Mostrando entradas con la etiqueta Carlomagno. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Carlomagno. Mostrar todas las entradas

sábado, 3 de noviembre de 2018

La legendaria batalla de Roncesvalles


En la entrada del 26 de septiembre de 2014 (Roldán prefecto de la marca de Bretaña) vimos el relato más antiguo de la expedición carolingia del año 778 en el norte de la península ibérica y en especial el relato de la célebre batalla de Roncesvalles. Pero más tarde en paralelo creció un relato legendario de la batalla de Roncesvalles. Tanto se difundió ese relato legendario que durante varios siglos casi ocultó la batalla real.
El contexto histórico fue el siguiente: cuando los turcos selyúcidas ocuparon Jerusalén (1078), prohibieron el paso de los peregrinos y pusieron en jaque a Bizancio, la Cristiandad comenzó a mirar Oriente cada vez con mayor preocupación, hasta que el 27 de noviembre de 1095 el papa Urbano II exhorta a todos los cristianos que se unan y liberen Jerusalén: así empieza la era de las cruzadas. En este contexto cobran un nuevo y gran impulso los relatos épicos. Se busca en el pasado los héroes que personifiquen la religiosidad cristiana y la valía militar y se encuentra en el reinado de Carlomagno las bases necesarias para levantar relatos épicos con cierto aire histórico creíble. Así probablemente a finales del s. XI o principios del s. XII cristaliza la primera gran versión de la Chanson de Roland (manuscrito de Oxford) escrito en romance, y poco después, a mitad del s. XII, el De expedimento et conuersione Yspanie et Gallecie escrito en latín, conocido principalmente por formar el Libro IV del códice Calixtino.
El hecho que la batalla de Roncesvalles sea el argumento de la Chanson y ocupe un lugar muy importante en el De expedimento nos mueve a preguntarnos si al menos el núcleo de ese relato ya existía y tenía cierta difusión. El relato hecho en el s. IX por Einhardus, contemporáneo de Carlomagno, parece apoyar esa suposición. En mi artículo del 2014 hice notar que aunque Carlomagno y sus tropas protagonizaron muchísimas acciones bélicas memorables durante su largo reinado, sin embargo la acción bélica descrita con más detalle por Einhardus fue la emboscada que los vascos tendieron a la retaguardia del ejército franco en el paso de Roncesvalles. Desde el punto de vista estratégico, militar o económico esa derrota no tuvo ninguna repercusión. Los tres nobles que cayeron (Eckard, Anselmo y Roldán) tampoco parece que tuvieron mucha relevancia en la numerosa corte carolingia, de hecho nada sabíamos de ellos antes de esta mención. Sin embargo por una razón que desconocemos esa derrota a manos de los vascos causó honda indignación en el pueblo franco. Por eso de entre tantas guerras y proezas militares de Carlomagno solamente se detiene la pluma de Einhardus en el día que el glorioso ejército franco experimentó la "wasconicam perfidiam". Y podemos ver que casi medio siglo después la herida todavía está sangrante cuando anota con pesar que "este hecho hasta el presente no ha podido ser castigado".

Bibliothèque nationale de France, NAF 28876, f. 146v (s. XIV): derrota de Roncesvalles.
Podemos suponer que ese hecho seguía bien vivo en la memoria de los francos porque los poetas ya habían hecho suyo el argumento y comenzaban a trazar las primeras pinceladas que culminará siglos más tarde en la grandiosa epopeya de la Chanson de Roland y los múltiples y variados relatos y héroes que surgirán en el universo literario en torno a la figura de Carlomagno y Roldán. Pero parece que nunca sabremos con certeza qué hecho especialmente trágico, horrible o grandioso ocurrió en Roncesvalles que lo distinguió de todas las otras batallas.
Del relato de la batalla de Roncesvalles según el De expedimento et conuersione Yspanie et Gallecie podemos extraer una hipótesis verosímil para explicar ese misterio, pero que nunca podremos demostrar con certeza. En el largo capítulo XXI del De Expedimento se narra la traición de Ganelón y el encarnizado combate en Roncesvalles (XXI/1), la muerte de Marsilio, rey de Zaragoza, y las palabras de despedida de Roldán a su espada Durendal (XXI/2), su llamada de auxilio con su cuerno, sus últimas oraciones y su muerte ejemplar (XXI/3). El escritor interrumpe el relato para insertar un largo elogio fúnebre (XXI/4). Luego Turpín (en este relato no participa en la batalla) conoce la muerte de Roldán por una revelación divina, se halla el cadáver de Roldán y se narra el lamento de Carlomagno por el héroe caído (XXI/5). Finalmente en XXI/6 se narra el hallazgo del resto de combatientes, la aniquilación del ejército enemigo y el descuartizamiento del traidor Ganelón. Vemos que aunque en el De Expedimento se han reducido drásticamente la descripción de combates y suprimido los diálogos entre los combatientes, básicamente se sigue el mismo argumento que la Chanson con pequeñas variantes.

Bibliothèque nationale de France, ms. fr. 2608, f. 147v (s. XIV): el rey Marsilio ofrece oro, vino y mujeres.
Ahora fijémonos en dos variantes que creo pueden ayudarnos a ofrecer una explicación al misterio de Roncesvalles. La primera es el final del relato de la batalla (XXI/1 12):

12. De inmediato a los nuestros, fatigados y agotados por tan duro combate, les atacan los otros 30 mil sarracenos y abatieron del más grande al más pequeño. En verdad ni uno de los veinte mil cristianos se libró: unos atravesados por lanzas, otros degollados a espada, otros descuartizados con hachas, otros perforados con flechas y saetas, otros mueren vareados, otros despellejados vivos con cuchillos, otros quemados en el fuego, otros colgados de los árboles.
12. Statim nostros, tanto bello fatigatos et lassos, alia XXX milia sarracenorum aggrediuntur et percusserunt eos a maiori usque ad minorem. Nec unus quidem e uiginti milibus christianorum euasit: alii lanceis perforantur, alii spatis decollantur, alii securibus absciduntur, alii sagittis et iaculis perforantur, alii perticis uerberando perimuntur, alii cultellis uiui excoriantur, alii igne cremantur, alii arboribus suspenduntur.

La otra variante está en XXI/6 1-3:

1. Y al día siguiente, muy temprano, se dirigieron armados al lugar donde se había librado la batalla y donde yacían los combatientes muertos en Roncesvalles, y cada uno halló a sus amigos: unos completamente muertos, otros todavía vivos pero heridos de muerte.
1. Crastina namque die, summo diluculo, armati ad locum quo bellum peractum fuerat et pugnatores perhempti iacebant in Runciaualle ierunt, et singuli singulos amicos suos, quosdam penitus exanimatos, quosdam adhuc uiuos sed usque ad letum uulneratos, inuenerunt.
2. En verdad a Oliveros, ya migrado de esta vida a otra mejor, lo encontraron echado en el suelo, boca arriba, extendido en forma de cruz por cuatro palos fijados en tierra, a los que estaba fuertemente atado con cuatro nudos, y despellejado con cuchillos afiladísimos desde el cuello hasta las uñas de pies y manos, perforado con flechas, lanzas y espadas, y molido por fuertes golpes de palos.
2. Oliuerum namque, ab hac luce in meliore migratum, iacentem super solum, terre euersum, in effigie crucis extensum quattuor palis in terra fixis, cum quattuor retortis fortiter nexum, et a collo usque ad ungues pedum et manuum cultellis acutissimis excoriatum, iaculisque, sagittis lanceisque, spatis perforatum magnisque ictibus baculorum attritum inuenerunt.
3. El clamor, los lamentos y las voces de los que lloraban era inmenso, porque cada uno se dolía por su propio amigo. Y con sus quejidos llenaban todo el bosque y el valle.
3. Clamor quoque et luctus et uox plangentium innumerabilis erat, quia unusquisque super amicum suum dolebat. Totum nemus et uallem clamoribus suis implebant.

Por lo tanto según el De Expedimento no todos los que murieron en Roncesvalles cayeron luchando (lanzas, espadas, hachas, flechas, saetas) sino que algunos debieron ser capturados y murieron en medio de tormentos (vareados, despellejados, quemados, colgados). Incluso Oliveros, el mejor amigo de Roldán, sufrió una muerte atroz. En cambio en la Chanson de Roland se narra la muerte de Oliveros de un modo heroico: Oliveros, tras haber combatido contra un número abrumador de enemigos, es herido de muerte por una lanzada por la espalda que traicioneramente le asesta el moro Marganice, al que a su vez Oliveros abate antes de expirar.
A partir de este relato del De Expedimento podemos plantear esta hipótesis: muchos caballeros del ejército franco fueron capturados tras la emboscada y fueron torturados y recibieron una muerte atroz e ignominiosa. El ensañamiento de los vascos pudo ser en venganza por los atropellos y destrucción que causó el ejercito carolingio en su territorio, que culminó con la destrucción de Pamplona. Si las cosas fueron así, podemos suponer que los tres nobles que menciona Einhardus, o por lo menos Roldán, sufrieron vivos o en sus cadáveres el ensañamiento de los vencedores. Luego es fácil imaginar la indignación y la ira de los francos cuando descubrieron el campo de batalla sembrado con los cuerpos torturados de sus compañeros.
Si esta hipótesis es correcta, eso significaría que el De Expedimento recoge otra tradición, quizás conservada en Blaye, a la cual el autor se refiere siempre con deferencia y donde se hallaba la tumba de Roldán y donde se le rindió culto como mártir (aunque no sabemos si ese culto fue anterior o posterior al De Expedimento). Esa tradición, aunque seguramente también retocada, sería más antigua y más fiel a los hechos reales que la versión idealizada de los cantares de gesta donde todos los héroes mueren tras valeroso combate.
En contra de esta hipótesis podemos pensar que el autor del De Expedimento ha fraguado estas variantes precisamente para que sus personajes no solo sean héroes militares sino también presentarlos como auténticos mártires de la fe. De hecho en otro pasaje el De Expedimento (XXVI 5-9) expone abiertamente la idea recurrente en tiempos de las cruzadas: todo el que muere combatiendo a los infieles es un mártir y por tanto consigue la recompensa celestial.

Bibliothèque nationale de France, NAF 28876, f. 150v (s. XIV): ejecución del traidor Ganelón.

 En el De Expedimento y la Chanson de Roland los vascos han sido reemplazados por musulmanes y los pocos cientos de combatientes se han convertido en decenas de miles. Ambos relatos retocan el relato histórico de Einhardus: es cierto que el ejército franco sufrió una grave derrota pero en la narración legendaria la afrenta fue lavada: Roldán mató al rey Marsilio y Carlomagno aniquiló las restantes tropas enemigas y mandó ajusticiar al traidor Ganelón. Así la leyenda cerró la herida en la conciencia del pueblo franco producida por un hecho que todavía no ha podido ser aclarado con total certeza.
 
En la tienda online de Amazon puedes encontrar mi edición crítica del De expedimento et conuersione Yspanie et Gallecie (texto latino a partir de los mejores manuscritos y traducción al castellano, xviii + 126 p.) así como una edición básica (solo traducción al castellano, 17, 597 palabras) para libros electrónicos. Lector: eme, lege et gaudebis!
Visita mi página de autor en Amazon: https://www.amazon.com/author/pedro-leon-mescua

viernes, 26 de septiembre de 2014

ROLDÁN PREFECTO DE LA MARCA DE BRETAÑA


El a. 778 Carlomagno pensó que todas las circunstancias le eran favorables para asestar un golpe decisivo a la amenaza musulmana que se agazapaba en la península ibérica. El año 774 había destruido el reino longobardo y deportado a Desiderio, su último rey, aquietando así las cosas en la península italiana; los revoltosos sajones estaban momentáneamente en paz tras la campaña del 776-777 y el bautismo de gran parte de ellos. El norte de la península ibérica entonces era un “todos contra todos”, en que cada pequeño reino luchaba celosamente por extender o defender su señorío, sin importar si el amigo o enemigo era cristiano (vasco, navarro, asturiano, etc) o musulmán. En este contexto no asombra que el a. 777 una delegación musulmana acudió ante Carlomagno para solicitar su intervención contra los propios musulmanes (y contra los cristianos que hiciese falta).


Einhardus, Annales, a. 777-778 (MGH, SS rer. Germ., t. 6, p. 49 y 51)
A este mismo lugar y en esta mismas fechas vino ante la presencia del rey un sarraceno de Hispania llamado Ibn al Arabi con otros socios sarracenos, sometiéndose él y las ciudades en las que el rey de los sarracenos lo había puesto al mando ….....
Venit eodem in loco ac tempore ad regis praesentiam de Hispania sarracenus quidam nomine Ibin al Arabi cum aliis sarracenis sociis suis, dedens se ac ciuitates, quibus eum rex sarracenorum praefecerat. …..........
Entonces, por persuasión del antedicho sarraceno, concibiendo la esperanza fundada de capturar algunas ciudades en Hispania, congregando su ejército, se puso en marcha, ….
Tunc ex persuasione praedicti sarraceni spem capiendarum quarundam in Hispania ciuitatum haud frustra concipiens, congregato exercitu, profectus est, …...


En la versión legendaria el apóstol Santiago incita a Carlomagno a invadir la Península para expulsar a los musulmanes. Ilustración de las Grandes Chroniques de France, BNF Ms. Fr. 10135 (s. XIV), f. 134v.



Carlomagno ejecutó su ofensiva de un modo similar a su campaña italiana: un movimiento de tenazas en la que el grueso del ejército penetraba por Cataluña, mientras que una fuerza expedicionaria menor, dirigida por el propio Carlomagno, entraba por la ruta más inhóspita de los Pirineos navarros.


Annales Laurissenses Maiores, a. 778 (MGH, SS rer. Germ., t. 6, p. 50)
Entonces nuestro señor el rey Carlos marchó a tierras de Hispania por dos caminos: uno a través de Pamplona, por el cual el magno rey marchó hasta Zaragoza; y ahí los que venían desde la región de Burgundia, Austria o Baviera, Provenza, Septimania y la región de los longobardos, y ante la susodicha ciudad se unieron los ejércitos desde ambas direcciones.
Tunc domnus Carolus rex iter peragens partibus Hispaniae per duas uias: una per Pampilonam, per quam ipse supradictus magnus rex perrexit usque Caesaraugustam; ibique uenientes de partibus Burgundiae, et Austriae uel Baioariae, seu Prouinciae et Septimaniae, et pars langobardorum, et coniungentes se ad supradictam ciuitatem ex utraque parte exercitus.
Ahí, tras recibir rehenes de Ibn al Arabi, de Abutauro y de muchos sarracenos, destruir Pamplona, subyugar a los vascos hispanos y también a los navarros, volvió a tierras de Francia.
Ibi, obsides receptos de Ibin al Arabi et de Abutauro et de multis sarracenis, Pampilona distructa, hispani wascones subiugatos, etiam et nabarros, reuersus in partibus Franciae.



A su paso la maquinaria bélica franca trituró por igual a musulmanes y a cristianos. Y aunque Carlomagno no consiguió el objetivo principal, que sin duda era capturar la estratégica y bien fortificada ciudad de Zaragoza, prefirió retirarse con sus fuerzas intactas, en lugar de un largo asedio, Sin duda Carlomagno tenía en cuenta que sajones, normandos, italianos, eslavos o bizantinos en cualquier momento podían inquietar otras regiones de su imperio.
Pero durante la retirada de lo que parecía un fácil paseo triunfal, una columna del ejército franco que volvía a Francia a través de los Pirineos sufrió una emboscada, que se convertirá en la más célebre de la historia.
Gracias al hallazgo del epitafio de Eckard, el intendente de palacio, que también murió ese día, sabemos la fecha exacta de este suceso: el 15 de agosto del 778.
 Leamos el relato que hace el secretario de Carlomagno y contemporáneo al suceso:


Einhardus, Vita Karoli, n. 9 (MGH, SS rer. Germ., t. 25, p. 12-13)
En verdad mientras combatía frecuentemente y casi de continuo con los sajones, tras colocar guarniciones en lugares adecuados, se dirige a Hispania con todas las fuerzas militares posibles.
Cum enim assiduo ac poene continuo cum saxonibus bello certaretur, dispositis per congrua confiniorum loca praesidiis, Hispaniam quam maximo poterat belli apparatu adgreditur.
Tras atravesar el paso de los Pirineos y recibir en rendición todos los bastiones y castillos que había atacado, vuelve con su ejército a salvo e incólume; excepto por el hecho que al volver tocó experimentar brevemente la perfidia vasca en las alturas de los Pirineos.
Saltuque Pyrinei superato, omnibus quae adierat oppidis atque castellis in deditionem acceptis, saluo et incolomi exercitu reuertitur; praeter quod in ipso Pyrinei iugo wasconicam perfidiam parumper in redeundo contigit experiri.
Pues ya que el ejército iba extendido en larga columna, según lo permitía las características del lugar y los desfiladeros, los vascos, puestas emboscadas en la cumbre de la montaña en verdad por lo frondoso de los bosques, que ahí hay muchos, el lugar es adecuado para hacer emboscadas atacando desde lo alto a la parte final de los pertrechos y a los que yendo últimos de la formación daban escolta a los que iban delante, los despeñan al barranco adyacente, y trabando combate con ellos, matan a todos hasta el último. Y tras robar los bagajes, con gran rapidez se dispersan en distintas direcciones, protegidos por la noche que ya caía.
Nam cum agmine longo, ut loci et angustiarum situs permittebat, porrectus iret exercitus, wascones, in summi montis uertice positis insidiis est enim locus ex opacitate siluarum, quarum ibi maxima est copia, insidiis ponendis oportunus extremam impedimentorum partem, et eos, qui nouissimi agminis incedentes, subsidio praecedentes tuebantur, desuper incursantes, in subiectam uallem deiciunt, consertoque cum eis proelio, usque ad unum omnes interficiunt. Ac direptis impedimentis, noctis beneficio quae iam instabat protecti, summa cum celeritate in diuersa disperguntur.
En esta acción favorecía a los vascos la ligereza de sus armas y la naturaleza del lugar en que ocurrió. Por el contrario la pesadez de sus armaduras y lo malo del terreno puso a los francos en desventaja en todo ante los vascos.
Adiuuabat in hoc facto wascones et leuitas armorum et loci in quo res gerebatur situs. Econtra francos et armorum grauitas et loci iniquitas per omnia wasconibus reddidit impares.
En este combate murieron Eckard, intendente de palacio, el conde palatino Anselmo y Roldán, prefecto de la marca de Bretaña, junto con otros muchos.
In quo proelio Eggihardus, regiae mensae praepositus, Anshelmus comes palatii, et Hruodlandus, brittannici limitis praefectus, cum aliis compluribus interficiuntur.
Y este hecho hasta el presente no ha podido ser castigado, porque el enemigo, una vez lo cometió, de tal modo se dispersó que no ha quedado noticia de dónde pueda buscarse esa gente.
Neque hoc factum ad praesens uindicari poterat, quia hostis, re perpetrata, ita dispersus est ut ne fama quidem remaneret ubinam gentium quaeri potuisset.


Una facción o grupo de clanes vascos obrando por propia iniciativa (Einhardus recalca que son vascos, pero también que no se sabe dónde habitan, por lo tanto no fue una acción de guerra convencional) decide vengarse de los francos por los atropellos cometidos al pasar por su territorio. Aprovechando su buen conocimiento del territorio, que es abrupto y con fuertes pendientes, realizan con éxito un ataque sorpresivo contra la expuesta retaguardia y los mozos que conducían las acémilas con el equipaje.
Colocados estratégicamente en lugares altos, inaccesibles para la caballería, arrojarían troncos, rocas y flechas que causarían numerosas bajas y caos en las filas, incapaces de maniobrar en ninguna dirección, atrapados entre el barranco y sus atacantes, estorbándose entre ellos mismos y equipados inadecuadamente para la lucha en ese terreno.
Roldán muere y su alma nace en el cielo, acogida por los ángeles. Ilustración de las Grandes Chroniques de France, BNF Ms. Fr. 10135 (s. XIV), f. 144r.

 ¿Por qué obtuvo tanta resonancia esta escaramuza, más cercana a un golpe de mano de una “guerra de guerrillas” que a una batalla convencional, sin ningún valor estratégico, en la que probablemente solo se perdieron como mucho unos pocos cientos de soldados, además de tres personajes de rango intermedio, desligados de la familia real ?
El solo hecho que Einhardus le dedique tanto espacio a este suceso (casi todo el capítulo 9), teniendo en cuenta la brevedad con la que relata muchos sucesos más importantes, y sobre todo teniendo en cuenta que Einhardus pasa rápidamente todas las numerosas gestas militares ocurridas durante el reinado de Carlomagno, es una clara indicación que esta emboscada ya se había vuelto célebre a la muerte de Carlomagno.
El primer poeta anónimo, que con la magia de la palabra convirtió la escaramuza en gesta heroica, no pudo recurrir al recurso de decenas de miles de moros, pues los hechos reales todavía eran muy recientes, pero seguramente trazó las líneas magistrales que otros poetas seguirían: el pequeño grupo de valerosos guerreros francos encabezados por el héroe Roldán, tras haber vencido mil veces al enemigo en leal combate, esta vez caen ante la perfidia y la superioridad numérica. El sentimiento de indignación que debía producir entre el público está bien reflejado en las palabras finales de Einhardus: “Este hecho hasta el presente no ha podido ser castigado”.
Con el tiempo el enemigo ya no serán los vascos, que también son cristianos y cuyo pueblo no tiene ningún lustre, sino el musulmán, un adversario rico y poderoso, enemigo de Cristo y capaz de toda perfidia. Junto a Roldán se creará una serie de personajes, con alguna base histórica o puramente ficticios, y una serie de acontecimientos previos y posteriores, que complementan y profundizan los detalles que la curiosidad humana exige saber sobre el héroe. Con el aporte de diferentes poetas, poco a poco se fue forjando una gran epopeya.
Un par de siglos más tarde esos relatos legendarios, ya bien conocidos por todos, han suplantado los escasos datos históricos. Incluso Carlomagno, un personaje histórico bien conocido, parece a ratos desaparecer ante el producto legendario de los poetas. Así, cuando se ponen por escrito esto relatos populares toman la forma del poema heroico "El Cantar de Roldán" (el ejemplar más antiguo es la "versión de Oxford" en anglo-normando) y el "De expedimento et liberatione Yspanie et Gallecie" que narra las legendarias hazañas de Carlomagno y Roldán en la península ibérica (escrito en latín y su ejemplar más antiguo está en el Libro IV del Codex Calixtinus). Desde entonces Roldán, prefecto de la marca de Bretaña, muerto en algún lugar indeterminado de los Pirineos, sigue vivo en la leyenda.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Una ojeada al Codex Calixtinus


En julio del 2011 la prensa de todo el mundo lamentaba el robo de uno de los códices más valiosos del mundo. Al mismo tiempo la mayoría de españoles recién se enteraba que un tesoro de tal magnitud se encontraba en España. Finalmente, el pasado 4 de julio, se ha resuelto felizmente el caso. No se trataba de Arsenio Lupín ni "los doce de Ocean", sino, como en el guión de una película barata, el imputado es simplemente el electricista de la Catedral de Santiago.
Recuperado el Codex y pasado el susto, se ha iniciado una exposición itinerante, que ya ha empezado en Santiago, y visitará varias ciudades españolas (Madrid y León, confirmadas) y extranjeras. ¡Esperemos que Valencia esté entre las afortunadas!
Al ser entrevistados los primeros visitantes la mayoría reconocía que sólo sabían que era "algo muy valioso" y que no imaginaban qué era exactamente el Codex Calixtinus.

 Este vídeo, grabado por loable iniciativa de un grupo de estudiantes ocho meses antes del robo, muestra con qué poco cuidado se trataba y conservaba: es injustificable tocar sin guantes un libro tan antiguo. Vídeo (en gallego) del "Club de lectura As pintoras daltónicas".
 
Se llama codex (códice, en castellano) a un conjunto de libros escritos a mano, antes de la invención de la imprenta. Tengamos en cuenta que antes de la aparición del libro en el formato que hoy conocemos, lo más habitual en la Antigüedad era el "rollo": largas tiras de papiro o pergamino que se guardaban enrolladas en envases cilíndricos. Recién el s. III comienza a imponerse el formato de libro formado por varias "hojas" unidas entre sí. Así lo explicaba san Isidoro de Sevilla († 636):

1. Un códice contiene muchos libros; un libro es un solo rollo. Y se le dice códice por metáfora del tronco de árboles o viñas, como un tronco que contiene en sí una multitud de libros, como si fuesen ramas.
1. Codex multorum librorum est; liber unius voluminis. Et dictus codex per translationem a codicibus arborum seu vitium, quasi caudex, quod ex se multitudinem librorum quasi ramorum contineat.
2. Un rollo es un libro cuyo nombre viene de "envolver", como los rollos de la Ley o los rollos de los Profetas en los hebreos.
2. Volumen liber est a "volvendo" dictus, sicut apud Hebraeos volumina Legis, volumina Prophetarum.
Isidoro de Sevilla, Etimologías 6, 13.

Al pasar de moda el uso de "rollos" la palabra codex se utilizó únicamente para referirse a esa especie de "libro de libros", pues físicamente es lo que hoy llamaríamos un solo libro, pero su contenido solía estar formado por obras heterogéneas, muchas veces de distintos autores. Por eso los códices no solían tener nombre y en la actualidad la mayoría son identificados por referencias bibliográficas o los nombres de sus propietarios (universidades, bibliotecas, mecenas, etc.).
Un rasgo excepcional del Codex Calixtinus es que se formó tratando de mantener cierta unidad temática en su contenido, de modo que en realidad no es un mero "conjunto de libros" sino que forma un todo y por eso desde antiguo se le solía llamar Liber Sancti Iacobi (El Libro de Santiago).
Aunque desconocemos el nombre del autor de esta recopilación (y los que lo retocaron posteriormente), sin embargo la obra fue atribuida apócrifamente al papa Calixto II. Eso era un recurso habitual en la Edad Media para dar mayor prestigio y autoridad a una obra. Por eso nuestro códice también es llamado calixtinus, nombre que se ha popularizado entre los estudiosos a partir del s. XIX, pero es más exacto usar su nombre más antiguo.
Esta obra está formada por 5 libros y se le ha añadido un apéndice:
I. Una colección de homilías y misas en honor al apóstol.
II. Colección de varios milagros de Santiago en relación a su culto en Compostela.
III. Un breve relato del traslado del cuerpo del apóstol desde Jerusalén a Compostela.
IV. Historia de Carlomagno sobre el inicio del peregrinaje y culto en Compostela y otras hazañas del rey en España, y una larga sección dedicada a la batalla de Roncesvalles y la muerte de Roldán.
V. Guía práctica para el peregrino que hace el Camino de Santiago.
Apéndices: una miscelánea formada principalmente por relatos de milagros, una valiosa colección de cantos, y una bula papal apócrifa.

Codex Calixtinus o Liber sancti Iacobi, en el Museo de la Catedral de Santiago de Compostela.  En la imagen vemos la primera página del Libro IV: la Historia de Turpinus sobre Carlomagno. Todo el libro IV fue separado en 1609. Fue restaurado en 1966.
 
Además de destacar por su gran antigüedad (primera mitad del s. XII) y su peculiar contenido, esta obra también sobresale por la belleza y calidad de su decoración con imágenes y miniaturas en las letras capitales y en los márgenes de las páginas.
Aunque de esta obra existe una aceptable traducción al castellano a la que se puede acceder on line y gratuitamente, sin embargo es muy difícil acceder al texto latino y peor aún a las miniaturas. Esperamos que el arzobispado de Santiago además de recaudar fondos, publique gratuitamente en Internet el facsímil de esta joya del patrimonio español, cuyo precio los anticuarios valoran en unos 100 millones de euros.

A continuación os dejo un breve pasaje de la Historia de Carlomagno, el libro más famoso del Codex Calixtinus (libro IV, cap. 1):
En verdad este Carlos, fortificado por los auxilios divinos, después de muchos trabajos por muchas regiones del orbe, con el invencible brazo de su poder adquirió diversos reinos, a saber: Inglaterra, la Galia, Teutonia, Bavaria, Lotaringia, Burgundia, Italia, Bretaña y diversas tierras e innumerables ciudades, desde un mar al otro mar, y los arrebató de las manos de los sarracenos, y los sometió al imperio cristiano. Fatigado por tan pesado esfuerzo y por tanto sudor, se propuso no iniciar más guerras y entregarse al reposo.
Hic uero Karolus postquam multis laboribus per multa climata orbis diuersa regna, Angliam scilicet, Galliam, Theutonicam, Baioariam, Lotharingiam, Burgundiam, Ytaliam, Brittaniam ceterasque regiones innumerasque urbes a mari usque ad mare, diuinis subsidiis munitus, inuincibili brachio potencie sue adquisiuit et a sarracenorum manibus abstulit, christianoque imperio subiugauit. Graui labore ac tanto sudore fatigatus, ne amplius bellum iniret et ut requiem sibi daret, proposuit.
Y al instante vio en el cielo una especie de camino de estrellas que comenzaba en el mar de Frisia y se extendía entre Teutonia e Italia, entre la Galia y Aquitania, pasando en línea recta por Gascuña y Vasconia, Navarra e Hispania hasta Galicia donde el cuerpo de Santiago por aquel entonces se mantenía oculto.
Statimque intuitus est, in celo quendam caminum stellarum incipientem a mari Frisie et tendentem inter Theutonicam et Ytaliam, inter Galliam et Aquitaniam, rectissime transeuntem per Gasconiam Basclamque, Nauarram et Yspaniam usque ad Galleciam, qua beati Iacobi corpus tunc temporis latebat incognitum.
Ya que Carlos cada noche lo había contemplado muchas veces, comenzó a meditar con ahinco qué significaría. Estando meditando estas cosas con gran atención, se le apareció de noche, en éxtasis, un caballero que tenía una apariencia noble y bellísima más allá de lo que es posible describir, diciendo: "¿Qué haces, oh hijo mío?" Y él preguntó: "¿Quién eres, oh señor?" "Yo soy, dijo, el apóstol Santiago, discípulo de Cristo, hijo del Zebedeo, hermano de Juan el Evangelista, al cual el Señor junto al mar de Galilea en su inefable gracia se dignó elegir para predicar a los pueblos, al cual el rey Herodes mató por espada, cuyo cuerpo descansa incógnito en Galicia, que todavía es oprimida vergonzosamente por los sarracenos".
Quem cum Karolus per singulas noctes sepe perspiceret, cepit sepissime premeditari quid significaret. Cui, hec summo studio cogitanti, heros quidam, obtimam ac pulcherrimam ultra quam dici fas est habens speciem, nocte in extasi apparuit, dicens: "Quid agis, fili mi?" At ille inquit: "Quis es, domine?" "Ego sum, inquit, Iacobus apostolus, Christi alumpnus, filius Zebedei, frater Iohannis euangeliste, quem Dominus supra mare Galilee ad predicandos populos sua ineffabili gratia eligere dignatus est, quem Herodes rex gladio peremit, cuius corpus in Gallecia, que a sarracenis adhuc turpe opprimitur, incognitum requiescit".


El texto completo de esta obra puedes encontrarlo en mi Librería Medieval.