monje del monasterio benedictino de Saint Pierre-le-Vif de Sens, terminó su crónica en la que también recoge la leyenda de la papisa, con la novedad que es el primero que recoge por escrito la idea que la papisa era originaria de Inglaterra, que se hizo llamar Juan, la duración de su gobierno, que fue maestro y la creencia  que el examen de los genitales del papa tenía su origen en esta leyenda.

Geoffroy de Courlon, Cronica (c. 1295), editado por M. G. Julliot, Sens 1876, p. 296 y 298.
Engaño a la Iglesia romana.
Deceptio Ecclesie romane.
El año del Señor 854, una mujer en edad juvenil, vestida con ropa varonil, fue llevada por cierto clérigo desde Inglaterra para estudiar en Atenas.
Anno Domini octingentesimo quinquagesimo quarto, quedam femina in etate puellari de Anglia a quodam clerico, in habitu uirili, Attenis ad studium ducta fuit.
Y tanto progresó en las diversas ciencias que no se hallaba otro igual a ella.
Et sic in diuersis scientiis profecit ut sibi par non inueniretur.
Después vino a Roma con su amante. Y durante tres años, enseñando como maestro, tuvo a los mejores maestros como discípulos y oyentes.
Postea Rome cum suo amasio uenit. Et per tres annos, tanquam magister legens, magnos magistros discipulos et auditores habuit.
Y ya que en la Urbe era un famoso maestro, al morir el santo confesor León V, la Iglesia se equivoca y por unanimidad es elegido y consagrado papa.
Et cum in Urbe famosus esset magister, defuncto sancto confessore Leone Quinto, Ecclesia decipitur et concorditer in papam eligitur et ordinatur.
Después es preñada por su amante. Pero ignorando el momento [del parto], mientras iba de San Pedro a San Juan [Laterano], con angustia parió entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente; y de mala manera murió en ese momento, y ahí fue enterrada.
Post per suum familiarem impregnatur. Verum tempus * ignorans, cum de Sancto Petro ad Sanctum Iohannem tenderet, angustia inter Coliseum et ecclesiam Sancti Clementis peperit; et male moritur illa hora, et ibi tumulatur.
Y por eso el señor papa siempre se desvía de aquella senda.
Et idcirco dominus papa semper ab illa uia declinat.
Ella fue llamada Juan durante su papado. Rigió durante dos años, siete meses y cuatro días. la sede quedó vacante durante un mes.
Ista uocata fuit in papatu Iohannes. Sedit annis duobus, mensibus septem, diebus quatuor. Cessauit papatus mense uno.
No se inscribe entre los otros [papas] a causa del engaño sobre su sexo.
Non scribitur inter ceteros propter deceptionem sexus.
Se dice que de ahí los romanos tomaron la costumbre de comprobar el sexo del elegido por el agujero de una cátedra de piedra.
Unde dicitur quod romani in consuetudinem traxerunt probare sexus electi per foramen cathedre lapidee.


Por la misma época otro fraile dominico, el místico Robert de Uzés (Robertus de Usetia 1296) en su Liber visionum también había aludido al trono de pórfido del Laterano “donde se dice que se averigua si el papa es hombre”.

G) Robertus de Usetia, Liber uisionum, cap. 3, en Liber trium virorum et trium spiritualium virginum, f. 25r, editado por Jacobus Fabrus, París 1513.
El año del Señor 1291, cuando yo moraba en la ciudad de Orange ..... retirado eso, fue puesta ahí una imagen de plata de santa María con su hijo.
Anno Domini millesimo ducentesimo nonagesimo primo, cum in Aurasica ciuitate morarer .... illoque amoto, posita fuit ibi imago beatae Mariae cum filio argentea.
Mientras la estaba mirando, el Espíritu me llevó al palacio Laterano y me puso en el pórtico delante de los tronos de pórfido, donde se dice que se averigua si el papa es varón; y todo estaba lleno de polvo, y ahí no se veía ningún viviente.
Haec dum inspicerem, duxit me Spiritus ad Lateranense palatium et posuit me in porticu ante sedes porphyrii, ubi dicitur probari papa an sit homo; et omnia puluere plena erant, et uiuens ibi non uidebatur.


H) Otro texto de finales del s. XIII además de pequeñas variantes nos habla de cierta estatua que se relacionaba con esta leyenda.

Jacobus de Voragine, Chronica januensis (c. 1297), pars 11, cap. 7, en F. S. I., editado por C. Monleone, Roma 1941, t. 85, n. 268-269.
El obispo Sigeberto VIII empezó [su episcopado] hacia el año del Señor 864.
Sigebertus episcopus Octauus cepit circa annos Domini DCCCLXIIII.
Más o menos en tiempos de este obispo hubo cierta mujer dotada de gran erudición y brillante elocuencia, la cual entró disfrazada de hombre a la curia romana, donde, con el paso del tiempo, por su honradez y sabiduría alcanzó varios cargos; luego fue hecha cardenal; por último es elegida papa y era apreciada por todos.
Circa tempora istius episcopi fuit quedam mulier sciencia multa praedita et eloquencia preclara, que in habitu uirili ad curiam romanam accessit, ubi, degens, propter suam probitatem et sapientiam multa est officia assecuta; tandem cardinalis est effecta; postremo in papam eligitur et graciosa coram omnibus uidebatur.
Ella, antes de asumir el papado, según se dice, tenía un amante, pero a escondidas; del cual, con el paso del tiempo, quedó embarazada.
Hec, antequam ad papatum assumeretur, virum, ut dicitur, habebat, sed occultum; de quo, tempore precedente, concepit.
Así pues, cierto día, mientras iba en procesión por Roma con los cardenales, el clero y el pueblo, de improviso le asaltaron los dolores del parto. Así pues, entrando en una casita situada junto a la vía, ahí parió y, muriendo por el dolor del parto, ahí mismo fue enterrada.
Quadam igitur die, dum per Romam cum cardinalibus et clero et populo processionaliter pergeret, dolores partus in eam subito irruerunt. In quandam igitur domumculam in uia positam intrans, et ibi peperit et, pre dolore partus expirans, ibidem sepulta fuit.
Por eso hasta hoy en la curia romana se ha arraigado la costumbre que el papa nunca transita por aquella vía, sino que gira y la evita.
Ideo usque hodie consuetudo in romana curia inoleuit ut papa per illam uiam nunquam transit, sed girando diuertit.
Ahí mismo también hay una estatua de mármol, que atestigua este suceso.
Ibidem etiam ymago marmorea habetur, que istud factum declarat.
Esta mujer comenzó presuntuosamente, prosiguió de modo engañoso y necio, y acabó de modo ignominioso. En verdad esta es la naturaleza de la mujer, que cuando va a hacer algo, al principio es presuntuosa y audaz, a la mitad es necia, y al final queda avergonzada.
Ista mulier presumptuose incepit, fallaciter et stulte prosecuta fuit, et ignominiose finiuit. Hec est enim natura mulieris, quod circa opus aliquod faciendum in principio habet presumpcionem et audaciam, in medio stulticiam, in fine uerecundiam.



I) La última década del s. XIII y el primer cuarto del s. XIV es muy importante para la difusión de la leyenda porque es entonces cuando “se cuela” en el famoso y respetado “Chronicon pontificum et imperatorum” de Martín de Opava (o Martinus Polonus 1278). Martín no incluyó la leyenda en su obra (esto lo sabemos con certeza gracias a los manuscritos más antiguos), pero unas décadas después de su muerte, una mano anónima anotó al margen la leyenda: el ejemplar más antiguo con esta anotación fue escrito hacia 1302. Además notemos varios detalles comunes con el relato de Geoffroy de Courlon

Interpolación (hacia 1302) en el Chronicon de Martín de Opava, en MGH, SS, t. 22, p. 428.
Después de este León [X], el inglés Juan, maguntino de cuna, rigió durante dos años, siete meses y cuatro días. Murió en Roma. Y la sede quedó vacante durante un mes.
Post hunc Leonem, Iohannes Anglicus, nacione maguntinus, sedit annis II, mensibus VII, diebus IIII. Et mortuus est Rome. Et cessauit papatus mense I.
Este, según se afirma, fue mujer y en edad juvenil fue llevada con ropa varonil a Atenas por cierto amante suyo.
Hic, ut asseritur, femina fuit et in puellari etate Athenis ducta a quodam amasio suo in habitu uirili.
Tanto progresó en las diversas ciencias que nadie se hallaba igual a ella; hasta el punto que después en Roma, leyendo el trivium, tuvo a grandes maestros como discípulos y oyentes.
Sic in diuersis scienciis profecit ut nullus sibi par inueniretur; adeo ut post Rome triuium legens magnos magistros discipulos et auditores haberet.
Y ya que en la Urbe gozaba de gran fama por su vida y su ciencia, es elegida papa por unanimidad.
Et cum in Urbe uita et sciencia magne opinionis esset, in papam concorditer eligitur.
Pero en el papado es preñada por su amante. Pero ignorando el tiempo del parto, cuando iba de San Pedro al Laterano, angustiada, parió entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente; y después de muerta, según se dice, ahí mismo fue sepultada.
Sed in papatu per suum familiarem impregnatur. Uerum tempus partus ignorans, cum de Sancto Petro in Lateranum tenderet, angustiata inter Coliseum et Sancti Clementis ecclesiam peperit; et post mortua ibidem, ut dicitur, sepulta fuit.
Y porque el señor papa siempre evita esa vía, muchos creen que hace esto porque detesta ese suceso. Y no se le pone en el catálogo de los santos pontífices a causa de que su sexo femenino es un impedimento para ello.
Et quia domnus papa eandem uiam semper obliquat, creditur a plerisque quod propter detestationem facti hoc faciat. Nec ponitur in cathalogo sanctorum pontificum propter mulieris sexus quantum ad hoc deformitatem.

J) La obra de Martín de Opava gozaba de gran prestigio, y por eso también el gran historiador medieval Tolomeo de Lucca, aunque expresa su sorpresa por el hecho que esa historia no es mencionada por ningún escritor ni crónica, la admite por la autoridad de Martín.

Tolomeo de Lucca, Historia ecclesiastica nova (a. 1312), en MGH, SS, t. 39, p. 357-358
El año del Señor 884, y 1636 desde la fundación de la Urbe, Juan VIII, inglés de nacionalidad, es puesto en la cátedra de Pedro.
Anno igitur Domini DCCCLXXXIIII, et ab Urbe condita MDCXXXVI, Iohannes VIII, anglicus natione, in cathedra Petri locatur.
Rigió durante 2 años, 5 meses y 4 días; y la sede estuvo vacante un mes.
Sedit autem annis II, mensibus V, diebus IIII; et cessavit mense I.
Este, según se afirma, engañó a la Iglesia ya que, siendo mujer, con ropas y conducta varonil fue elegida sumo pontífice.
Hic, ut asseritur, Ecclesiam delusit eo quod in habitu uirili et actibus similiter femina in summum assumitur pontificem.
El modo cómo llegó a este puesto, lo refiere Martín [de Opava] así: que en edad juvenil, con ropa varonil, fue criada en Atenas por cierto amante suyo.
Modum autem quomodo ad istum statum uenit, sic Martinus refert: quia in puellari etate, in habitu uirili a quodam suo amasio Athenis nutrita fuit.
Y tanto aprendió ahí sobre las divinas Escrituras que no había uno igual a ella.
Ibique sic in diuinis Scripturis et aliis imbuta ut sibi par non inueniretur.
En verdad progresó de tal modo en todas las ciencias que, al venir a Roma, enseñando el trivium, tuvo a grandes maestros como discípulos y oyentes.
In quacumque scientia adeo uero sic profecit ut, ueniens Romam, triuiumque legens, magnos magistros discipulos et auditores haberet.
Y ya que en la Urbe gozaba de gran fama por su vida y su ciencia, fue nombrada papa por unanimidad por cardenales, clero y pueblo.
Et cum in Urbe in uita et scientia magne foret opinionis, in papam concorditer assumitur a cardinalibus et clero et populo.
Pero estando en el papado fue preñada por su amante. Pero ignorando el tiempo del parto, quizás como inexperta, gestó hasta el momento cuando iba de San Pedro al Laterano, angustiada entre la iglesia de San Clemente y el Coliseo, parió ahí mismo. Y después de muerta, según se dice, fue enterrada en ese mismo lugar.
Sed in papatu a suo familiari impregnatur. Uerum tamen tempus partus ignorans, forte sicut inexperta, conceptus usque in illam horam cum de Sancto Petro tenderet Lateranum, angustiata inter Sancti Clementis ecclesiam et Coliseum, ibidem peperit. Et postea mortua in eodem loco, ut dicitur, sepulta fuit.
Y porque el señor papa siempre evita aquella vía, por eso muchos creen que eso se ha mandado por lo detestable de tal suceso. Y no está puesta en el catálogo de los sumos pontífices por la infamia del suceso.
Et quia dominus papa eandem uiam semper obliquat, inde a plerisque creditur quod ad detestationem facti hoc fuerit ordinatum. Nec ponitur in catalogo summorum pontificum, propter facti deformitatem.

La Papisa Juana da a luz. Grabado de una traducción al alemán del "De Mulieribus Claris" de Bocaccio. Ulm c. 1474. Tomado de Wikipedia.

Cuando la leyenda ganó para su causa el respaldo de los prestigiosos Martín de Opava (forzado) y Tolomeo de Lucca (engañado), dejó de ser un simple relato popular para ser considerado como un hecho auténtico. Es entonces que manos anónimas “ponen al día” los manuscritos de otros autores antiguos, añadiendo el relato de la papisa Juana.
K) Un ejemplo de esto lo tenemos en la obra de Sigebert de Gembloux. Según nos decía Tolomeo, cuando él estudió este tema, el único texto histórico que lo mencionaba era el de Martín de Opava. De aquí podemos deducir que fue después del a. 1312 (año en que Tolomeo acabó su obra) cuando se interpoló esa leyenda en la obra de Sigebert.

Interpolación (después de 1312) en Sigebert de Gembloux, Chronica, en MGH, SS, t. 6. p. 470.
Papa Juan, inglés. Año 854.
Ioannes papa, anglicus. A. 854.
Corre el rumor que este Juan fue una mujer, lo cual solo lo sabía un allegado, el cual se acostó con ella. Y tras quedar grávida, parió, siendo papa.
Fama est hunc Iohannem foeminam fuisse, et uni soli familiari tantum cognitam, qui eam complexus est. Et gravius facta peperit, papa existens.
Por eso algunos no la enumeran entre los pontífices, porque su nombre no cuenta.
Quare eam inter pontifices non numerant quidam, ideo nomini numerum non facit.

L-M) Un último par de ejemplos de su difusión lo tenemos en la colección de relatos edificantes de Arnoldus Leodiensis, titulado “Alphabetum narrationum” escrito a principios del s. XIV; y en la obra histórica del inquisidor Bernardo Gui.

Arnold de Lieja (s. XIV), Alphabetum narrationum, ms. San Cugat 60 (s. XIV), f. 69v. También he usado el ms. M.ch.f.100 (s. XV- Universität Würzburg), f. 102v.
El papa era mujer. Tomado de las crónicas.
Papa mulier erat. Ex cronicis.
Cierta muchacha, jovencita, fue llevada con ropa varonil a Atenas por su amante.
Puella quedam, iuuencula, a quodam amasio suo, in habitu uirili Athenis ducta.
Tanto progresó en las diversas ciencias que nadie le igualaba.
Sic in diuersis scienciis profecit ut ullus ei par inueniretur.
Finalmente es elegida papa por unanimidad. Y en el papado es preñada por su amante.
Tandem in papam concorditer eligitur. Et in papatu ab amasio impregnatatur.
Pero ignorando el tiempo del parto, mientras iba de San Pedro al Laterano, angustiada, entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente parió. Y después de muerta, ahí mismo fue sepultada.
Uerum tempus partus ignorans, cum de Sancto Petro in Lateranum tenderet angustiata inter Collessium et Sancti Clementis ecclesiam peperit. Et post mortua, idem est sepulta.
Y ya que el señor papa siempre evita aquella vía, se cree que lo hace por lo detestable del suceso. Y también por eso no se pone en el catálogo de los pontífices, siendo que era una mujer.
Et quia dominus papa semper uiam illam declinat, creditur quod propter facti detestationem hoc faciat. Nec etiam propter hoc ponitur in cathalogo pontificum, sic etiam uerum ad mulierem.


Bernardus Guidonis ( 1331), Flores chronicorum. Ms. 8697, f. 40r-40v (BDH)
Juan, el inglés, de nación maguntino, después de León X rigió 2 años, 5 meses y 4 días. La sede quedó vacante un mes.
Iohannes, anglicus, nacione margantinus, post Leonem sedit annis II, mensibus V, diebus IIII. Uacauit sedes mense uno.
Este, según se afirma, fue una mujer, y siendo una jovencita fue llevada con ropa varonil a Atenas por su amante.
Hic, ut asseritur, femina fuit, et in puellari etate a quodam suo amasio in habitu uirili Athenis ducta.
Tanto progresó en las diversas ciencias que no había nadie igual a ella; hasta el punto que después, enseñando el trivium en Roma, tuvo a grandes maestros como discípulos.
Sic in diuersis scientiis profecit ut nullus par sibi inueniretur; adeo ut post, Rome triuium legens, magnos magistros discipulos haberet.
Y ya que en la Urbe gozaba de gran fama por su vida y su ciencia, es elegida al papado por unanimidad.
Et cum in Urbe in uita et in scientia magne opinionis esset in papatum concorditer eligitur.
Pero en el papado es preñada por su amante. Pero ignorando el tiempo del parto, mientras iba de San Pedro al Laterano, angustiada, parió entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente. Y después de muerta, según se dice, ahí mismo fue [enterrada].
Sed in papatu per suum familiarem impregnatur. Uerum tempus partus ignorans, cum de Sancto Petro in Lateranum tenderet angustiata inter Coliseum et Sancti Clementis ecclesiam peperit, et post mortua, ut dicitur, ibidem fuit *.
Y porque el señor papa evita aquella vía, muchos creen que lo hace porque detesta ese suceso. Y no se le ha puesto en el catálogo de pontífices a causa de su sexo femenino, que en esto es un impediimento.
Et quia dominus papa eandem uiam obliquat, creditur a plerisque quod propter detestationem facti hoc fiat. Nec ponitur in cathalogo summorum pontificum propter mulieris sexus, quantum ad hoc deformitatem.


Si comparamos los textos A-B-C de mitad del s. XIII (entrada 25/10/2014) con F-H-I de finales del s. XIII, vemos que estos últimos han añadido el nombre de la papisa, su origen, la duración de su gobierno, la explicación del examen genital y el desvío de las procesiones; vemos que han sustituido la época (825 en vez de no se sabe/1100), su oficio previo (maestro en vez de notario), la causa de su muerte (natural en vez de apedreada); vemos que han suprimido lo de la inscripción PPPPPP, la intervención del diablo y la explicación del “ayuno de la papisa”.
La recepción de la leyenda en los más altos círculos intelectuales de la Iglesia sirvió para que se difundiese con gran rapidez. Aunque en los escritos de historiadores se nota la preferencia por seleccionar las variantes menos escabrosas y maravillosas, sin embargo esos elementos, ya que son los que agradan más a los círculos populares, continuarán difundiéndose, tal como veremos más adelante.