Después
de haber examinado en la entrada anterior la fábula sobre el examen
genital de los futuros papas durante la ceremonia de su
entronización, ahora toca leer una genuina descripción detallada de
esa ceremonia tal como se realizaba en el s. XII y que ha llegado
hasta nosotros en el “Liber Censuum” de Cencius.
Cencius
fue canónigo de Santa María la Mayor, más tarde fue nombrado
camarero papal en tiempos del papa Clemente III (1187-1191) y
Celestino III (1191-1198). En 1192 empezó a recopilar y ordenar
documentos administrativos y financieros relativos a los privilegios
y prerrogativas de la Santa Sede, en especial una lista de aquellos
obispados, monasterios, etc., que en toda la Cristiandad le debían
pagar tributo, indicando las cantidades respectivas. Además de esta
“Tabla de censos”, también reunió en su obra otras materias
diversas: una lista de obispos y monasterios que tenían derechos o
deberes especiales con la Santa Sede; copia de una descripción de
los monumentos de Roma conocido como “Mirabilia Urbis Romae”; una
obra litúrgica sobre las ceremonias pontificias titulada “Ordo
Romanus”; copia de dos breves crónicas de vidas de los papas; y
una colección de cartas y documentos relativos a cuestiones
económicas y prerrogativas de la Santa Sede. Por lo tanto la obra de
Cencius en parte es copia de otros autores, en parte reelaboración
de obras ajenas y en parte trabajo propio. Tras la muerte de Cencius
su obra sirvió a otros autores como punto de referencia en materia
administrativa y financiera de la Santa Sede y en los siglos
siguientes al corpus original se fueron añadiendo nuevos documentos.
Coronación de Pío III. Obra del pintor italiano Pinturicchio († 1513) en la Catedral de Siena. Imagen de José Luiz Bernardes Ribeiro en Wiki Commons |
A
finales del s. XIX el erudito francés Paul Fabre (†
1899) emprendió la colosal tarea de editar no solo los dos mejores
manuscritos (Vat.lat.8486 y Riccardianus 228) de la obra de Cencius
sino todos aquellos manuscritos posteriores que contenían diversos
añadidos. Por desgracia tras publicar los dos primeros fascículos
la muerte le sorprendía a los cuarenta años de edad y dejó la
tarea inconclusa. La tarea fue continuada y acabada eficazmente
por el notable erudito francés Luois Duchesne (†
1922). La introducción y las notas de esa edición están en francés
pero el texto está solo en latín.
A
continuación traduzco aquella parte del “Ordo Romanus” en la que
se habla sobre las ceremonias relativas a la elección y consagración
del papa.
Liber
Censuum, editado por Paul Fabre - Louis Duchesne, fasc.
3 (París 1905), p. 311 - 312.
LVIII. En qué modo se debe elegir al sumo
pontífice. Y sea que sea elegido en la Urbe, es decir elegido y
consagrado, o una vez electo venga a la Urbe sin consagrar, qué
se debe hacer después.
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LVIII. Quomodo debeat summus pontifex eligi.
Et siue eligatur in Urbe, seu electus et consecratus, uel electus
et non consecratus ad Urbem accedat, quid faciendum postmodum sit.
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En la basílica lateranense los cardenales
eligen al futuro papa
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77. Después que el romano pontífice ha muerto
y ha sido sepultado, todos los cardenales vuelven a sus casas
según una antigua costumbre.
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77. Mortuo romano pontifice et sepulto, omnes
cardinales ad propria reuertuntur secundum antiquam
[consuetudinem].
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Pero al segundo día se reúnen en la iglesia,
y tras cantar la misa de difuntos, todos del mismo modo se marchan
según una antigua costumbre.
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Secunda uero die conueniunt in ecclesia, et
missa mortuorum cantata, omnes similiter secundum consuetudinem
antiquam recedunt.
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Al tercer día reunidos todos de nuevo en la
iglesia y tras celebrar primero la misa del Espíritu Santo ahí
mismo, tratan sobre la elección.
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Tertia autem die iterum omnes in ecclesia
congregati et missa Sancti Spiritus ibidem primitus celebrata,
tractant de electione.
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Y después que ha sido escrutada la voluntad de
todos los cardenales por algunos de ellos mismos, a quien la mayor
y mejor parte ha elegido el primero de los cardenales diáconos lo
cubre con el pluvial rojo y le impone el nombre elegido por él
mismo; y después dos de los más ancianos cardenales lo acompañan
hasta el altar, donde adora postrado, mientras el primicerio con
los cantores y los cardenales cantan el “A ti Dios te alabamos”.
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Et perscrutata omnium cardinalium uoluntate ab
aliquibus de ipsis, in quem maior et melior pars conuenerit
cardinalium prior diaconorum ipsum de pluuiali rubeo ammantat,
et eidem electo nomen imponit; ipsumque deinde duo de maioribus
cardinalibus adextrant usque ad altare, ubi prostratus
adorat, primicerio cum scola cantorum et cardinalibus
cantantibus “Te Deum laudamus”.
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Una vez hecho esto, es conducido por los
cardenales obispos a la sede tras el altar, y en ella es colocado,
tal como corresponde. Mientras está sentado en ella, el electo
recibe a todos los obispos y cardenales, y los que él quiera,
para [que le besen] los pies después del beso de la paz.
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Quo facto, ab episcopis cardinalibus ad sedem
ducitur post altare, et in ea, ut dignum est, collocatur. In qua
dum sedet, electus recipit omnes episcopos et cardinales, et quos
sibi placuerit, ad pedes postmodum ad osculum pacis.
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El elegido es presentado ante el pueblo para
ser aclamado
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78. Y alzándose de la sede es conducido por
los cardenales a través del pórtico a una sede pétrea, la cual
se llama “sede estercolada”, la cual se halla en el atrio de
la basílica del Salvador del patriarcado Lateranense; y en ella
los mismos cardenales sientan al elegido de modo honorífico, para
que de verdad se diga: “Elevando al necesitado del polvo, y
alzando al pobre del estiércol, para que se siente con los
príncipes, y ocupe un trono de gloria”.
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78. Surgensque de sede ducitur a cardinalibus
ad sedem lapideam, per porticum, que sedes dicitur “stercorata”,
que est ante porticum basilice Saluatoris patriarchatus
Lateranensis; et in ea eumdem electum ipsi cardinales honorifice
ponunt, ut uere dicatur: “Suscitans de puluere egenum, et de
stercore erigens pauperem, ut sedeat cum principibus, et solium
glorie teneat”. [I Sam 2, 8].
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Después de un momento, poniéndose de pie
junto a dicha sede el electo recibe de manos del camarlengo tres
puñados de monedas, y los arroja [al pueblo] diciendo: “No
tengo plata y oro para mi deleite, sino que lo que tengo, te lo
doy”.
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Post aliquantulam horam, stans iuxta eamdem
sedem electus accipit de gremio camerarii tres pugillatas
denariorum, et proicit dicens: “Argentum et aurum non est mihi
ad delectationem, quod autem habeo, hoc tibi do”.
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Entonces recibe al electo el deán de la
basílica del Salvador del patriarcado Lateranense con uno de los
cardenales o uno de los canónigos. Y mientras van por el
antedicho pórtico junto a la misma basílica del Salvador [el
pueblo] proclama: “San Pedro ha elegido a nuestro señor
Celestino”.
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Tunc autem accipit ipsum electum prior basilice
Saluatoris patriarchatus Lateranensis, cum uno de cardinalibus uel
uno de fratribus suis. Uenientibus autem per eumdem porticum iuxta
ipsam basilicam Saluatoris adclamatur: “Domnum Celestinum
sanctus Petrus elegit”.
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Y así es llevado por ellos hasta las escaleras
de la puerta, la cual es la entrada del palacio yendo desde la
iglesia al palacio; y ahí los notables del pueblo, que reciben al
elegido, lo conducen a través del palacio hasta la capilla de San
Silvestre.
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Sicque ducitur ab illis usque ad gradus porte,
que uidelicet porta est introitus palatii uenientibus de ecclesia
ad palatium ipsum; ibique iudices, eumdem electum accipientes,
ducunt eum per palatium usque ad basilicam sancti Siluestri.
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El elegido toma posesión del palacio
Lateranense
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79. Cuando ha llegado ante esta capilla, sobre
cuyo arco, que se sostiene en dos columnas de pórfido, hay una
imagen del Salvador (la cual en otro tiempo al ser golpeada por un
judío derramó sangre de la frente, tal como hoy se ve), el
electo se sienta a la derecha en la sede porfídica, donde el
rector de la capilla de San Lorenzo le da la vara palaciega, que
es signo de gobierno y corrección, y las llaves de esta basílica
y del sacro palacio Lateranense; ya que a Pedro, príncipe de los
apóstoles, de modo especial se le dio la potestad de cerrar y
abrir, de atar y desatar, y a través de él a todos los romanos
pontífices.
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79. Ubi uero uentum est ante basilicam ipsam,
super cuius arcum, qui sustentatur de duabus columpnis
porfireticis, est ymago quedam Saluatoris (que a quodam
iudeo percussa olim in fronte sanguinem emisit, sicut hodie
cernitur), idem electus sedet ad dexteram in sede porfiretica, ubi
prior basilice sancti Laurentii de palatio dat ei ferulam, que est
signum regiminis et correctionis, et claues ipsius basilice et
sacri Lateranensis palatii; quia specialiter Petro principi
apostolorum data est potestas claudendi et aperiendi, et ligandi
atque soluendi, et per ipsum apostolum omnibus romanis
pontificibus.
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Y con esa vara y llaves pasa a la otra sede que
es igual y de la misma piedra; y entonces devuelve al rector tanto
la vara como las llaves. En esa sede, tras una breve pausa, el
rector le ciñe un cinturón rojo de seda, en el cual cuelga una
bolsa púrpura, en la cual hay doce sellos de piedras preciosas y
[un frasco de] almizcle.
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Et cum ipsa ferula et clauibus accedit ad
alteram sedem similem et eiusdem lapidis; et tunc reddit eidem
priori tam ferulam quam et ipsas claues. In qua dum aliquantula
mora pausat, cingitur ab eodem priore zona rubea de serico, in qua
dependet bursa purpurea, in qua sunt XII sigilla pretiosorum
lapidum et muscus.
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En verdad el electo debe sentarse en aquellas
dos sedes como si se pusiese entre dos altares, o sea como si se
sentase entre el primado de Pedro príncipe de los apóstoles y la
predicación de Pablo maestro de las naciones. Con el cinturón se
representa la continencia de la castidad, con la bolsa el cofre
del que se nutren las viudas y pobres de Cristo. Con los doce
sellos se significa la potestad de los doce apóstoles; el
almizcle se incluye para perfumar, tal como dice el apóstol:
“Para Dios somos el buen olor de Cristo”.
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Qui siquidem electus illis duabus sedibus sic
sedere debet, ac si uideatur inter duos lectulos iacere, id est ut
accumbat inter principis apostolorum Petri primatum, et Pauli
doctoris gentium predicationem. In zona notatur continentia
castitatis, in bursa gazophylacium, quo pauperes Christi
nutriantur et uidue. In XII sigillis XII apostolorum potestas
designatur; muscus includitur ad percipiendum odorem, ut ait
apostolus: “Christi bonus odor sumus Deo”. [2 Cor 2, 15].
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Mientras está sentado en esta segunda sede el
electo recibe a todos los oficiales de palacio a sus pies y
después para que le besen [los pies]. Y después, sentado ahí
mismo, recibe de manos del camarlengo denarios de plata por valor
de 10 sólidos de Campania y los arroja al pueblo; esto lo hace
tres veces, diciendo: “Ha repartido, ha dado a los pobres, su
justicia permanece por siempre”.
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In qua secunda sede dum sedet electus, recipit
omnes officiales palatii ad pedes, et postea ad osculum. Et deinde
sedens ibidem recipit de manu camerarii denarios argenteos
ualentes X solidos prouenienses et proicit eos super populum; hoc
facit tertio, dicendo: “Dispersit, dedit pauperibus, iustitia
eius manet in seculum seculi”. [Sal 112, 9].
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El elegido se retira a sus aposentos privados
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80. Hechas estas cosas, es conducido por el
mismo pórtico bajo las imágenes de los apóstoles (que por mar
vinieron a Roma por sí solas), y entra en la capilla de san
Lorenzo, en la cual después de realizar una larga oración ante
su altar personal, se dirige a la cámara papal, donde tras
descansar según su voluntad, se dirige a la mesa.
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80. Istis peractis, ducitur per ipsam porticum
sub yconas apostolorum (que per mare Romam uenerunt nullo
ductore), et intrat basilicam Sancti Laurentii, in quam postquam
peregerit prolixam ante proprium et speciale altare orationem,
pergit ad papalem cameram; ubi cum pro sua uoluntate pausauerit,
pergit ad mensam.
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Ceremonia de consagración en la basílica de
San Pedro
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81. Después de esto, al domingo siguiente el
electo con todos los estamentos del sacro palacio y los nobles
romanos va a la iglesia de San Pedro, y ante el altar mayor, tal
como está en el ritual, es consagrado ante todo por el obispo de
Ostia y otros obispos de la curia; pero esto añado: que si quizás
el obispo de Ostia no estuviese presente, debe participar en la
consagración el archipresbítero de Ostia o Velletri.
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81. Post hec autem in proxima die dominica
electus cum omnibus ordinibus sacri palatii et nobilibus romanis
uadit ad ecclesiam Beati Petri, et [ad] altare maius, prout in
ordine continetur, ab episcopo hostiensi specialiter et aliis
episcopis de curia consecratur; hoc addito: quod si forte
episcopus hostiensis presens non fuerit, archipresbyter hostiensis
seu uelletrensis interesse debet consecrationi.
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Una vez acabada la consagración, el rector de
la sagrada basílica de San Lorenzo pone la capa sobre el altar,
la cual el rector debe colocar con sus propias manos; y de
inmediato el archidiácono con el segundo diácono lo dan al
pontífice; y solo el archidiácono dice al pontífice: “Recibe
la capa, es decir la plenitud del oficio pontifical, en honor de
Dios omnipotente y de la gloriosísima Virgen, su Madre, y de los
santos apóstoles Pedro y Pablo y de la santa Iglesia romana” y
nada más.
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Qua consecratione finita, prior Sancti
Laurentii sacri palatii ponit palleum super altare, quod ipse
prior propria manu debet parare; et statim archidiaconus cum
secundo diacono dant in manu pontificis; et solus archidiaconus
dicit pontifici: “Accipe palleum, plenitudinem scilicet
pontificalis officii, ad honorem omnipotentis Dei et gloriosissime
Uirginis, eius Genitricis, et beatorum apostolorum Petri et Pauli
et sancte romane Ecclesie” et nichil aliud.
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Y de inmediato el mismo archidiácono con el
rector de la basílica colocan la capa sobre el pontífice,
metiendo tres alfileres de oro, delante, atrás y a la izquierda,
en la cabeza de los cuales hay tres zafiros. Y así engalanado el
pontífice se acerca al altar, y ahí celebra solemnemente la
misa.
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Statimque ipse archidiaconus cum priore
basilicario aptat idem palleum super pontificem, intromissis
spinulis aureis tribus, ante et retro et sinistro later, in capite
quarum sunt innixi tres iacinthini lapides. Et sic ornatus accedit
pontifex ad altare, et ibi celebrat honorifice missam.
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Las ceremonias de entronización pontificias han ido variando a lo largo de los siglos. El siguiente video muestra la elección y presentación al pueblo tal como se realizaba a mitad del s. XX.
Don Pedro:
ResponderEliminarGracias por traducir este texto de la Iglesia. Es usted muy afortunado por conocer el latín. Ojalá yo tuviera su misma suerte.
Si no es indiscreción, quería preguntarle si usted es sacerdote.
Un saludo en Cristo y María.
Estudiando un poquito cada día seguro que podrás aprenderlo: no hay montaña bastante alta para el corazón decidido.
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