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martes, 30 de abril de 2019

San Vicente Ferrer, la trompeta del juicio final


El pasado 5 de abril se cumplieron 600 años de la muerte del valenciano Vicente Ferrer, sin duda el más exitoso orador entre finales del s. XIV e inicios del s. XV, que atrajo multitudes en España, Francia, y ciudades del norte de Italia, Suiza, Flandes y Bélgica. Este fraile dominico es uno de los muchos que a pesar de haber sido personajes ilustres de su tierra y más allá de sus fronteras, sin embargo hoy su recuerdo se difumina y poco a poco se desdibuja para la mayoría, quedando reducido a unos pocos tópicos folclóricos.
A partir de muchas conjeturas los estudiosos están de acuerdo actualmente en que debió nacer el 23 de enero de 1450. Hasta hoy se conserva en el centro histórico de Valencia la casa familiar donde nació, en el seno de una acomodada familia catalana que había emigrado a Valencia. A los 17 años toma el hábito en la Orden de Predicadores (dominicos) y pronto destacó por su inteligencia, devoción y elocuencia. En 1378 es ordenado sacerdote y por su fogosidad y eficacia en la predicación atrajo la atención de muchos, entre ellos el entonces cardenal Pedro de Luna (futuro Benedicto XIII o Papa Luna), que como legado del papa de Avignon defendía la legitimidad de este frente al papa de Roma. Este encuentro marcará decisivamente la vida de Vicente, implicándolo en las más delicadas cuestiones diplomáticas y políticas que aquejaban la Península y toda la Cristiandad.
Retablo de san Vicente Ferrer con san Sebastian y san Roque. Museo de la ciudad de Rimini (Italia). Foto de JoJan en Wikimedia Commons
En 1380 Vicente acompaña a Pedro de Luna en su viaje por las cortes de Aragón, Navarra, Castilla y Portugal y en los años siguientes lo vemos alternando su oficio de predicador popular con misiones diplomáticas junto a Pedro de Luna. En 1394 este astuto cardenal se convierte en papa de Avignon con el nombre de Benedicto XIII y al año siguiente manda llamar a Vicente a la corte papal y lo nombra su confesor privado, penitenciario apostólico y maestro del sacro palacio. Parecía que Vicente podía quedar atrapado en las telarañas de la vida cortesana y burocrática, pero su vida toma otro rumbo cuando sufre una grave fiebre (octubre 1398) y tiene una visión en la que Cristo acompañado de santo Domingo, san Francisco y los ángeles le manda convertirse en pregonero del evangelio. También debió influir su ánimo la postura del rey de Francia, que harto de la negativa de Benedicto XIII a renunciar para solucionar el cisma, intentó tomar por asalto el castillo de Avignon a finales de ese año. Sea como sea, Vicente primero deja el palacio papal y se retira al convento de su Orden en Avignon y aunque todavía realiza algunas misiones diplomáticas en nombre del papa Luna, a partir de noviembre de 1399 abandona Avignon y se entrega de lleno a una infatigable predicación itinerante que lo llevará por media Europa. A partir de entonces Vicente se fue distanciando física e ideológicamente del papa Luna, que en sus momentos de debilidad prometía dejar el papado, solo para ganar tiempo y obtener una posición más fuerte y luego cerrar toda solución declarándose único papa legítimo, cegado por su propia ambición y testarudez.
Vicente iba de pueblo en pueblo a pie, sin ninguna pompa y despojado de toda riqueza o provisiones, queriendo cumplir literalmente el mandato de Cristo. Su mensaje general era de penitencia ante la cercanía del terrible juicio final de Dios, y en especial fustigaba con dureza a clérigos y religiosos para reformar la Iglesia. Su preocupación no solo se limitaba a cuestiones íntimas del alma sino a las lacras sociales que flagelaban la sociedad de su época. Así funda en 1410 una cofradía para atender a los niños huérfanos y abandonados de Valencia (que prosigue su obra hasta hoy en el Colegio imperial niños huérfanos san Vicente Ferrer). Dos décadas antes ya se había esforzado en Valencia por convertir y sacar de la prostitución a las infelices que habían caído en esa red y que en gran número vagaban por sus calles. También se preocupó por sosegar el espíritu belicoso y vengativo que producía frecuentes matanzas entre bandos rivales de una misma ciudad. Como prueba de la alta estima y confianza de sus conciudadanos en 1412 fue uno de los tres compromisarios nombrados por Valencia para participar en el llamado Compromiso de Calpe (donde se decidió quién ostentaría la corona de Aragón, ya que Martín el Humano había muerto sin un hijo legítimo).
 
Vicente sosiega los bandos enfrentados en Valencia. Cerámica en la Catedral de Santa María de Valencia. Foto de Enfo en Wikimedia Commons

Aunque nos han llegado numerosos sermones suyos en latín y en valenciano, en realidad se tratan de resúmenes o transcripciones apresuradas que hicieron asistentes a sus sermones, por lo cual en ellos por lo general solo podemos apreciar un pálido reflejo de aquella oratoria que seducía multitudes. De todos modos entre ellos podemos hallar algunas instantáneas que nos muestran su estilo popular y coloquial, con ejemplos vivos y eficaces, acompañados de efectos sonoros y gestos teatrales, como en este monólogo:

Roque Chabás, Estudio sobre los sermones valencianos de san Vicente Ferrer, Madrid 1903, p. 102. (La traducción es mía para los que no conocen la bella lengua valenciana).

Ahora los padres y las madres enseñan malas costumbres [a sus hijos].
Ara los padres e les mares malavida ensenyen.
Di, buen hombre, ¿tienes algún hijo? - Ahora tiene seis, siete o doce años. - ¿Y qué le dices?
Di, bon hom, ¿has tu nengun fill? - Ara, ha sis anys o set o dotze anys. - ¿E qué li dius?
- Ahora, hijo mío, lleva al costado derecho esta daguita, y si alguien te dice "bif", tú dile "baf". Demuestra, hijo mío, de quién eres [hijo], y si te dicen una mala palabra, replica enseguida.
- Ara, mon fill, porta al costat dret aquesta dagueta, e si degú te diu "bif", tu dili "baf". Mostra, mon fill, de qui es, e si t'dien mala paraula, tornalila tantost.
Y vosotras, esposas, ¿qué enseñáis a vuestras hijas? ¡Ahh!
E vosaltres, dones, ¿a vostres filles que els ensenyau? ¡haa!
- Ahora mira, hija mía, así te maquillarás; mira, coge así el espejo: y este pelito tíralo así. ¿Y no ves que así no está bien? ¡Eh! hija mía, así bailarás, de costadito, y así harás esta vuelta.
- Ara vet, ma filla, axí te afaytarás; vet, pren axí lo mirall: e aquest pelet tira'l axí. ¿E no veus tu que no y está be? ¡Eh! ma filla, axí ballarás, de costadet, e axí farás aquesta bolta.
La madre se hace alcahueta de la hija ¡y al infierno tú y ella!
La mare se fa alcavota de la filla e a infern tu e ella.

En el s. XIX se acusó a Vicente de haber dirigido la matanza de judíos que ocurrió en Valencia en 1391. Repelida tal calumnia por la fuerza de los hechos, sin embargo entre muchos todavía hoy persiste la leyenda negra según la cual Vicente es culpable al menos como autor intelectual, en cuanto que con sus homilías supuestamente habría sembrado el odio contra los judíos. Lo cierto es que en sus homilías encontramos muchas veces lo contrario: "Los apóstoles que conquistaron el mundo, no llevaban lanza y cuchillo, y por eso ... los cristianos no deben matar a los judíos con cuchillos, sino con palabras" (Chabás, p. 84). Para Vicente el judío no es un enemigo que se ha de exterminar sino una oveja perdida que se ha de convertir a Cristo por medio de la persuasión, nunca por la violencia. Y critica con dureza a los cristianos viejos que desprecian a los conversos: "hay muchos cristianos dementes que no se alegran [con los conversos], a los que deberían abrazarlos, honrarlos y amarlos, pero hacen lo contrario, y los menosprecian porque han sido judíos, y no deberían hacerlo, pues Jesucristo fue judío y la Virgen María antes de ser cristiana fue judía" (Chabás, p. 85). La violencia en la Europa medieval contra los barrios judíos existió antes, durante y después de san Vicente y los estudios más serios hallan sus raíces en motivos más políticos, sociales y económicos que religiosos. Seguramente algunas cosas que Vicente dijo en el ardor de la polémica fueron injustas u ofensivas, seguramente algunos aspectos de su esfuerzo por convertirlos no son aceptables para nuestra sensibilidad actual (los judíos eran obligados a asistir a los sermones bajo pena de multa), pero cada hombre debe ser juzgado en su contexto histórico. Si realmente Vicente hubiese seguido el lema de "conversión o muerte", entonces seguramente que a su paso no hubiese subsistido ninguna comunidad judía o musulmana. La gran preocupación que Vicente mostró en todas partes por predicar y convertir a musulmanes y judíos, incluso el gesto simbólico de llevarlos dentro del perímetro de una cuerda (representando que eran pescados por Cristo) para un sermón especialmente dedicado para ellos, sin duda tuvo un poderoso efecto favorable entre sus vecinos cristianos: la solicitud salvífica de Vicente, y por tanto de Cristo y la Iglesia, también abrazaba a judíos y musulmanes, luego ellos también ocupaban un puesto e importaban.
En enero de 1416 Vicente rompió definitivamente con el papa Luna, que quedó aislado y abandonado por todos en su refugio de Peñíscola. Superado ese obstáculo finalmente se pudo poner fin al cisma en 1417 con la elección del papa Martín V. El 5 de abril de 1419 la muerte alcanza a Vicente, que predicaba en Vannes, un pueblo marítimo en la Bretaña francesa, donde fue enterrado y se le recuerda honoríficamente. Fue canonizado en 1455 y ese mismo año, a partir de las actas del proceso de canonización el obispo siciliano Pietro Ranzano escribió su Liber de vita beati Vincentii, la primera biografía del nuevo santo.
Hornacina que conmemora el balcón de san Vicente Ferrer en Bocairent (Valencia). En numerosos pueblos se recuerda el lugar desde donde Vicente predicó. Foto de Enrique Íñiguez Rodríguez en Wikimedia Commons.
Como homenaje al predicador valenciano quiero publicar la primera reseña biográfica que se hizo de él, antes que fuese elevado a los altares. La escribió el notable teólogo dominico alemán Johannes Nider hacia 1437/8 en su obra más famosa, titulada Formicarius. Nider construye su Formicarius (Hormiguero) como un diálogo entre un teólogo y un cristiano perezoso y tardo en reconocer las maravillas que Dios obra en todo momento. A través de diversas alegorías tomadas de las hormigas expone sus enseñanzas morales sobre la vida cristiana y los peligros que la acechan. Al mismo que tiempo ilustra su doctrina con ejemplos tomados de otros autores, de testigos fidedignos o de su propia experiencia.
Hace años publiqué una parte del Formicarius, su libro V: "Sobre los brujos y sus decepciones", editado a partir de los ejemplares incunables, y del cual estoy actualmente preparando una segunda edición, esta vez a partir de varios de los manuscritos más antiguos. Espero tenerla lista para este verano. [septiembre 2019: Ya está publicada. Más información en mi Librería Medieval]


Johannes Nider, Formicarius, libro II, cap. 1 (Codex Campililiensis 113, Abadía cisterciense de Lilienfeld, Austria, 1458, f. 25v - 26r). Algunas correcciones (las palabras subrayadas) están tomadas del ms. W 342 del Historische Archiv Köln, 1460-1475.
El perezoso: Ya que veo que estoy libre de los nudos de las objeciones planteadas, pido que des un ejemplo del propósito principal [del tema] para que veamos algún varón de nuestros tiempos, que haya brillado en su conducta, vida espiritual y doctrina.
Piger: Quia de obiectis me absolutum uideo questionum nodis, peto da exemplum de principali proposito ut modernum uirum uideamus aliquem qui in actuali, theorica uita et in doctrinali fulserit.
El teólogo: Toma el caso del maestro Vicente del reino de Aragón, egregio profesor de nuestra Orden y de Sagradas Escrituras, el cual, ocupando largo tiempo el cargo de penitenciario en la Curia Apostólica, sembró exitosamente la palabra de Dios por casi todo el orbe.
Theologus: Magistrum Uincentium accipito de regno Arragonie, nostri Ordinis et Sacre Pagine professorem egregium, qui, diu penitenciarie gerens officium in Curia Apostolica, tandem per orbem pene Dei uerbum seminauit graciosissime.
Cuando la salud se lo permitía, viajaba mucho a pie, cuando los tenía mal solo permitía que lo llevaran a lomos de un borriquillo.
Pedes, quando ualitudo sinebat, diu ambulauit, quibus infirmatis non nisi aselli tergo uehi uoluit.
Voluntariamente vivió en pobreza, siempre evitó comer carne y se entregó con celo a los ayunos de su Orden y de la Iglesia.
In paupertate uoluntarie uixit, esum carnium semper uitauit et ieiuniis et Ordinis et Ecclesie sedulo instetit.
Pero donde y en cuanto podía, ya que se recreaba en la contemplación, evitaba la presencia de los seglares, salvo cuando la edificación del prójimo lo obligaba a lo contrario.
At ubi et quantum ualebat, contemplacioni uacans, secularium uitauit presenciam, nisi quando edificacio proximi ad contrarium coegit.
Parece que en esa contemplación recibía por divina revelación la discreción, las palabras y los gestos, que de modo divinísimo expresaba y mostraba en sus sermones.
In qua contemplacione hausisse uidetur diuina reuelacione sensus, uerba et gestus, que diuinissimo modo effundebat et ostendebat in sermonibus.
Pues fue tan exitoso en [predicar] la palabra de Dios que en esto no se le podrían equiparar ni los santos padres suyos y nuestros, es decir Domingo [de Guzmán], Pedro [de Verona] y Tomás [de Aquino].
Tam enim graciosus in Dei uerbo fuit ut nec sui sancti patres et nostri ei in hoc equiparari potuerint, Dominicus uidelicet, Petrus et Thomas.
En verdad de villa en villa y de reino en reino lo seguían tantos miles de gentes de ambos sexos, no solo plebeyos y rústicos sino también graduados en teología, derecho canónico y civil y diversos religiosos, de modo que en su compañía se nutrieron mercaderes y hombres de casi todos los oficios.
Nam de uilla ad uillam, de regno ad regnum tam multa milia sequebantur eum utriusque sexus homines, non solum plebei et simplices sed eciam de iure diuino, canonico et ciuili graduati et religiosi uarii, ut in concomitatu se pene omnium mechanicarum arcium uiri et mercatores nutrirent.
Llevó consigo muchos frailes de diversas órdenes, a los cuales subdelegó la autoridad apostólica, que primero obtuvo de monseñor Pedro de Luna y, tras ser depuesto aquel por el Concilio de Constanza, lo obtuvo de nuevo del mismo [Concilio] para oír confesiones, y así de muchos pecadores reunió un grandísimo pueblo de penitentes para Cristo.
Habuit plures secum de diuersis religionibus fratres, quibus auctoritatem apostolicam subdelegauit, quam primum habuit a domino Petro de Luna et, eo per Concilium Constanciense deposito, habuit ab eodem secundario pro confessionum audientia, sicque de diuersis peccatoribus Christo maximum colligit penitentium populum.
Apenas hubo una iglesia o plaza tan amplia en ciudades o pueblos donde cupiese el pueblo asistente a sus sermones. De ahí que frecuentemente tenía que predicar en los campos, donde los ciudadanos, que con ruegos habían llevado al santo varón, habían erigido una capilla de madera en un lugar elevado.
Uix unquam ecclesia aut platea tam ampla extitit in ciuitate aliqua uel oppido que populum suis predicacionibus assistentem caperet. Unde frequenter cogebatur in campis predicare ubi ciues, qui uirum sanctum precibus aduexerant, de ligno in altum capellam erexerant.
Ahí o en un lugar similar todos los días cantaba misa públicamente junto con los frailes. Una vez finalizada, de inmediato predicaba de modo tan impactante que gente fidedigna (a los que yo interrogué durante el Concilio de Basilea) asegura que trajo al seno de la Iglesia más de treinta mil judíos y sarracenos.
Cottidie hic missam ibi uel in loco simili cantauit publice una cum fratribus. Qua finita, statim predicauit tam motiue ut credatur a fidedignis (quos tempore Basiliensis Concilii examinaui) ultra numerum triginta milium iudeorum et sarracenorum ad gremium duxisse Ecclesie.
Me callo sobre los otros infinitos pecadores bautizados, a los cuales atrajo al estado de verdadera penitencia. Además con frecuencia, acabado el sermón, liberó a innumerables personas de los demonios, sobre los cuales se sabe que tuvo un poder especial de Cristo.
Sileo de infinitis aliis baptizatis peccatoribus, quos ad uere penitentie statum aduexit. Ut plurimum eciam, finito sermone, innumeros liberauit a demonibus, super quos specialem a Christo potestatem habuisse dinoscitur.
Para pescar a los antedichos infieles él tendió esta red evangélica: puesto que en algunos reinos, como en Aragón, hay muchos siervos sarracenos y gran número de judíos, por eso, cuando se acercaba a los territorios de ellos, procuraba por medio de la potestad de los príncipes creyentes que se obligase solo a los infieles, traídos dentro de los límites de una cuerda, a reunirse en una plaza pública para escuchar la palabra de Dios.
Pro infidelibus uero predictis tale ad capiendum tetendit rethe euangelicum: nam quia in quibusdam regnis, ut in Arragonia, multi sunt sarraceni serui et iudei in magno numero, idcirco cum locis talium appropinquauit per potestatem fidelium principum procurauit ut in platea publica, sub unius protracti funis termino, solum infideles conuenire cogerentur ad audiendum Dei uerbum.
Hecho esto, el varón de Dios empezaba a exponer a los judíos, si habían, el Antiguo Testamento, que conocía de modo óptimo según los doctores hebreos, y probaba eficazmente que Cristo fue predicho ahí y había venido.
Quo facto, cepit uir Dei ad iudeos, si affuerunt, Uetus exponere Testamentum, quod sciuit optime secundum hebraicos doctores, et Christum ibi predictum et uenisse efficacissime probare
Pero si habían paganos [=musulmanes], sabía aducir la ley natural, la pureza de la ley evangélica y otros argumentos naturales aptos para [suscitar] la fe. Y de este modo con esta captura de peces espirituales llenó la red de Cristo con grandes y numerosos peces.
Si uero pagani aderant, legem nature, mundiciam legis euangelice sciuit et alia naturalia accomoda fidei adducere. Et hoc modo in captura spiritualium piscium Christi rethe magnis et multis repleuit piscibus.
Exceptuando quizás una única quincena, predicó diariamente durante casi 18 años en los reinos de Castilla, Aragón, Navarra, Portugal, Francia y tierras vecinas.
Predicauit autem cottidie, excepta forte unica quindena, per 18 annos circiter in regnis Castelle, Arragonie, Nauarre, Portugallie et Francie ac in partibus hiis adiacentibus.
Finalmente [predicó] en la Bretaña, donde tras muchos milagros, por los que ya antes fue famoso, devotamente durmió en paz con sus padres.
Tandem autem in Brittannia, ubi post multa, quibus antea claruit, miracula deuotissime dormiuit in pace cum patribus suis.
El perezoso: En verdad si él hubiese vivido en tiempos de los apóstoles, pienso que con laudatorio recuerdo hubiese sido inscrito con diligente estilo en los anales de los fieles.
Piger: Reuera si hic apostolorum uixisset tempore, puto memoria laudabili annalibus fidelium diligenti stili asscriptus fuisset.
El teólogo: Dices la verdad y por esta causa pongo por escrito extensamente lo presente, lo anterior y lo que sigue, para que el olvido y la negligencia, madre de la ingratitud y madrastra de las virtudes no sepulte esto.
Theologus: Uerum assis et hanc ob causam presentia, precedencia et que secuntur trado scriptotenus, ne ingratitudinis mater et nouerca uirtutum talia sepeliat obliuio et negligencia.


viernes, 7 de abril de 2017

Homilías de Organyà y Llibre Jutge: texto y traducción


La nieve que había caído toda la noche daba un aire fantasmal a las montañas, campos y casas de Organyà. En medio de aquella blancura los árboles sin hojas alzaban sus brazos pidiendo tregua al cielo y solo el río Segre parecía correr con alegría. Era el Miércoles de Ceniza del año 1200 y dentro de la única nave de la pequeña iglesia de piedra se agolpaban de pie los fieles: adelante los nobles locales y sus familias con aire entre solemne y aburrido, detrás la masa popular con aire entre desconfiado y pasmado. Entre las nubes de incienso que todavía flotaban en el aire el prior de la colegiata de Santa María leía las lecturas bíblicas un poco más a prisa de lo que acostumbraba. Era un hombre devoto y experimentado, pero esa mañana estaba algo nervioso. Las palabras en latín explotaban ante los ojos inexpresivos de su audiencia. “In illo tempore ...” Por fin acabaron las lecturas y el prior tomó con emoción un libro con bella cubierta de cuero. Todavía olía a tinta fresca. La atención de la gente caía por segundos al ver otro libro. Algunos empezaban a hablar en voz baja. De pronto se oyó: “¡Seinors! Audir e entendre devem nostre Séiner”. Todas las cabezas se irguieron, pues esas palabras las entendían bien. Todos los ojos y las orejas buscaron al osado que en la casa de Dios alzaba la voz en lengua popular. “Tornad-vos a mi, zo dix nostre Séiner, ab tot vostre cor e ab tota vostra pensa”. Era el prior que leía el nuevo homiliario que acababan de copiar en el scriptorium del claustro. Los músculos de su austero rostro conservaban la sobriedad habitual, pero juraría que hubo un relámpago de sonrisa.
Vista actual de la iglesia de Santa María de Organyà. Foto de MarisaLR en Wikimedia Commons

Me he tomado muchas libertades en esta pequeña recreación: por el tipo de letra sabemos que las llamadas “Homilías de Organyà” fueron escritas entre final del s. XII y principios del s. XIII en el scriptorium de su colegiata, pero no sabemos con certeza ni en qué año ni en qué momento estuvo acabado; por otro lado, hay que decir que por esas fechas ya sería habitual predicar en las lenguas regionales, pues desde el s. IX se animaba a los predicadores a hacerlo así.
Veamos lo que decía el famoso canon 17 del concilio de Tours del año 813 (Mansi, Conciliorum nova collectio, v. 14, col. 85):

XVII. Todos nosotros hemos considerado que todo obispo tenga homilías que contengan las enseñanzas necesarias, con las que sus súbditos se instruyan, esto es, sobre la fe católica, de modo que puedan aprender sobre la recompensa eterna de los buenos y la condena eterna de los malos, también sobre la resurrección futura, el juicio final y con qué obras pueden ganar la vida eterna y con cuáles ser excluidos.
XVII. Uisum est unanimitati nostrae ut quilibet episcopus habeat homilias continentes necessarias admonitiones, quibus subiecti erudiantur, id est, de fide catholica, prout capere possint de perpetua retributione bonorum et aeterna damnatione malorum, de resurrectione quoque futura, et ultimo iudicio, et quibus operibus possit promereri beata uita quibusue excludi.
Y que se esfuercen en transmitir esas homilías públicamente en lengua vulgar románica o germánica, para que todos puedan entender fácilmente lo que dicen.
Et ut easdem homilias quisque aperte transferre studeat in rusticam romanam linguam aut theotiscam, quo facilius cuncti possint intelligere quae dicuntur.

Ya que la mayoría del clero no tenía una buena formación teológica ni retórica, los homiliarios (colecciones de homilías para las distintas festividades) tuvieron mucha difusión (hasta la actualidad se siguen publicando). Se escribieron en latín para los que tenían que enseñar al clero y en lenguas regionales para la predicación popular. A este segundo grupo pertenece las homilías de Organyà: no hay en ellas grandes vuelos teológicos, ni enrevesados artificios retóricos, sino que la doctrina es sencilla y expuesta en un modo fácil de entender, pero no deja de ser amena e impactante.
¿Por qué es tan importante esta obra? Aunque hay textos escritos en catalán, que son más antiguos, sin embargo esta obra descuella entre las antiguas por dos razones: porque es la más extensa pues (sin contar las palabras en latín) contiene unas 3590 palabras en un catalán con personalidad bien definida, y porque es la de mayor valor literario, en cuanto que todo lo anterior son documentos de tipo jurídico. Por todo ello es un magnífico retrato del grado de desarrollo alcanzada por la lengua catalana a principios del s. XIII.

El f. 1v del manuscrito de las homilías de Organyà
Veamos un pequeño ejemplo (aquí lo pongo en versión simplificada). El texto completo con introducción, notas y traducción puedes consultarlo en el enlace que dejo al final.

Homilía III, f. 4r, 1 - 16
Et enaprés d'aicò nostre Séiner posà la sua benedita mà sobre'ls uls del ceg e sempre él vit. El ceg qan ag vist, féd grans gràcies a nostre Séiner e segi'l en totes bones obres. E les compaines de_les gens qan videren lo tan gran miracle, feren grans gràcies e grans laudors a nostre Séiner.
Y después de eso nuestro Señor puso su bendita mano sobre los ojos del ciego y al instante él vio. Y cuando el ciego recuperó la vista, dio muchas gracias a nuestro Señor y lo siguió en todas las buenas obras. Y cuando la multitud de gente vio tan gran milagro, dieron muchas gracias y grandes loas a nuestro Señor.
Seinors, audid avetz del ceg qe nostre Séiner alumenà per la sua vertud e per lo poxeule qe'l ceg li fazie de mercé a clamar; perqè él no estave per los menazadors, qi'l volian fer calar; et él, on mas li menacaven, él màs cridave, aixi com odid avetz: “Ihesu, fili Dauid, miserere mei”.
Señores, habéis oído acerca del ciego que nuestro Señor iluminó por su poder y por el ruego que a gritos el ciego le hacía de misericordia; porque él no atendía a los que le reprendían, que le querían hacer callar; y él, cuanto más le amenazaban, más gritaba, así como habéis oído: “Jesús, hijo de David, apiádate de mí”.
Seinors, sapiatz qe aizò porta aital figura de tot pecador qi és en tenebres de mort e en cega de pecad e d'avoleza e de no fe. E per aizò, seinors, devem clamar mercè de dia e de nuit a nostre Séiner, qe él nos traga de tenebres de mort e de no fe, e'ns do alumenament de_la sua vertud.
Señores, sabed que eso contiene la representación de todo pecador que está en tinieblas de muerte y en ceguera de pecado, de maldad y de falta de fe. Y por eso, señores, debemos pedir merced de día y de noche a nuestro Señor, para que él nos saque de las tinieblas de muerte y de la falta de fe, y nos dé la iluminación de su virtud.
Aizeles gentz qi menazauen al ceg qe calàs porta figura dels fols penssamentz de_les cures d'aqest segle, qi'ns destorben en oracions e en bones obres. E per zo, seinors, fazam o nos aixi com lo ceg o fét, e trobarem misericordia ab nostre Séiner aixi com audid avetz per les paraules del sent evangelii.
Aquellas gentes que reprendían al ciego para que callase representan los pensamientos vanos de los cuidados de este mundo, que nos estorban en las oraciones y en las buenas obras. Y por eso, señores, hagamos así como hizo el ciego, y hallaremos misericordia en nuestro Señor tal como habéis oído en las palabras del santo evangelio.


Detalle del ms. 1109 de la Biblioteca del Monasterio de Monserrat, que contiene uno de los fragmentos del Llibre Jutge.

¿Y el Llibre Jutge? El llamado “Llibre Jutge” (mejor: “Llibre dels judicis”) son dos fragmentos de una traducción al catalán del código jurídico visigodo titulado “Liber Iudiciorum”. El más antiguo se estima que es de principios del s. XII y el otro de mitad del mismo siglo, por lo tanto mucho más antiguos que el manuscrito de Organyà, pero son más reducidos (solo dos folios) y representan un estadio más rudimentario pero bien definido de la escritura catalana.
Mi edición del texto del “Llibre Jutge” con introducción, notas y traducción, así como el de las Homilías de Organyà, puedes consultarlo en el siguiente enlace:
 https://magisterhumanitatis/lenguas-romanicas

lunes, 13 de febrero de 2017

El latín y el nacimiento de las lenguas romances

Muchas veces he mencionado que el latín es la madre de lenguas tan importantes como el castellano, italiano, portugués, francés y otras lenguas regionales como por ejemplo, por nombrar casos solo en España, el gallego, asturiano, aragonés, occitano y catalán. Veamos este tema más a fondo.
Los estudiosos están de acuerdo en que el derrumbe del Imperio Romano de Occidente (s. V) no solo provocó una fragmentación política entre las distintas provincias sino también lingüística. El Imperio romano había impuesto el latín en distintas regiones. Naturalmente estos pueblos, antes de la llegada de los romanos, tenían sus propias lenguas, con sus propias características. Por lo tanto es lógico suponer que, incluso mientras estuvo vigente el Imperio Romano, en cada región se hablaba el latín de un modo peculiar. Por ejemplo, España trajo el castellano a América, pero en cada región de América el castellano tiene una “personalidad propia”: argentinos, mejicanos y peruanos nos entendemos pero podemos claramente ver peculiaridades en el vocabulario y la pronunciación.
Pero las diversas invasiones bárbaras que arrasaron Europa no solo añadieron nuevos ingredientes de sonidos y vocabulario en cada región, sino que al aislar las regiones, crearon un cierto aislamiento necesario para que en que cada región creciese una variante distinta, es decir, una lengua romance. Por lo tanto a partir del s. V comienza lentamente a desgajarse del latín genuino (conservado por élites cada vez más pequeñas), otras formas populares, en que se introducen palabras bárbaras, se usa solo construcciones gramaticales sencillas y se van suprimiendo las declinaciones. Hay que tener en cuenta que entonces no existían escuelas abiertas para todos y por lo tanto solo unos pocos podían aprender a leer, escribir y hablar correctamente el latín. En nuestra época, en la que al menos la educación básica es accesible, muchísima gente lee con dificultad y comete muchos errores y tiene muchas dudas al escribir y hablar, y sobrevive con un pequeño vocabulario y un puñado de verbos y construcciones sencillas para comunicarse.
Entonces hubo una etapa entre el s. V y el s. IX en que en Europa el latín era la única lengua que poseía escritura, aunque la hablaban pocos; y por otro lado habían muchas lenguas (las formas rudimentarias de castellano, francés, etc.) habladas mayoritariamente en sus respectivas regiones pero que no se ponían por escrito. ¿Por qué no se ponían por escrito? Porque eran usadas por la gente común, sin instrucción y sin interés en temas como la teología, filosofía o historia. La sociedad medieval era una sociedad rural y las labores del campo y el cuidado de animales no exigía saber leer y escribir. Tampoco el estamento militar, nobles y príncipes solían tener educación y se valían de consejeros, ministros y escribanos para las tareas administrativas. Incluso la gran mayoría de monjes eran analfabetos y solían aprender de memoria los salmos y oraciones que necesitaban para sus rezos. Los pocos que tenían educación, la recibían en latín y la transmitían en latín, y durante siglos no vieron que hubiese necesidad de buscar otra vía.
Pero durante el s. IX-X esta dualidad se hizo insoportable en algunos campos. La leyes antiguas o nuevas estaban escritas en latín pero ni siquiera los funcionarios ni la pequeña nobleza lograban ya entenderlas, peor aún el pueblo llano. ¿Y de qué valen unas leyes que nadie entiende? Era necesario traducirlas. La teología se podía seguir escribiendo y debatiendo en latín, pero al pueblo había que hablarle en una lengua que entendiese ¿Cómo se podía catequizar y apartar al pueblo de herejías y supersticiones si se le hablaba en un latín que no entendían? Era necesario traducir las homilías. Los trovadores y juglares eran una de las pocas diversiones que tenía la sociedad de aquella época; ellos fueron forjando poemas y cantos en las lenguas que todos hablaban y entendían, por pura tradición oral fueron construyendo hermosos relatos sobre valerosos guerreros, poderosos magos, truhanes galantes, defensores de doncellas desvalidas. Tanto crecieron estas piezas que en cierto momento se temió que se perdieran. La única solución era ponerlas por escrito.
Dos trovadores: el duque Guillermo IX de Aquitania (1127) y la condesa Beatriz de Dia (s. XII). Los nobles que se inclinaron por la poesía y la música no tuvieron problema en poner por escrito sus obras en romance, muchas de las cuales han llegado hasta hoy. Imágenes de Wikipedia.
 Pero ¿cómo poner por escrito una lengua que nunca se ha escrito? En el s. IX los hermanos Cirilo y Metodio, que eran griegos bizantinos, fueron invitados a predicar el cristianismo en el reino de la Gran Moravia. Viendo que ese pueblo no tenía escritura, ellos crearon el llamado alfabeto glagolítico, inspirado en el alfabeto griego, para expresar los sonidos característicos de aquella lengua. Más tarde, a partir de ese invento, se forjó el alfabeto cirílico que es el que hasta hoy se usa en los pueblos eslavos. Otro caso. Cuando los españoles llegaron al Imperio Inca hallaron que las lenguas más difundidas eran el quichua y el aymara, pero no tenían escritura. Entonces muchos evangelizadores y cronistas empezaron a transcribir sus sonidos usando su propio alfabeto. El alfabeto latino también se ha usado para transcribir lenguas amazónicas, polinesias, etc.
En el caso de las lenguas romances no sabemos quiénes fueron los audaces pioneros que asumieron la tarea de “poner cara a los sonidos” de sus propias lenguas. Ellos sin duda fueron gente que eran instruidas y por lo tanto sabían latín, pero su lengua materna, que es la que uno ama más, fue romance; amaban la musicalidad de esa lengua naciente y se lanzaron al agua. Naturalmente también hubieron muchos que no se lanzaron al agua sino que cayeron en ella, es decir, escribanos y autoridades que por su oficio debían escribir, pero que muchas veces ya no tenían destreza para expresarse en latín, o tropezaban con situaciones, instituciones, nombres de lugares u objetos a los que no podían hallar una equivalencia en latín clásico: la tabla de salvación era escribir esa palabra o palabras en romance.
Por eso entre el s. IX-XI, por ejemplo en el caso del catalán, encontramos numerosos escritos de tipo jurídico (contratos, juramentos, pactos) en el que el latín aparece mezclado con términos y frases en romance.
Acuerdo entre el conde Artal y Roger Bernat

Un ejemplo de alto grado de mezcla vemos en este documento, fechado entre el 1094 - 1110, en el que se usa muchos términos latinos junto con catalanes pero es indudable que se piensa y se construye en catalán.
El conde Artal (II de Pallars Sobirà?) promete a Roger Bernat una solución legal o una compensación para un problema de límites de tierras. Por su parte Roger se compromete a servicio feudal tres días a la semana, a entregar una mula y una cota de malla valorada en 40 onzas, además de derechos sobre unos terrenos.

1 Hec est conueniencia quod facit Artall cum Roger Bernard in Mont-cortes, denante Artall, suo 2 filio.
1 Éste es el acuerdo que hizo <el conde> Artal <II> con Roger Bernat en Montcortès, en presencia de Artal <III>, 2 su hijo.
Et conuenit li Artall che_li pledeg lo_termen de Castilgon cum ipso comite; et 3 si non lo_pod guarir per directo, quod ille lo_li emende.
Y Artal promete que litigará por el término de Castillò <de Tor?> con el mismo conde; y 3 si no lo puede arreglar por derecho, que aquél se lo compense.
(otra traducción posible, suponiendo que Roger ha tomado tierras de Artal: si Roger no prueba en juicio sus derechos, deberá compensar a Artal).
Y Artal está conforme en que <Roger> le lleve a juicio por los límites de Castillò; y si 3 no lo puede arreglar por vía legal, que le compense.
Et Roger Bernard conuenit li ser- 4 uicio de illo castellano de Castilgon et de illos homines qua lo1 castello ab-erat establid, de die 5 lunis usque ad_die mercoris ad uespre, infra Palgars.
Y Roger Bernat le promete el ser- 4 vicio del castellano de Castillò y de los hombres que hubiera destacado en el castillo, del día 5 lunes hasta el día miércoles al ocaso, dentro <del término> de Pallars.
Et Roger Bernard donat le'n .I. als- 6 perg et una mula per XLª uncias, che manleua de Berenger Bernard, per co che acsi 7 li_o faca; et reddet li la conamina2 de Salass; et si la condamina uoluit tenere Artall, 8 faciat le'n_de emena ad laudamento de illos homines de_Salass aut reddat illi ipso pre- 9 cio quod suo patre li_dona.
Y Roger Bernat le entrega una cota de 6 malla y una mula por <valor de> 40 onzas, las cuales toma prestadas de <su padre?> Berenguer Bernat, para que así 7 lo haga; y le entrega la campiña de Salàs; y si Artal quiere tener la campiña, 8 que haga una compensación según acuerdo con los ciudadanos de Salàs o que le devuelva la misma su- 9 ma que su padre le entregó.
Et fuerunt ibi Mir Girbert et Mir Roger et Berenger 10 Bernard.
Y estuvieron ahí <como testigos> Mir Girbert, Mir Roger y Berenguer 10 Bernat.
11 Si g[n]um Artallo. Hislonza comitesa.
11 Fir ma de Artal <y> la condesa Aldonza.
1“lo castello” sobre el renglón
2“conamina” con la “i” corregida.

Para esta transcripción he usado el facsímil que aparece en Joaquim Miret i Sans, Antics documents de llengua catalana, p. 55 (lámina 4), Barcelona 1915. Los números en negrita indican el inicio de cada línea del documento.
Si quieres profundizar en el tema de cómo las lenguas romances fueron desarrollándose y separándose del tronco del latín y consultar el llamado Llibre Jutge y las Homilías de Organyà, que están entre los principales hitos del nacimiento de la lengua escrita en catalán, puedes hacerlo en este link.

viernes, 18 de septiembre de 2015

El "Liber gestorum" y el "Llibre dels fets" de Jaime I


Aunque desde el 2013 tenía en el cajón el proyecto de traducción de la monumental compilación titulada “Opus aureum” (véase entrada 9/10/2013: aureum-opus-un-tesoro-de-la-valencia), recién este verano he encontrado tiempo para poner manos a la obra.
Y la primera cosa que se presenta al empezar el “Opus aureum” es una porción de otra obra: la larga sección del “Llibre dels Fets” dedicada a la conquista de Valencia. Estuve tentado de pasar por alto esta sección, por dos razones: porque está escrita en catalán medieval y porque significaba alargar más un trabajo ya inmenso. Sin embargo (aquí tocaría decir que el buen rey Jaime I se me presentó en sueños y me rogó difundir su obra) al final más pesó el hecho que forma parte del “Opus aureum”, que la versión que ahí aparece ha sido menos estudiada, y que en general es una obra que todavía no ha recibido la atención y la difusión que su importancia merece.
Para llegar a un término medio opté por ocuparme del “Llibre dels fets”, pero solo en la sección expuesta en el “Opus aureum”, es decir, la parte relativa a la conquista de Valencia. Sin embargo, para saciar un mínimo de rigor y en vista de la penuria de fuentes libremente accesibles, antes de ocuparme del texto del “Llibre” en el “Opus aureum”, he visto conveniente publicar primero las ediciones en catalán más antiguas (solo la sección sobre la conquista de Valencia) y ofrecer algunas pinceladas sobre su versión latina. De modo que lo que se presentaba como un trabajo extra ha terminado por ser tres trabajos extras: 1) la versión latina del “Llibre”; 2) las ediciones catalanas más antiguas del “Llibre”; 3) la edición de la parte del “Llibre” expuesta en el “Opus Aureum”.

Prólogo de Pere Marsili, en el ms 64, f. 6r.

El ejemplar más antiguo que se conserva de esta obra está escrito en latín, obra del fraile dominico Pere Marsili, por orden del rey Jaime II (según declara el mismo Marsili, pero esa afirmación debe ser tomada con cautela).
El hecho que el ejemplar más antiguo que se conserva esté en latín llevó a algunos a sospechar que quizás la obra original no fue escrita en catalán, e incluso que el rey Jaime I no era su autor. Actualmente la abrumadora mayoría de estudiosos opina que el original fue escrito en catalán y que el rey Jaime I es su autor, aunque todavía algunos porfían que debió tener algún colaborador, cuyo grado de participación se discute.
La preeminencia del texto catalán no quiere decir que la traducción de Marsili sea superflua. Un estudio del Llibre, que prescinde del Liber, será deficiente. De hecho, actualmente todavía hay que profundizar más la relación entre el texto latino y el texto catalán, pues ambos textos pueden iluminarse recíprocamente.
Respecto al manuscrito original y al trabajo editorial que realizó, el mismo Pere Marsili nos deja claro que: 1) previo a su trabajo ya existía un texto en lengua vulgar; 2) no eran varios textos a partir de los cuales él crea una obra, sino una sola y única obra, ya acabada, pero en cierto desorden (quizás algunos folios sueltos y notas en los márgenes) y sin indicación de páginas o capítulos; 3) al existir un único ejemplar y en estado caótico la obra permanecía casi totalmente desconocida; 4) queda implícito que la primera, y fatigosa, tarea que realizó Marsili fue “poner en orden” el texto primigenio; 5) luego lo tradujo al latín, adornándolo y ampliándolo en cuestiones secundarias, y su versión latina la dividió en partes y la organizó por capítulos.

Jaime I, Liber gestorum, Prólogo de Pere Marsili, n. 5
5. Y aunque los reinos conquistados por él, arrancadas las zarzas de la infidelidad, sembrada la semilla viva de la fe católica, le elevan perpetuas alabanzas tanto divinas como humanas, y lo conservan perenne y felizmente en las mentes de sus gentes; sin embargo más razonable pareció a ojos del ilustrísimo señor Jaime II, rey de Aragón, Valencia, Cerdeña, Córcega, conde de Barcelona, abanderado, almirante y capitán general de la santa Iglesia romana, que las hazañas de su victoriosísimo abuelo, en tiempos antiguos reunidas de modo veraz pero en lengua vulgar, y depositadas en los archivos de la casa real para perpetua memoria de su éxito, fuesen hechas públicas, escritas en lengua latina, dividida por capítulos según la diversidad de temas, y que se trasladase a un único volumen histórico y ordenado cronológicamente, en el que se tejiese toda la serie de hazañas de dicho rey, su abuelo, y Dios sea alabado en su real brazo y en su gloriosísimo príncipe por los lectores.
5. Et quanuis regna per eum acquisita, euulsis infidelitatis uepribus, catholice fidei uiuo superseminata semine, eum perpetuis laudibus attollant diuinis pariter et humanis, et conseruent perenniter et feliciter in memoriam hominum; tamen ualde rationi consonum in oculis illustrissimi domini Iacobi Secundi, regis aragonum, Ualentie, Sardinie et Corsice comitisque Barcinone, ac sancte romane Ecclesie uexillarii, admirati et capitanei generalis, apparuit ut uictoriosissimi aui sui gesta, pristinis temporibus ueraci stilo sed uulgari collecta, ac in archiuis domus regie ad perpetuam sue felicitatis memoriam reposita, reducerentur in medium, atque latino sermone diserta, et per capitula iuxta conclusionum uarietatem distincta, unum historialem et cronicum redderent codicem, in quo tota dicti regis, aui sui, magnorum factorum texeretur series, et Deus in suo regali brachio ac gloriosissimo principe a legentibus laudaretur.

Y si todavía alguien dudase, tenemos el testimonio del ms. 1018 (que en todo se muestra fidelísimo al ms 64, que es el más antiguo en latín, pero que ha perdido los últimos folios) que nos transmite la conclusión final de la obra:

Jaime I, Liber Gestorum, Conclusión de Pere Marsili. Ms 1018, f. 192v.
Este libro fue traducido de lengua vulgar al latín, organizado en cuatro partes principales, y dividido en capítulos, por el antedicho fraile en la ciudad de Barcelona, reinando el ilustrísimo señor rey Jaime, rey de los aragoneses, de Valencia, Cerdeña y Córcega, conde de Barcelona, y abanderado, almirante y capitán general de la santa Iglesia romana, el año del Señor 1313, el 4º día antes de las nonas de abril (= 2 de abril).
Hic liber de uulgari in latinum translatus est, per quatuor sui partes principales distinctus, et in certa capitula diuisus est per dictum fratrem in ciuitate Barcinonae, regnante illustrissimo domino regi Iacobo, rege aragonum, Ualentiae, Sardiniae ac Corsicae, ac comite Barcinonae, ac sanctae romanae Ecclesiae uexillarum, almirantis et capitanei generalis, anno Domini millesimo trecentesimo tercio decimo, quarto nonas aprilis.

Queda claro entonces que un doble mérito corresponde a Marsili: 1) Haber devuelto su orden al texto primigenio catalán, lo cual facilitó que después pudiesen hacerse copias del texto original. 2) Su edición latina, aunque pierde el dinamismo narrativo (al cambiar el relato en primera persona por la tercera persona) y sus añadidos son casi siempre meramente retóricos, sin embargo algunas digresiones tienen información útil, en general sirve para confirmar o aclarar algunos pasajes del texto catalán y se debe reconocer que gracias a su trabajo esta obra se abrió al mundo erudito de entonces.
El prólogo en el ms 1018, f. 6r.

Un último apunte. Cuando Marsili realizó su edición, no solo se redactó un ejemplar (nuestro actual ms. 64), sino que se redactó otro ejemplar de lujo:

Carta de fray Pedro Marsili al rey Jaime II (ms 64, f. 5r)
Ilustrísimo señor rey Jaime, a vuestra regia majestad humildemente suplica fray Pedro Marsili que, siendo que la prudencia regia mandó escribir en pergamino este “Libro de las hazañas” de vuestro victoriosísimo abuelo, que este otro se entregue a fray Pedro, para que siempre esté en la biblioteca comunitaria del convento de Mallorca de los Frailes Predicadores, para que cuando el último día del año se celebre la fiesta anual de la conquista de la ciudad de Mallorca para gloria de Dios y digno recuerdo de su afortunadísimo príncipe de perpetua alabanza, los frailes, que en dicha solemnidad tienen que predicar ese día a todo el clero y el pueblo, puedan recurrir a esta obra e informarse cabalmente de la veracidad de esos sucesos.
Regie uestre magestati, illustrissime domine rex Iacobe, humiliter suplicat frater P[etrus] Marsilii quatinus, si regia circumspectio hunc "Librum gestorum" uictoriosissimi aui uestri in pergameno scribi mandauerit, hic detur ipsi fratri P[etro], ut semper sit in communi armario Fratrum Predicatorum conuentus mayoricensis, ut, quando de acquisitione ciuitatis mayoricensis ultima die anni annuum festum agitur ad Dei gloriam et sui felicissimi principis perpetue laudis dignam memoriam, fratres, qui in dicta sollempnitate habent illa die toti clero et populo predicare, ad hoc opus recursum habeant et de ueritate factorum plenius informentur.
En Cristo. In Christo.

Carta del rey Jaime II a fray Marsili (ms 64, f. 5r)
Nos y nuestra casa estamos, y debemos estar, agradecidos por vuestro servicio, fray Pedro. Gratum habemus, et habere debemus, uestrum seruicium, frater P[etre], et nos et domus nostra.
Y de inmediato ordenamos a nuestro tesorero que la presente obra sea escrita en pergamino y adornada con letras e ilustraciones doradas. Et nunc precipimus thesaurario nostro quod presens opus scribatur in pergameno et litteris et istoriis aureis rubricetur.

Al principio pensé que estas cartas indicaban que, además del humilde ms. 64, se había ejecutado un ejemplar de lujo para el rey Jaime II, y que a petición de Marsili el rey financiaba otro, igualmente de lujo, para los dominicos de Mallorca (que yo suponía que se trataba del ms. 40 del Arxiu de Mallorca). Un lectura más atenta me persuade que en la primera carta simplemente se menciona que ya se ha hecho un ejemplar regio y por consiguiente se ruega que el ms. 64 se devuelva a fray Marsili, y la segunda carta en realidad debe ser anterior y hace referencia a la orden del rey a realizar el ejemplar regio
Por lo tanto en 1313 se concluyó la redacción del ms. 64 y en 1314 se hizo un ejemplar de lujo para el rey Jaime II de Aragón. No hay certeza si el ejemplar que se mandó al rey de Mallorca en mayo de 1313 era una copia de la traducción de Marsili o una copia del arquetipo original.
Para acabar señalamos los 4 ejemplares latinos más antiguos que han llegado hasta nuestros días:
Ms 64 (a. 1314) de la Biblioteca Universitaria de Barcelona. Ha perdido los últimos (quizás 8 o 10) folios, desde el c. 45 de la cuarta parte hasta el final. Disponible on line.
Ms 40 (s. XIV) del Arxiu del Regne de Mallorca. Contiene solo el segundo libro y su respectiva traducción al catalán. Anotaciones marginales (realizadas entre 1505 - 1634) indican que fue usado para el “Sermón de la Conquista”. No disponible on line.
Ms S.I. - A. 76 - t. 2 (s. XIV) del Arxiu Capitular de Mallorca. Contiene solo el segundo libro y su respectiva traducción al catalán. No disponible on line.
Ms 1018 (s. XVI) de la Biblioteca de Catalunya. Texto completo. Disponible on line.
Naturalmente en mi traducción me valgo de los dos textos disponibles on line.

Nota diciembre 2017: mi edición crítica del Liber gestorum, III, 1-40: La conquista de Valencia, se puede adquirir en Amazon. Ahí también se puede comprar mi edición crítica del Llibre dels Fets, 127-289. Para saber más sigue este enlace.