En
la Europa del s. XV-XVI se vivieron muchas grandes transformaciones
que repercutieron en el uso del latín. En ese período las lenguas
nacionales (alemán, francés, inglés, castellano, etc.) alcanzan
suficiente prestigio para pasar del ámbito popular al mundo
intelectual y oficial, y comienzan a arrebatar el monopolio casi
absoluto que el latín conservaba en esas áreas; ya no solo se
escribe en “lengua vulgar” poemas, novelas, sermones y demás
literatura para entretenimiento o edificación del vulgo, sino que
cada vez se acepta con más naturalidad que se escriban tratados de
teología o científicos o se redactasen documentos oficiales en las respectivas lenguas
nacionales. Por otro lado la idea que la Europa cristiana debía
cierta obediencia al emperador del imperio romano-germánico, era
cada vez más intolerable para las pujantes reinos como Inglaterra,
Castilla-Aragón y Francia, las florecientes ciudades de los Países
Bajos, así como a los siempre revueltos príncipes italianos, e incluso a los mismos nobles alemanes. Y una
forma de subrayar y aglutinar la propia identidad nacional era el
impulso de las propias lenguas. A esto se sumó la Reforma
protestante que pulverizó la idea que toda la Europa cristiana debía
estar sometida al poder espiritual del Papa de Roma. Y una manera de
mostrar la desconexión con Roma era dejar de usar el latín en la
liturgia y la teología. Es fácil comprender que en este torbellino
de ambiciones políticas y odios religiosos el latín fue una víctima
colateral, perdiendo mucho de su antiguo prestigio.
Sin
embargo el latín siguió ocupando un lugar importante, no solo en la
liturgia y teología de la Iglesia católica, como es bien sabido,
sino también en las ciencias en general. Hasta el s. XIX hallamos
tratados o estudios sobre Historia, Medicina, Filosofía, Astronomía
escritos en latín; por eso los nombres científicos de plantas y
animales todavía se escriben en latín. Toda esa producción
literaria en latín suele estar relegada y olvidada, en primer lugar
por los propios estudiosos del latín, que siempre preferimos las
tajadas más sabrosas que ofrecen la literatura romana o medieval.
Los mongoles asedian Bagdad. Ilustración de un manuscrito árabe del s. XIV. Foto de Wikimedia Common. |
Por
eso en esta ocasión quiero ofrecer un texto latino de ese período.
Se trata de una traducción del árabe al latín realizada por el
alemán Johann Jakob Reiske (1716 - 1774), estudioso de la literatura
bizantina y pionero en el estudio de la literatura árabe. El autor
de la obra que aquí nos ocupa es Abul Fida Ismail Ibn Hamwi (1273 -
1331), nacido en Damasco en una familia noble y en 1310 gobernador de
Hamah, autor de numerosas y valiosas obras de geografía e historia,
entre ellas la titulada “Mukhtasir Tarik Al Bashar” (= concisa
historia de la humanidad), y que Reiske tituló en latín “Annales
Muslemici” (= anales musulmanes). Reiske acabó su traducción en
1754, pero solo fue publicada después de su muerte, en cinco tomos
entre 1789-1794, en Copenhagen, edición supervisada por Jakob G.
Christian Adler.
Actualmente solo existe una traducción moderna parcial (la última parte de la obra) al inglés, realizada por P. M. Holt, y titulada "The Memoirs of a Syrian Prince. Abu 'l-Fida, Sultan of Hamah", pp. XI, 99, Wiesbaden 1983, edición agotada.
Actualmente solo existe una traducción moderna parcial (la última parte de la obra) al inglés, realizada por P. M. Holt, y titulada "The Memoirs of a Syrian Prince. Abu 'l-Fida, Sultan of Hamah", pp. XI, 99, Wiesbaden 1983, edición agotada.
Vamos
a ver el relato que hace Abul Fida sobre la destrucción de Bagdad
del año 1258 a manos de los mongoles, y la muerte del último califa
de la dinastía abásida. En el texto latino hay añadidos del editor
puestos entre []. Del mismo modo yo también he puesto algunos
añadidos para mejor y más fácil comprensión del texto, y el
número de página, que va salteado porque va intercalado el texto
árabe.
Annales
Muslemici Abulfedae, opera et studiis Io. Iacobi Reiskii, Hafniae
1792, t. 4, p. 551-555.
Y en efecto en el primer mes del año 656 [que
comenzó el 7 de enero de 1258 era cristiana] Hulagu, príncipe de
los tártaros, atacaba Bagdad, y en el vigésimo día del mismo
mes la sometía bajo su potestad, mataba al califa Al-Musta'sam y
perpetraba otras muchas atrocidades.
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Anni enim DCLVI mense primo [coepit is die 7
ianuar A. C. 1258] petebat Holacu, tatarorum princeps, Bagdadum,
eiusdemque mensis vigesimo die suae potestati subigebat illam, et
necabat chalifam Mostasamum, aliaque multa perpetrabat nefanda.
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El causante de todo esto era el visir del
califa, Mu'ayyid al-Din [Muhammad] Ibn al-Alqami, y su
intempestiva sed de venganza.
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Quorum omnium caussa erat chalifae
vezirus, Movaiied-ed-Din Ibn el-Alcam, eiusque in vindictam
intempestivus ardor.
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Casi solo [la secta chiíta de] los rafiditas
habitaba el barrio bagdadí, que se llama Karkh. En cierta ocasión
habiendo surgido entre ellos y [la secta de] los sunnitas una
revuelta, que con frecuencia estallaban con violencia en Bagdad,
las tropas guardianas de la augusta urbe, por orden del hijo del
califa, Abu Bakr, y bajo la guía del davadar [o sea canciller]
Rukn ed-Din, depredaron aquel barrio con tanta violencia y lujuria
que, tras sacar del interior de las casas a las mujeres y
despojarlas de sus túnicas, las ultrajaron de modo horrible en
público.
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Vicum scilicet illum bagdadicum, qui Carch
appellatur, incolebant rafeditae paene soli. Quos inter et
sunnitas quum aliquando seditio contingeret, quales Bagdadi
frequentes admodum exardebant, depraedabantur praesidiarii
augustae urbis milites illum vicum, iussu filii chalifae,
Abu-Becri, et Rocn-ed-dini davadari [seu cancellarii] auctoritati,
tanta cum protervia et libidine ut protractas ex interioribus
aedium feminas calyptrisque nudatas publice foedum in modum
dehonestarent.
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Este intolerable suceso persuadía al antedicho
visir de vengar de modo terrible la injuria hecha a su secta
(pues también él era rafidita).
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Id intolerabile visum supra dicto vesiro
persuadebat ut factam sectae suae iniuriam (nam et ipse rafedita
erat) splendide ulcisceretur.
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Así pues enviaba su hermano a los tártaros
con cartas, con las que los atraía a Bagdad; mientras tanto
persuadía al califa para que la guardia bagdadí, que hasta
entonces había sido numerosa, no inferior a cien mil jinetes, la
disminuyese a veinte mil unidades, y que el dinero ahorrado de las
pagas de los licenciados, lo presentase como tributo para los
tártaros amenazantes.
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Fratrem itaque suum ad tataros ablegabat cum
litteris, quibus eos Bagdadum pelliciebat; interea persuadebat
chalifae ut numerosam, quae hactenus fuerat, bagdadicam militiam,
centum millibus equitum non minorem, ad viginti millia capitum
imminueret, et aes e consuetis cassatorum stipendiis emergens
tanquam offam tataris minitantibus obiiceret.
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Así los tártaros fueron aplacados durante un
tiempo; pero finalmente, viendo la debilidad de los bagdadíes, se
lanzaban con gran poder, al modo de un torrente; y derrotaban
las tropas enviadas por los bagdadíes y a su jefe, el antedicho
davadar Rukn ed-Din, tras una feroz batalla librada a dos días de
camino de Bagdad, y a algunos fugitivos los perseguían hasta
Bagdad, pues otros escaparon de esta matanza huyendo a Siria.
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Placati sic fuerant tatari aliquamdiu; tandem
tamen, intellecta bagdadicorum imbecillitate, magna ingruebant
mole, torrentis ad instar; et copias a bagdadicis oppositas,
earumque ducem supra dictum [p. 553] Rocn-ed-dinum davadarum,
commisso ad duas Bagdado diaetas acerrimo praelio, fundebant, et
Bagdadum fugientes quosdam persequebantur, alii enim in Syriam ab
ista clade evadebant.
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Y Hulagu asediaba la [parte de la] ciudad
situada al oriente del Tigris, mientras que Bagu, uno de sus
principales generales, la parte occidental, poniendo su campamento
en Caria, de la parte del palacio del califa.
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Et Holacu quidem urbem a Tigridis oriente
positam cingebat, Bagu vero, aliquis eius praecipuus dux,
occidentalem, positis in Caria e regione palatii chalifici
castris.
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En esta situación crítica el visir Mu'ayyid
al-Din Ibn al-Alqami salía donde Hulagu, y obtenida la
incolumidad de su vida, volvía al califa, y le convencía para
que saliese fuera y entregase sus riquezas a los tártaros, que Hulagu quería conservarle la vida, la potestad y la dignidad íntegras, del mismo modo como también la había conservado a Kaikosru [II], señor de Romanía, que lo suplicó; y además también quería unir en matrimonio a su hija con Abu Bakr, el hijo del califa.
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In his angustiis exibat vezir Movaiied-ed-din
Ibn-el-Alcam ad Holacuum, suique spiritus ab eo nactus
incolumitatem, redibat ad chalifam, eique persuadebat ut et ipse
foras progressus tataris sui copiam faceret, Holacuum ipsi et vitam et potestatem atque
dignitatem integras conservatas velle, quemadmodum Caichosruo
quoque, Romaniae domino, supplici facto conservarit; et praeterea
quoque velle matrimonio suam filiam ipsius chalifae filio,
Abu-Becro, iungere.
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Engañado por tan esplendidas ilusiones [el
califa] Al-Musta'sam salía a los tártaros, junto con una gran
multitud de los principales de su nobleza; y era colocado en una
tienda aparte, siendo él respetado, mientras en un solo lugar
iban reuniendo los más distinguidos que había en la urbe, y los
rodeaban a todos juntos para la misma ruina, y que una muerte
precipitada del califa no suscitase tumulto y terror de los
habitantes o rémoras a su destino.
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Tam splendidis deceptus offuciis exibat
Mostasam ad tataros, una cum magna praecipuae suae nobilitatis
turba; et collocabatur in tentorio quodam seorsim, eo
asservandus usque, dum in unum locum coactum, quidquid erat in
urbe melioris ordinis, haberent, unaque omnes ruina simul
involverent, neque tamen praecipitatum chalifae supplicium turbas
et terrorem oppidanis, aut destinationi suae remoras iniiceret.
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Mientras tanto el visir, como un fiel ayudante,
dentro reunía para el enemigo la flor y nata de la urbe, los más
ricos, honorables, alfaquíes y profesores, y a todos ellos, por
grupos, uno tras otro los mandaba a los tártaros; entre ellos
también estaba Mohi al-Din Sibt ibn al-Jawzi con sus hijos.
Cuando no quedaba ningún noble más, los tártaros mataron a la
vez a todos los caídos en la trampa.
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Interea cogebat eum in finem hosti fidelis
administer vezir apud se florem urbis, ditiores, honoratiores,
fakihos, professores, eorumque catervam unam post alteram per
vices emittebat ad tataros; in quibus etiam erat Mohii-ed-din
Ibn-el-Guzi cum liberis. Quum tandem nemo dignior deficeret,
trucidebant tatari sagena clausos ad unum omnes.
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Una vez hecho esto, Bagu, tras pasar el río
Tigris por el puente de nuevo abierto, pasa a espada la urbe
oriental, y en ella el palacio del califa; ahí mataba a todo el
que hallaba de sangre real o de noble cuna, de modo que nadie
escapó de la masacre general, sino alguno de más temprana edad
que era librado del cuchillo y puesto en cadenas.
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Quo facto, Bagu, superato Tigride per pontem
rursus instauratum, adoriebatur gladio urbem orientalem, et in ea
chalifarum palatium; ubi quidquid reperibat augusti sanguinis aut
excelsae fortunae perimebat omne, ut communem cladem non evaderet,
nisi quem infirmior aetas a mucrone liberatum catenis addicebat.
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Durante casi cuarenta días Bagdad estuvo
convulsionada por la espada y los saqueos. Finalmente, agotado el
furor y las penas, se proclamó paz y seguridad por boca del
pregonero.
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Per quadraginta ferme dies Bagdadi ferro
saevitum et rapinis fuit. Tandem, [p. 555] exhaustis furore et
aerumnis, promulgabatur praeconis voce pax et securitas.
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No consta qué pasó con el califa en medio de
todo esto, excepto una cosa: que lo mataron. Sobre el tipo de
suplicio varios [autores] narran distintas [historias], pero nadie
lo sabe con certeza. Hay quienes [dicen] que fue estrangulado;
otros, que arrojado al Tigris; por último hay quienes dicen que
fue puesto en un saco y pisoteado hasta morir.
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Quid inter haec de chalifa factum fuerit, non
constat, praeter id unum: necatum fuisse. De supplicii genere
varii varia tradunt, nemo certum novit. Sunt qui strangulatum;
alii, qui Tigride mersum; tandem et qui sacco immissum calcibus ad
mortem conculcatum fuisse perhibent.
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Al-Musta'sam Abu-Ahmad Abdullah era hijo de
Al-Mustansir Abu Ja'far al-Mansur, hijo de Muhammad al-Dhahir,
hijo del imán An-Nasir. Quien quiera conocer la genealogía de
los demás, tras la muerte de An-Nasir hasta Abbas [ibn Abd
al-Muttalib], fundador del linaje, y lo ocurrido más allá, lo
hallará expuesto por nosotros [en el año 622].
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Erat Mostasam Abu-Ahmed Abdalla, filius
Mostansari Abu-Gafari Mansuri, filii Muhammedis Daheri, filii
imami Naseri. Sub cuius obitu ceterum stemma, ad Abbasum usque,
gentis auctorem, et ultra productum, quisquis nosse cupit,
inveniet a nobis exhibitum [ad an. DCXXII].
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Así pues este príncipe [Al-Mustasam] era
estúpido, falto de decisión y vicioso, y por eso totalmente
inepto para gobernar bien el imperio. Había asumido el califato tras
su padre Al-Mustansir, fallecido el año 640, de lo cual consta
que él reinó casi diecisiete años.
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Is ergo princeps erat hebes, imbecillis
consilii, pravarum artium, ideoque imperio bene gerendo prorsus
impar. Capessiverat chalifatum post Mostansari, patris, decessum
anno DCXL, e quo constat eum annos propemodum septendecim
imperasse.
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[Con él] terminaba la dinastía abásida, que había
empezado el año 132, es decir desde el citado juramento de
As-Saffah, y la muerte de Hemar [o sea asno] Marwan [II], el
último de los califas omeyas en Oriente. Por lo tanto esta
dinastía reinó durante casi 524 años, y tuvo treinta y siete
califas.
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Claudebat Abbasidarum dynastiam, quae anno
CXXXII coeperat, eo nempe, quo sacramentum Saffaho dictum, et
Marvan Hemar [seu asinus] peremtus fuit, chalifarum
Ommiadarum in oriente ultimus. Obtinuit ergo haec dynastia per
annos DXXIV circiter, numeravitque chalifas triginta septem.
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Nota: Kaikosru (o Kay Khusraw) II, que es llamado "señor de Romanía" (Romaniae domino), fue un sultán selyúcida de Rum, que fue derrotado por los mongoles y se convirtió en vasallo. El término "Romanía" era usado en Oriente para designar de modo genérico a los cristianos. En este caso porque Kaikosru II tenía aliados y mercenarios cristianos a su servicio.
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