Hemos visto en la
anterior entrada como esta leyenda se difundió rápidamente entre la
última década del s. XIII y las primeras décadas del s. XIV. Y no
hemos puesto todos los autores que hacen eco de esta leyenda, pero
espero que sí estén todos los más importantes.
En la segunda mitad del
s. XIV la leyenda, que ya cuenta con la bendición de las crónicas e
historiadores (como hemos visto en la entrada anterior), se difunde
sin contradicción alguna, asumiendo el carácter de hecho histórico
cierto.
Pero algo falla. No
existe un único relato coherente. Los historiadores trataron de
delimitar el perfil de este relato y pulirlo de los detalles más
excesivos; pero era como querer dirigir el viento. El relato se había
transmitido oral y libremente duramente mucho tiempo. La variedad que
reflejan los textos escritos (como ya hemos notado en la primera
entrada) son reflejo de lo multiforme que eran los relatos orales,
cada uno subrayando uno u otro aspecto, dando una u otra explicación.
Por eso en la segunda
mitad del s. XIV seguimos viendo aparecer nuevos detalles, nuevas
explicaciones. Cada autor tenía un amplio menú (de los libros y lo
que corría oralmente por las calles) con el cual construir la
leyenda. Y algunos probablemente no dudaban en añadir algo de su
propia cosecha.
Para ilustrar este
período solo vamos a presentar tres obras.
N) La primera es
una “Mirabilia Romae” (= Cosas dignas de ver en Roma), una
especie de guía turística para los peregrinos que visitaban la
ciudad. Ahí se ofrecían datos históricos, artísticos o
curiosidades sobre acueductos, murallas, palacios, termas, iglesias,
etc. La primera “Mirabilia” fue escrita a mitad del s. XII y tuvo
mucho éxito, así que fue copiada y ampliada en los siglos
siguientes. Otros también escribieron obras similares, como por
ejemplo el “Itinerarium Eisidlense” (que proponía al lector ocho
rutas para pasear por Roma, explicando las maravillas que encontraría
en cada recorrido) u otras que indicaban las iglesias, sus reliquias
y las indulgencias que se ganaban en cada una de ellas.
En una edición
ampliada de las “Mirabilia” del a. 1375 encontramos un par de
referencias a nuestra leyenda.
ms. Vat. lat. 4265 (a.
1375), en Gustavus Parthey, Mirabilia Romae, Berlín 1869, p.
51 - 52.
.... en la [basílica] Lateranense, delante del atrio, está
la "sede estercolera", donde se dice que el papa se debe sentar
cuando es consagrado [en el puesto de] san Pedro. Y dice: “Plata
y oro no tengo, pero lo que tengo, te doy”. (Hech 3: 6)
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... in Laterano, ante ambitum, est "sedes
sterquilinii", ubi papa ducitur ad sedendum, cum ad sanctum Petrum
est consecratus. Et dicit: “Argentum et aurum non est michi,
quod autem habeo, hoc tibi do”.
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En el piso superior del palacio [Lateranense], ante [la capilla de] el “Santo de
los Santos”, hay dos sedes, en las que
se investiga si el papa es hombre o mujer.
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Supra palatium, ante “Sancta Sanctorum”,
sunt due sedes, in quibus consideratur papa, an masculus sit an
femina.
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Ibidem, p. 56
Ítem, junto al Coliseo, en la vía, está
puesta una estatua que se dice es la papisa con su hijo; cuyo
cuerpo está sepultado en el campo junto a San Pedro.
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Item, iuxta Caliseum,
in platea, iacet ymago que dicitur papa femina cum puero; cuius
corpus ad Sanctum Pitreum in bonio [= bonna] est sepultum.
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Ítem, ahí mismo, en la vía está la Majestad
[= ángel] del Señor, que cuando ella pasaba le dijo: “De
ningún modo pasarás”. Y ya que ella pasó, rompió aguas y
arrojó del vientre al infante; por eso hasta hoy el papa no
transita esa vía.
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Item. ibidem, in platea est Maiestas Domini,
que ei transeunti dixit: “Quomodo non transibis”. Et cum
transiit, rupta fuit et reiecit de uentre infantem; unde papa
adhuc non transibit uiam illam.
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Notemos esta variante
en la que se incluye (además de la estatua de la supuesta papisa y
su hijo) otra estatua situada en las inmediaciones que es
interpretada como figurando un ángel. Además no se alude a la
inscripción y el sepulcro se traslada a las inmediaciones de San
Pedro.
Representación de la papisa Juana. Boccaccio, Des Cleres et Nobles Femmes, BNF, ms fr 599 (s. XV), f. 88r |
O) La segunda es
el texto de Boccaccio sobre la papisa. Esta versión alcanzó gran
difusión en su época por la fama del autor. El pasaje es largo
pero quiero exponerlo completo porque aunque es un texto muchas veces
citado, sin embargo es prácticamente imposible encontrarlo on line
para el lector en lengua castellana.
Aparte de algunas
pequeñas variantes (la más notable es que la llama Gilberta,
conectando con la leyenda del papa-mago Gilberto), lo más
interesante es el esfuerzo del autor para conciliar los datos y que
el relato suene coherente (lo de inglés y de Maguncia, el primer
amante muere, se subraya la tentación y la lujuria para explicar su
error y descubrimiento). También es interesante desde el punto de
vista del latín, por la elegancia del autor.
Giovanni Boccaccio, De
mulieribus claris, cap. 98, BNF ms. lat. 6069N, f. 46v / ms. lat.
6069O, f. 61r - v; ambos del s. XV.
Sobre la papisa inglesa Juana
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De Iohanna anglica papa
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Juan, aunque por nombre parezca ser varón, sin
embargo por sexo fue mujer. Su inaudita temeridad hizo que fuese
famosísima en todo el orbe y recordada por la posteridad.
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Iohannes, esto uir nomine uideatur, sexu
tamen femina fuit. Cuius inaudita temeritas ut orbi toto notissima
fieret et in posterum nosceretur effecit.
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Aunque algunos dicen que su patria fue
Maguncia, apenas se sabe sobre su verdadero nombre. Aunque hay
quienes dicen que se llamaba Gilberta.
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Huius etsi patriam maguntinam quidam fuisse
dicant, quod proprium fuerit nomen uix cognitum est. Esto sint qui
dicant fuisse Gilibertam.
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Esto consta por el testimonio de algunos:
siendo ella una doncella se enamoró de un joven estudiante; al
cual dicen que amaba tanto que, dejando la timidez juvenil y el
temor femenino, huyó a escondidas de la casa paterna, y cambiando
de ropas y su nombre de joven, siguió a su amante.
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Hoc constat assertione quorundam: eam uirginem
a scolastico iuuene dilectam; quem adeo dilexisse ferunt ut,
posita uerecundia uirginali atque pauore femineo, clam e domo
patris effugeret, et amasium adolescentis in habitu et mutato
sequeretur nomine.
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Estudiando con él en Inglaterra, creyendo
todos que era un clérigo, se consagró a Venus y al estudio de
las Letras.
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Apud quem in Anglia studentem, clericus
existimatus ab omnibus, et Ueneri et litterarum militauit studiis.
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De ahí, tras morir su joven amante, sabiendo
ella el valor de su ingenio y atraída por la dulzura de la
ciencia, reteniendo su ropa varonil, no quiso entregarse a otro
hombre ni confesar que era mujer.
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Inde, iuuene morte subtracto, cum se
cognosceret ingenio ualere et dulcedine traheretur scientie,
retento habitu, nec adherere uoluit alteri nec se feminam
profiteri.
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Todo lo contrario; aplicándose con tesón al
estudio, hasta tal punto progresó en las artes liberales y
estudios sagrados que era considerado superior a todos los demás.
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Quin immo; studiis uigilanter insistens, adeo
in liberalibus et sacris litteris profecit ut prae
ceteris excellens haberetur.
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Y así, dotada de una admirable erudición, ya
en edad madura, se dirigió de Inglaterra a Roma. Y ahí,
enseñando el trivium durante algunos años, tuvo insignes
alumnos.
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Et sic, scientia mirabili predita, iam etate
prouecta, ex Anglia se Romam contulit. Et ibidem, aliquibus annis
in triuio legens, insignes habuit auditores.
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Y ya que además del saber era apreciada por su
singular honestidad y santidad, creyéndola todos un hombre, por
eso, siendo conocida por muchos, al morir el sumo pontífice León
V, fue elegida al papado en lugar del difunto por común acuerdo
de los cardenales; y se llamó Juan, que si hubiese sido varón,
hubiese sido el número VIII.
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Et cum praeter scientiam singulari honestate ac
sanctitate polleret, homo ab omnibus creditus, et ideo, notus a
multis, soluente Leone Quinto pontifice summo carnis debitum, a
uenerandissimis patribus communi consensu pro mortuo in papatu
suffectus est; nominatusque Iohannes, cui, si uir fuisset, ut
Octauus esset in numero contigisset.
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Pero ella, no temiendo ocupar la Cátedra del
Pescador y participar, celebrar y administrar a otros todos los
sagrados misterios, que a ninguna mujer le está permitido por la
religión cristiana, ocupó por unos años el culmen del
apostolado, y una mujer ejerció el vicariato de Cristo en la
tierra.
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Quae tamen, non uerita ascendere Piscatoris
Cathedram et sacra misteria omnia, nulli mulierum a christiana
religione concessum, tractare, agere et aliis exhibere,
apostolatus culmen aliquibus annis optinuit, Christique uicariatum
femina gessit in terris.
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En verdad desde lo alto Dios, apiadado de su
pueblo, no soportó que una mujer retenga tan insigne puesto,
presida a tal pueblo y lo engañe con tan infausto error. Y a
esta, que osaba lo indebido y no se detenía, la abandonó a su
suerte.
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Sane ex alto Deus, plebi sue misertus, tam
insignem locum teneri, tanto presideri populo, tamque infausto
errore decipi a femina passus non est. Et illam, indebita audentem
nec sinentem,
suis in manibus liquit.
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Por eso, persuadida por el diablo, que la había
inducido y la mantenía en tan impía audacia, de modo que la que
como particular había guardado una singular honestidad, elevada
en tan sublime pontificado cayó en el ardor de la lujuria; y a
ella, que había sabido fingir otro sexo mucho tiempo, no le faltó
astucia para saciar su lujuria.
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Quamobrem, suadente dyabolo, qui eam in tam
scelestam deduxerat atque detinebat audaciam, ut que priuata
precipuam honestatem seruauerat, in tam sublimi euecta pontificatu
in ardorem deueniret libidinis; nec ei, que sexum diu fingere
nouerat, artes ad explendam defuere lasciuiam.
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Pues de un paje, que a escondidas accedió al
sucesor de Pedro y le rascó su ardiente comezón, ocurrió que la
papisa quedó embarazada. ¡Oh crimen infame! ¡Oh invicta
paciencia de Dios!
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Nam adiumento,
qui clam Petri successorem conscenderet et exurentem pruriginem
defricaret, actum est ut papa conciperet. O scelus indignus! O
inuicta pacientia Dei!
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¿Qué pasó finalmente? A esta, que por mucho
tiempo había podido fascinar los ojos de los hombres, le faltó
ingenio para ocultar este parto impuro.
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Quid tandem? Ei, que fascinare diu oculos
potuerat hominum, ad incestuosum partum occultandum defecit
ingenium.
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Pues, adelantándose inesperadamente el plazo,
mientras desde el Janículo iba al Laterano celebrando una sagrada
procesión, entre el Coliseo y la iglesia del Papa Clemente, sin
ayuda de una partera, con dolor, dio a luz públicamente.
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Nam, cum is preter spem propinquior esset
termino, dum ex Ianiculo amburbale sacrum celebrans Lateranum
peteret, inter Coloseum et Clementis Pontificis aedem, obstetrice
non uocata, enixa, publice paruit.
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Arrojada de ahí a las tinieblas exteriores por los cardenales, por este fraude, con el que por tanto tiempo
había engañado, excepto a su amante, a todos los hombres, murió la miserable entre llantos.
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Qua fraude tamdiu, preter amasium, ceteros
decepisset homines et, hinc a patribus in tenebras exteriores
abiecta, cum fletu misella abiit.
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Para execrar esta obscenidad y continuar el
recuerdo de su nombre hasta hoy, los sumos pontífices, al
celebrar las rogativas con el clero y el pueblo, ya que execran el
lugar del parto que está situado en medio de su itinerario,
omitiéndolo, se desvían por vías apartadas y por callejas, y así,
una vez dejado atrás ese lugar detestable, retomando [su camino],
acaban el itinerario que comenzaron.
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Ad cuius detestandam spurciciem
et nominis continuandam memoriam in hodiernum usque, summi
pontifices, rogationum cum clero et populo sacrum agentes, cum
locum partus medio eius in itinere positum abominentur,
eo omisso, declinant per
diuerticula uicosque, et sic, loco detestabili postergato,
reintrantes, iter perficiunt quod cepere.
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“arrojada a la
tinieblas exteriores” equivale a condenada al infierno (Mt 8: 12;
25: 30).
“murió la miserable”
también puede traducirse “partió ....”, pues el verbo “abiit”
tiene ambos significados.
“entre llantos”,
pero en varios textos aparece “cum fetu”, entonces sería “con
el bebé”.
Nótese que he optado
por la variante más conforme a la versión tradicional, es decir,
que la papisa y su hijo mueren ahí mismo. Sin embargo puede parecer
que Boccaccio a propósito deja el punto ambiguo; y si tomásemos la
segunda traducción, sea que se trate de “partió con llantos” o
“partió con su bebé”, estaríamos ante otra variante de la
leyenda, en la que la heroína no muere. Esta nueva formulación de
la leyenda la veremos en la siguiente entrada.
P) El mismo
Boccaccio abordó este personaje en otra obra, en la que él
encuentra, dialoga y reflexiona sobre personajes que tras conocer la
gloria cayeron en desgracia. Ningún nuevo dato añade a lo ya visto,
pero lo he querido incluir por su valor literario.
Giovanni Boccaccio, De
casibus virorum et mulierum illustrium, lib. 9,
cap. 6, f. 131v-132r (1475, incunable Ghent University). También:
París 1520 (BSB) y Ausburgo 1544 (Österreichische NB)
Y he aquí que se alza una mujer, la cual,
vestida con ropa pontifical y el cabello cortado hasta las orejas,
parecía más un sacerdote que una mujer.
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Et ecce mulier astitit, que, induta
pontificalibus et deciso tenus aures crine, sacerdos pocius
uidebatur quam femina.
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A ella, aunque mucho lloraba, sin embargo
maravillado yo oí que, tras dejar a sus padres de Maguncia,
siguiendo clandestinamente a un joven al que amaba, había
estudiado con él disfrazada con ropa varonil.
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A qua ego, etsi plurimum fleret, mirabundus
tamen accepi quod, moguntinis parentibus relictis, clam secuta
iuuenem quem diligebat, secum incognita uirili in habitu
studuisset.
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Y tras la muerte de él, conservando la ropa
[varonil] y la castidad, progresó tanto en los estudios liberales
y sacros que entre los ingleses era considerado un hombre (no una
mujer) célebre.
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Eoque morte subtracto, in liberalibus sacrisque
literis, habitu et castitate seruata, profecisset
adeo ut apud anglos homo, non femina, celebris haberetur.
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Y pasando los años, habiendo ido ella de
Inglaterra a Roma, y enseñando ahí el trivium y teniendo
ilustres alumnos, fue tan apreciada por todos que, al morir el papa
León Quinto, imperando Lotario I, fue llevada al pontificado
supremo, y recibió el ínclito nombre de Juan.
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Et labentibus annis, dum se Romam ab
Anglia contulisset, ibique triuium legeret illustresque haberet
auditores, tante apud omnes opinionis fuit ut, mortuo Leone papa
Quinto, imperante Lothario Primo, ad pontificatum maximum
traheretur, et Iohannis sortiretur inclitum nomen.
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Durante el pontificado, subyugada por la
lujuria, quedó preñada; [y] yendo del Janículo al Laterano,
entre el Coliseo y la iglesia de [San] Clemente, se decía que
parió ante la mirada de todos.
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In quo, subeunte libidine, pregnans effecta;
petens ex Ianiculo Lateranum, inter Coloseum et Clementis
sacellum, cunctis aduertentibus, peperisse dicebatur.
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Y por eso, habiendo sido arrojada del ápice
del pontificado, tras ocuparlo dos años, siete meses y unos días,
se lamentaba que se había convertido en una mujercita miserable.
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Et ob id, ex apice pontificatus, cum duobus
annis et septem mensibus et diebus aliquibus sedisset, deiecta,
misellam mulierculam
deuenisse querebatur.
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¡Oh ínclito Dios! ¿Qué no osan las mujeres?
Ella tendió al pontificado los lazos de la honorabilidad y los
estudios y casi por tres años, cumpliendo su deseo, lo obtuvo.
Sin duda me hubiese reído, si no me lo hubiese impedido la
dignidad [pontifical] burlada.
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O Deus inclite! Quid non audent
mulieres?Honestate et studiis hec laqueos pretendit papatui et
fere per triennium, uoti compos effecta, possedit. Risissem
equidem, ni lusa dignitas obstitisset.
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Magníficos artículos. Muy agradecido por el texto original y por su versión española. Saludos
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