Hay
un viejo chiste que dice que un hombre, aquejado por varios males y
asustado, acudió al médico y le dice: “Doctor, por favor, dígame
qué tengo; pero no me lo diga en latín y griego, sino con palabras
sencillas y claras”. Y el doctor le responde: “Lo único que te
pasa es que eres un glotón y borracho, y si no cambias, tendrás
problemas más serios”. Y el hombre: “Bueno, doctor, cuando venga
mi mujer, ¿sería tan amable de decírselo en latín y griego?”
Hasta
mitad del siglo XX era corriente que los médicos usasen todavía una
gran cantidad de términos y expresiones en latín y griego,
testimonio del hecho que durante siglos la Medicina se apoyó en los
clásicos griegos y que incluso durante casi toda la Edad Moderna los
estudios y tratados se siguieron escribiendo en latín.
En
la anterior entrada pusimos de relieve que el latín, aunque perdió
mucho prestigio y retrocedió en varios campos durante los s. XV-XVI,
sin embargo continuó vigoroso en varios campos de la ciencia. Hoy
quiero presentar un fragmento de un tratado de medicina del s. XVII.
Johann
Jakob Wepfer (1620 - 1695) fue un médico suizo, que estudió en
Estrasburgo, Padua, Roma y Basilea. Es conocido por sus estudios
sobre toxicología (Cicuta aquatica historia et noxae, 1679), sus
descubrimientos en anatomía y patología, así como sus
observaciones sobre la apoplejía, que plasmó en sus “Observationes
Anatomicae” (primera edición 1658), en los que narra casos de
personas que sufrieron apoplejía y que posteriormente él realizó la
autopsia para examinar los daños o alteraciones en el cerebro.
A continuación podemos leer uno de los casos que él describe. Su descripción es larga y detallada y solo traduzco la parte en que Wepfer describe la historia del paciente. Aunque desde el punto de vista médico es muy interesante la parte en que él describe la autopsia, por desgracia admito que no tengo estómago médico para entrar en esos detalles, así que solo dejo las primeras líneas de la autopsia y luego cuando detecta en el cerebro la causa de la apoplejía.
A continuación podemos leer uno de los casos que él describe. Su descripción es larga y detallada y solo traduzco la parte en que Wepfer describe la historia del paciente. Aunque desde el punto de vista médico es muy interesante la parte en que él describe la autopsia, por desgracia admito que no tengo estómago médico para entrar en esos detalles, así que solo dejo las primeras líneas de la autopsia y luego cuando detecta en el cerebro la causa de la apoplejía.
Johann
Jakob Wepfer, Observationes Anatomicae ex cadaveribus eorum quos
sustulit apoplexia, Schaffhusii 1675, Historiae apoplecticorum,
Historia XIV, p. 392 - 398.
Úrsula Aberling, de Wolfach [hoy en
Baden-Württemberg, Alemania], soltera, de 23 años, temperamento
sanguíneo, de poca estatura, carnosa, fuerte, sirviente en una
taberna.
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Ursula Aberlin, wolfachensis, virgo, 23
annorum, plethorica, staturae mediocris, carnosa, robusta, famula
apud cauponem.
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Una vez, a pleno sol, en el verano de 1667,
ella llevó sobre la cabeza un atado de hierbas grande y muy
pesado desde el campo hasta casa. Bajo este peso ella sintió
claramente que algo se había roto dentro del cráneo.
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Ad solis insigne, aestate 1667, semel magnam
graminum farraginem ac pondere gravem capite gestatam ex agro
domum deportavit. Sub hoc onere sensit manifeste aliquid intra
cranium ruptum fuisse.
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Poco después llevó los alimentos con la
vajilla, puesta sobre la cabeza, a los segadores en un lugar
montañoso cerca de Wolfach. Ya que ese peso le oprimía
demasiado, hasta el punto que creía que sucumbiría bajo él, y
no había nadie a mano que le quitase ese peso, con gran penuria,
además cuesta arriba, se dirigió a su destino, por lo cual de
nuevo notó un crujido dentro del cráneo.
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Paulo post cibaria cum suppellectili, capiti
imposita, ad messores in loca montana Wolfachio vicina detulit.
Cum ab hoc onere summopere gravabatur, ut sibi sub illo
occumbendum putaverit, nemoque praesto esset qui ipsam hoc onere
levasset, magna contentione, etiam per acclivia, [p. 393]
ad locum destinatum properavit, unde denuo fragorem intra cranium
editum animadvertit.
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Desde aquel momento le costó controlar la orina,
sin embargo prestó sus servicios del modo habitual, con la
diligencia de siempre, sin rehuir las labores por la severidad del
padre, y sin quejarse nunca de ningún otro síntoma. Las
menstruaciones siempre vinieron con normalidad.
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Ab illo tempore minus urinam detinere valuit,
nihilominus officia servilia solito more praestitit, strenua
alias, nec ob patrem duriorem labores fugiens, nec unquam de ullo
alio symptomate conquerens. Menses semper rite fluxerunt.
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El día 22 de diciembre de 1667, no notando
ningún mal, tanto corrió [para ir] al templo que se acaloró.
En el templo se queda helada. Luego nota que no puede apoyarse
firmemente en el pie izquierdo, por lo cual cae de rodillas, con
el cuerpo algo inclinado, que si no hubiese sido sostenida por la
vecina, hubiese caído al suelo.
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Die 22 decembris 1667, nihil mali praesentiens,
ad templum ita cucurrit ut inde incaluerit. In templo
perfrigeratur. Mox animadvertit se pedi sinistro non posse
firmiter insistere, unde in genua decubuit, vix inclinato corpore,
nisi a vicina sustentata fuisset, humi prostrata fuisset.
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Todo el lado izquierdo estaba privado de
movimiento y sensibilidad, los labios se torcían y la mandíbula
inferior le caía a la derecha. Primero hablaba de modo que se le
podía entender, pero poco después con gran dificultad. Los
presentes, creyendo que era una lipotimia, aunque no había
perdido el buen color de cara, le rociaron bastante agua fría.
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Totum sinistrum latus motu et sensu privabatur,
labia torquebantur ac maxilla inferior dextrorsum abripiebatur.
Primum loquebatur ut intelligi potuerit, paulo post vero
aegerrime. Astantes, leipothymiam morbum ratae, quamvis vividum
faciei colorem non amiserit, ipsam frigida large conspergunt.
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Tras ser llevaba hemipléjica a casa, durante
14 días estuvo delirando. Se quejaba de un cruelísimo dolor de
media cabeza, como si con gran violencia le tirasen hacia arriba
los cabellos continuamente. También le dolió mucho el ojo
derecho, y le parecía como si se lo arrancasen de la órbita.
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Hemiplectica domum deportata, per dies 14
deliravit. Conquerebatur de syncipitis dolore saevissimo,
quasi summa vi sursum capilli ibidem raperentur continue. Oculus
quoque dexter intensissime doluit, ac videbatur ipsi ac [p.
394] si ex orbita evelleretur.
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En el lado izquierdo todo estaba hemipléjico y
no sentía ni la más mínima molestia ni en la cabeza ni en otra
parte, excepto la pérdida de movimiento. En los primeros días
tuvo necesidad de orinar con gran frecuencia y abundancia, pero
nunca mojó el lecho. Largo tiempo le afligió la cefalea y solo
esto le impedía. No se le proporcionó ningún medicamento,
excepto algunas aguas cefálicas poco eficaces.
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In sinistro latere toto hemiplectico, neque in
capite neque alibi, praeter motus ablationem, nec vel minimam
molestiam experiebatur. Primis diebus creberrime et copiose
mingere cogebatur, nunquam tamen lectum perminxit. Cephalalgia diu
continue afflixit atque hanc unice causabatur. Medicamenta nulla
praeter aquas quasdam cephalicas pauperculae exhibita fuerant.
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El día 12 de febrero de 1668, cuando yo estaba en
Wolfach con la ilustrísima doña Ana Magdalena [von
Hanau-Lichtenberg] condesa de Fürstenberg, yo la llamaba, es decir
después de la octava semana del ataque hemipléjico. Entonces
estaba carnosa y con buen color de cara. La boca ya no se le
torcía, hablaba con claridad y presteza, y no se quejaba mucho
del dolor de cabeza.
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Die 12 februaris 1668, cum Wolfachii apud
illustrissimam dominam Annam Magdalenam comitissam de Furstenberg
essem, ad ipsam vocabar, scilicet post octavam septimanam ab
insultu hemiplectico. Tunc temporis carnosa et bene colorata fuit.
Os non amplius distorquebatur, loquebatur sana et expedite, non
multum de capitis dolore conquerebatur.
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El brazo izquierdo no pudo moverlo por propia
voluntad, pero, al yo presionarle con fuerza uno u otro dedo
encorvado, contrajo un poco el brazo. Pudo apoyarse un rato en el
pie izquierdo, pero no pudo moverlo hacia adelante. Frecuentemente
un movimiento convulsivo sacudía tanto el brazo como el pie
izquierdo.
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Brachium sinistrum movere sua sponte nequiit,
at, uno alterove digito incurvo fortius a me compresso, brachium
aliquantulum attraxerat. Pedi sinistro aliquandiu insistere, verum
antrorsum ipsum promovere non valuit. Tum brachium tum pes
sinister saepe motu quodam convulsivo succutiebantur.
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El apetito y lo demás lo tuvo bastante bien.
También las menstruaciones hasta entonces bajaron normalmente a
su tiempo y sanas.
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Appetiit et caetera satis bene habuit. Menses
quoque stato tempore ceu sanae huc usque legitime [p. 395]
manarunt.
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En aquel entonces la persuadí a tomar a turnos
romero hervido y purgas de otras hierbas cefálicas y ungüento
nervino; a la vez le mandé una adecuada ración de alimentos; en
lo cual la ilustrísima señora condesa, bondadosísima con los
pobres, le proporcionó socorro espléndidamente.
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Suasi tunc temporis decoctum rorismarini
aliarumque herbarum cephalicarum purgantia per vices sumenda et
linimentum nervinum; imperata simul congrua victus ratione; qua in
re suppetias illustrissima domina comitissa, erga pauperes
benignissima, luculenter contulit.
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Siguiendo esto durante un tiempo, pero no con
bastante solicitud, al volverle poco a poco las fuerzas al pie
izquierdo, apoyada en un bastón salió en público todo el
verano, e incluso frecuentó el templo.
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His aliquandiu, sed non satis sollicite
continuatis, sensim viribus pedi sinistro redeuntibus, scipione
suffulta in publicum prodiit tota aestate, templum quoque
frequentavit.
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Pero en seguida recrudeció la cefalea, que se
exacerbaba por la ingesta de vino; y así todo el verano bebió
agua y suero de leche de cabra. Únicamente apetecía las cosas
frías antes que las calientes, por lo cual todo el verano se
alimentó abundantemente de vinagretas, frutos crudos y lácteos.
Con frecuencia todo el día, excepto la mañana, tomaba caldos.
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Subinde tamen cephalalgia recruduit, quae a
vini potu exacerbabatur; tota itaque aestate aquam aut serum
lactis caprini bibit. Frigida prae calefactis unice appetebat,
unde tota aestate acetariis, fructibus crudis et lacticiniis
profuse vescebatur. Saepe toto die, nonnisi mane, jusculum
comedit.
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En el mes de agosto de 1668, de mañana, al ir
a levantarse de la cama sintió que de nuevo languidecía la
fuerza motriz y a la vez se quejaba de un dolor en la planta del
pie derecho, antes sano, por lo cual después nunca osó apoyar el
pie desnudo si antes no lo envolvía bien con paños. Ella misma
no podía explicar la causa de ese dolor.
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Mense augusti 1668, mane e lecto surrectura
sensit motum animalem denuo languefieri simulque quaerebatur de
dolore in planta pedis dextri, alias sani, ob quem nunquam diu
posthaec nudo et non prius linteaminibus probe involuto pedi
insistere audebat. Doloris rationem ipsamet effari nequibat.
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La cefalea también volvió, tanto antes como
después de este nuevo ataque, especialmente ocupando la parte
derecha de la cabeza, y le atormentaba duramente ora la parte
occipital, ora la frontal, ora la temporal, ora la frente. A veces
por el dolor gritó que un absceso se ocultaba dentro bajo el
frontal, e incluso que se preparaba a salir; por lo cual no pocas
veces quiso que lo apresurase con cirugía.
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Rediit quoque tum ante, tum post novum hunc
insultum cephalgia, praecipue dextram [p. 396] capitis
partem occupans, et nunc occiput, nunc synciput, nunc
tempus, nunc frontem misere excruciavit. Quandoque prae dolore
exclamavit abscessum intus sub syncipite latere, imo jam
exitum parare; unde quoque non raro ut ille ope chirurgica
maturaretur expetiit.
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Entonces también se quejaba de vértigo, por
lo cual temía caer al inclinarse, y decía que la sede de esto
estaba más bien en la parte derecha, ya que ahí sentía
claramente que el cerebro principalmente se agitaba. Sin embargo
caminaba a menudo; pero decía que el brazo paralítico con
frecuencia se le hacía tan pesado que temía caerse, al ser el
cuerpo atraído hacia adelante por el peso.
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Tunc quoque de vertigine querebatur, ob quam
pronam se caesuram verebatur, hujusque sedem dextram potius partem
dicebat, cum cerebrum praecipue turbari ibidem distincte sentiret.
Incedebat nihilominus subinde; at brachium sinistrum paralyticum
tam ponderosum ajebat saepius fieri ut casum timeret,
pondere corpus antrorsum trahente.
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Al llegar el invierno, sea por el abuso de
[comidas] frías, sea por la vida sedentaria, sea en fin por la
omisión de las medicinas, poco a poco los pies se volvieron
edematosos y el abdomen se hinchó. En el mes de enero de 1669 las
menstruaciones cesaron por primera vez.
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Hieme adventante tum ob frigidorum abusum, tum
ob vitam sedentariam, tum denique ob medicamentorum neglectum,
sensim pedes oedematosi facti fuerunt ac intumuit abdomen. Mense
januarii 1669 primum menses substiterunt.
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De vez en cuando el catarro se apoderaba
del pecho, volvía la respiración difícil y producía tos, en la
que a veces arrojó sangre coagulada del tamaño de una haba; otras veces, cesando el catarro, sin duda más leve que en otros
hidrópicos, respiró libremente y se acostó bien.
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Subinde catarrhi ad pectus ruebant,
respirationem difficiliore reddebant et tussim excitabant, qua
aliquoties sanguinem concretum fabae magnitudine excrevit; alias,
cessante catarrho, libere respiravit commodeque decubuit, humilius
certe quam caeteri hydropici.
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La hidropesía se incrementó en días,
hinchándose mucho el abdomen y ocupando el edema incluso las
nalgas. El pie derecho le dolió muchísimo.
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Hydrops [p. 397] in dies incrementa
sumpsit abdomine praetumido et oedemate etiam lumbos occupante.
Doluit summopere pes dexter.
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El día 23 de marzo de 1669 la visité ya
moribunda. Además de los pies, se habían hinchado mucho el abdomen,
las nalgas y el brazo, incluso el izquierdo. Tenía la “facies
hipocrática”, extrema frialdad, lengua seca, pulso muy débil.
En los pies aparecían manchas rojas; en la tibia derecha era
inminente la gangrena.
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Die 23 martii 1669 ipsam moribundam conveni.
Praeter pedes, abdomen, lumbos, brachium quoque sinistrum admodum
intumuerat. Facies erat hippocratica, extrema frigida, lingua
arida, pulsus summe debilis. In pedibus maculae rubrae apparebant;
in dextra tibia gangrena in procinctu aderat.
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Durante algunos días deliraba; antes de su
muerte recuperó la lucidez. Siempre y hasta el último suspiro
vio nítidamente y oyó con agudeza. Murió el 24 de marzo de
1669.
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Delirabat per aliquot dies; ante obitum ad
mentem rediit. Semper et ad ultimum usque halitum accurate vidit
et acute audivit. Die 24 martii 1669 mortua est.
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El 25 de marzo con ruegos y dinero obtuve
[permiso para] la apertura del cadáver. Antes de la apertura
observé en el cadáver que salieron manchas anchas y lívidas en
las tibias, que aparecieron granos grandes hinchados de fluidos,
que en algunos lugares exudaba líquido de los poros, que el
abdomen estaba hundido, que de la boca manaba copiosamente un
líquido viscoso amarillento. ..........
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25 martii cadaveris apertionem prece et pretio
obtinui. Ante apertionem in cadavere observavi maculas in tibiis
latiores et lividas evasisse, alicubi vesicas amplas sero turgidas
emersisse, quibusdam in locis ex poris serum exsudasse, abdomen
subsidisse, ex ore humorem viscidum subflavum
copiose emanasse. .........
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Extraída una porción del cerebro hasta el
ventrículo derecho, de inmediato brotó de él agua turbia. Al
dilatar este ventrículo, apareció un absceso del tamaño de un
huevo de gallina, revestido de una peculiar capa del grosor de una
pluma de paloma, cuyo lado opuesto se extendía hacia el temporal
derecho. .....
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[p. 398] ....... Cerebri portione ad
ventriculum dextrum usque ablata, protinus ex illo exiliit
aqua turbida. Dilatato amplius hoc ventriculo, occurrit abscessus
ovi gallinacei magnitudine, peculiari tunica crassitie pennae
columbinae vestitus, cuius oppositum latus versus tempus dextrum
exporrigebatur. ......
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