sábado, 18 de septiembre de 2021

TIEMPO DE VIAJES

Tres españoles (Alonso, Andrés y Álvar) y un subsahariano (Esteban) han sido hallados hambrientos y semidesnudos en la región de Culiacán (México). Ellos habían salido de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz, España) rumbo a Florida (USA). A ellos se les daba por muertos, ya que formaban parte de aquellos trescientos españoles que desembarcaron en Florida y de los que durante ocho años no se había vuelto a tener noticia. Estos únicos cuatro sobrevivientes confirmaron lo que se temía: que todos los demás habían muerto, ahogados, asesinados o por enfermedades, hambre y penurias. Las autoridades locales han tomado medidas para que se recuperen y sean repatriados a España. 
El relato de este desgraciado viaje es rigurosamente cierto. Es lo que ocurrió a la expedición encabezada por Pánfilo de Narváez, que creyó que encontraría riquezas en Florida, pero encontró un atroz destino para él y todos los que le siguieron. Zarparon de España en 1527, desembarcaron en Florida en 1528 y solo cuatro regresaron para contarlo en 1537. 
Nosotros, los Ulises modernos, solo tenemos que lidiar con los gigantes de las aerolíneas o tour operadores, con taxistas ladinos y menú sorpresa, con las mil cabezas de los permisos y restricciones COVID, y controlando siempre el miedo a perder la tarjeta, el pasaporte, o quedarte sin batería o conexión. ¡Por lo menos no nos disparan flechas envenenadas! 
Detalle de una ilustración de la Carta Marina de Olaus Magnus, c. 1544.

 
El siglo XVI fue la era de los grandes viajes y los grandes descubrimientos, cuando por fin el ser humano pudo empezar a ver el mundo tal como era, cuando por fin ya no había que recurrir a elucubraciones filosóficas o teológicas sino que tenías el vivo relato de un portugués, español, francés o inglés que no solo te relataba las nuevas tierras, mares y pueblos que había conocido en el otro hemisferio, sino que traían plantas y animales nunca vistos ni imaginados. Y tras la revolución psicológica, social y económica que supuso el Nuevo Mundo, también empezó a gestarse una revolución en el campo de las Ciencias Naturales, especialmente en el campo de la Botánica y Zoología. Junto con exploradores, soldados y frailes, también viajaron algunos espíritus científicos que anhelaban descubrir y catalogar las nuevas plantas y sus propiedades, como por ejemplo el médico español Francisco Hernández († 1587) que durante tres años recorrió México y observó y catalogó centenares de aves y plantas desconocidas en Europa. 
Toda esta eclosión de novedades y expectativas fue acompañada y avivada por un invento reciente: la imprenta y el negocio editorial. Durante el s. XV se imprimió principalmente obras teológicas y textos clásicos, pero con el descubrimiento del Nuevo Mundo los impresores hallaron un rico filón. Primero fueron los cuadernos de viaje de los marineros (así sabemos día a día las peripecias de los viajes de Colón y Magallanes) y con ellos los primeros mapas. Luego fueron los relatos de las exploraciones (así sabemos, por ejemplo, el desgraciado destino de la expedición de Pánfilo de Narváez). Luego el relato de las conquistas (por ejemplo el que redactó Bernal Díaz del Castillo que participó en la conquista de México). Luego vinieron los que intentaron hacer una síntesis y ofrecer una descripción general del Nuevo Mundo, de sus tierras, gentes, ciudades, animales y plantas exóticas. Es curioso que la mayoría de estas obras fueron escritas por autores que nunca salieron de Europa: son famosos los españoles Francisco López de Gómara (Historia general de las Indias) y Gonzalo Fernández de Oviedo (Historia general y natural de las Indias) que sí estuvo muchos años en Centroamérica, y los italianos Pedro Mártir de Anglería (De Orbe Novo decades) y Giovanni Botero (Le relazioni universali). 
También comenzó a hacerse publicaciones sobre diferentes campos de las ciencias, y entonces muchos volvieron los ojos hacia la última gran enciclopedia de Ciencias Naturales que se había publicado en Occidente: la "Historia natural" de Plinio el Viejo († 79), de la cual comienzan a aparecer traducciones en todas las lenguas. La primera traducción al castellano la realizó el antes citado Francisco Hernández, pero su trabajo quedó inédito e incógnito. 
Ilustración de la obra de Gerónimo de Huerta

 
Distinta suerte tuvo el médico Gerónimo de Huerta († c. 1645), pues su traducción de los libros 7 - 8 (Madrid 1599) fue acogida con tal entusiasmo que pronto publicó el libro 9 (Madrid 1603) y finalmente la obra entera en dos tomos (Madrid 1624 y 1629). Gerónimo de Huerta tuvo el acierto de no limitarse a la traducción sino que añadió numerosos escolios explicando o ampliando el texto de Plinio, y con frecuencia concordando o rectificándolo con los dogmas católicos. 
Aunque Huerta escribe en castellano, he decidido publicar en mi página web un pequeño fragmento de su obra (su Anotación al libro 6, cap. 34), por una razón principalmente: para llamar la atención al lector sobre toda la abundante y curiosa literatura sobre el Nuevo Mundo (viajes, geografía, mapas, descripción de pueblos, costumbres, animales, plantas, etc). Esta clase de literatura se escribió en todas las lenguas, pero principalmente en castellano, ya que España tuvo un gran papel en esta época de exploración y colonización. Y el hecho que esté escrito en castellano antiguo es una segunda razón, pues la mayoría cree que las lenguas son algo monolítico e inmutable. Ni el gallo sale del huevo con cresta, cola y cantando, ni el castellano de hoy es el mismo de hace 5 siglos. Para los que nos gusta pasear por el jardín de las palabras es interesante observar las diferencias ortográficas y rescatar muchas palabras en desuso. Además, aunque es cierto que la obra de Huerta no destaca en originalidad ni brillo literario, sin embargo en la Anotación, que he transcrito, presenta un interesante resumen sobre el Nuevo Mundo que espero despierte el interés por conocer más, zambulléndose en los libros, y ¿por qué no? también viajando a los lugares que describe. Sobre todo antes que desaparezcan: oprime el corazón cuando describe la inmensa laguna de Cuitzeo (Michoacán, México) y actualmente sabemos que está a punto de desaparecer, o pueblos que una vez florecieron y hoy son cuatro calles polvorientas que cuesta mucho ubicarlos en el mapa. 
Mapamundi en la obra de Gerónimo de Huerta

El fragmento seleccionado puede leerse completo en este enlace. Aquí pongo una breve sección con algunas adaptaciones para el formato de blog. 
 
 
Gerónimo de Huerta, Historia natural de Cayo Plinio Segundo, traducida y ampliada con escolios y anotaciones, Madrid 1624, tomo 1. 
 
[p. 233-234] Florida 
85. La Florida, llamada assi por auerse descubierto dia de Pascua Florida, està en veinte y cinco grados; tiene veinte leguas de largo; es su gente belicosa y ligera, andan casi desnudos, excepto los nobles que [p. 234] se visten de pieles de martas. 
86. Tienen abundancia de cieruos, de los quales ay tres diferencias; y una generacion de vacas [= bisontes] tan grandes como cauallos, con vna giba en el lomo, como camellos. 
87. En esta costa estan tres presidios del rey, que son: Santiago [= en Sisal, Yucatán, México], San Agustin [= en la ciudad homónima en Florida, USA] y San Felipe [= ruinas cerca de Charleston, Carolina del Sur, USA]. 
88. Desde La Florida a Iucatan, que es otro promontorio que sale hazia el norte, ay nouecientas leguas de costa, y mientras mas va entrando en el mar, mas se ensancha con dos cabeças, que a la septentrional llaman Cabeça Roxa, y a la meridional, Cote. 
89. Eran sus naturales valientes y ligeros, vsaban arcos (como todos los indianos) y rodelas, y hastas de madera con puntas de piedra o huesso, y coraças de algodon. Sacrificauan a los enemigos que cautiuauan, teñianse de negro el rostro y cuerpo; adorauan la cruz y vsauan la circuncision. Es tierra pobre de oro y plata, pero rica de carnes, frutas, miel, cera y aues. 
90. Tiene a sesenta leguas la isla de Cuba, hazia el oriente, que casi cierra el golfo que ay entre La Florida y Iucatan, llamado de vnos Golfo Mexicano, de otros Florido, y de otros Cortes. Entra la mar en este golfo por entre Iucatan y Cuba, y sale por entre Cuba y La Florida, y nunca es al contrario. 
 
[p. 235] Michoacán 
109. Con estos confina el Mechocan, prouincia apartada de Mexico cincuenta leguas. Tiene de circuyto ochenta. Es de las mejores tierras de la Nueua España: coge dos vezes en el año maiz y otras frutas diuersas; cria abundancia de algodon, seda, grana, miel, cera y ambar negra; es rica de oro y plata; y muy abundante de pesca, de donde tomò el nombre, porque Mechoacan significa "lugar de pesqueria". 
110. Son sus naturales hombres de grande ingenio, como se ve en las obras sutiles y curiosas que labran de pluma y de escultura. Es su lengua mas copiosa de bocablos que ninguna otra de los indios, y los que la entienden dizen ser muy elegante. Son de alta estatura, de buena complexion y de larga vida. 
111. En esta prouincia està la ciudad de Sinsonça [= Tzintzuntzan], cabeça antigua del reyno, y Pazcuar [= Pátzcuaro] y Valladolid [= Morelia], donde reside el Obispo. Por cima desta prouincia corre vn caudaloso rio, que despues de recebir otros doze, entra en vn lago llamado Cefalico [= Cuitzeo], que tiene cincuenta millas de circuyto, y saliendo dél, va con tortuosas bueltas y copiosas aguas, engendradoras de crocodilos, a entrar en el Mar del Sur. 
 
[p. 242] Perú 
193. Pero los reyes del Peru hizieron grandissimas fabricas; y entre ellas fueron los tambos, en los quales hazian prouision de sustento y armas para sus exercitos; y estos estauan de quatro en quatro leguas en los dos caminos reales que abrieron y allanaron estos principes: vno por lo llano y otro por las sierras; obras tan grandes que hizieron ventaja a las mas excelentes y costosas de los romanos y egipcios. 
194. Sus principales ciudades son Tarapata [= Tarapacá] con su puerto en veinte y vn grados; luego Arica; a la boca del rio y puerto de Quilca; y la tierra adentro la amena y deleytosa tierra de Arequipa, la qual està situada al pie de vn bolcan, goza de saludable ayre, de templança fresca, y florido y alegre suelo. Viene a su puerto la plata de Potosi y de [Río de] la Plata, y diuersas vituallas y mercaderias, y de alli parten con ello al Peru y a Panama. 
195. Luego se sigue el puerto de Hacari [= Acarí y su puerto Lomas] y la punta de San Nicolas, y Sangallan [= isla de San Gallán] y puerto de Pisco, donde se embarca el vino del Peru. Luego el puerto de Chincha, donde se embarca todo el açogue para todas las minas de Potosi y de Oruro y otras. Luego el puerto de Cañete y el Callao de Lima. 
196. Lima, que tambien se llama Ciudad de los Reyes, por auer tenido principio [el] dia de los Reyes, [el] año de 1530, està situada en la ribera de vn grande rio, dos leguas apartada del mar, donde tiene el puerto que llaman Callao [= guijarro = terreno de cantos rodados], llamado assi de vna isla que tiene enfrente. 
197. Està fabricada esta ciudad (la qual es de las mas ricas y mayores del mundo) con mucho arte, porque todas las calles principales de contratacion vienen a dar a la plaça [mayor] con proporcion y igualdad. Casi todas las casas tienen agua encañada del rio. 
198. Su ayre es templado. Està situada en doze grados y vn tercio. 
199. Reside en ella el arçobispo con su iglesia, el virrey y la audiencia real, y es cabeça assi del reyno como de todos los tratos y mercaderias dél
200. El valle desta ciudad es el mayor y mas abundante de todos los llanos: tan lleno de frutales, tan copioso de miesses y tan fertil de todas las cosas que la tierra produce, que parece [el] parayso.