Es
bien sabido el importantísimo papel que jugaron los monasterios en
la Europa medieval. En su búsqueda de soledad los pioneros del
monaquismo occidental fueron colonizando nuevas tierras,
especialmente en el norte de Europa, que habían quedado fuera o casi
fuera del influjo de la civilización romana. A su paso fueron
ganando nuevos pueblos para el Occidente cristiano. En torno a cada
monasterio se labraron las tierras, se fundaron pueblos, se abrieron
caminos y tendieron puentes, se dictaron leyes, se desarrolló el
comercio, y en general se puede decir que los monasterios pusieron
las columnas sobre las que se levantó una nueva sociedad y una nueva
era.
Tras
el violento hundimiento del imperio romano de Occidente, el saber y
la técnica también se fue perdiendo en el fragor de los sucesivos
genocidios, éxodos masivos, destrucción del Estado y sus
infraestructuras. Durante siglos héroes anónimos, amantes del
saber, fueron recogiendo los fragmentos rotos, salvando y conservando
los libros que contenían el arte y el saber antiguo. Y más tarde
fue en los monasterios donde monjes anónimos se dedicaron a recoger,
transcribir y conservar los fragmentos de la herencia antigua.
Transcribieron la Biblia y los escritos de los Santos Padres, pero
también salvaron para la posteridad textos clásicos de filosofía,
historia, medicina, derecho y poesía.
Es
verdad que este copiar y conservar tuvo mucho de mecánico y de
fetichismo del libro, es verdad que la gran mayoría de monjes que
copiaba seguramente muchas veces apenas comprendía el sentido y el
valor de lo que escribía. Pero esto debe computarse como mérito,
pues muchos pueblos en distintas épocas, cuando no han comprendido
algo, lo han destruido o lo han desdeñado; en cambio los monjes
dedicaron mucho tiempo, dinero y trabajo en copiar y conservar obras
cuyo valor por lo general solo podían barruntar. Las magníficas
bibliotecas de los monasterios fueron como grandes baterías, donde
se fue cargando y preservando el saber hasta que llegaran aquellos
que supieron entender el saber, aprovechar la técnica y apreciar la
belleza. Y ese trabajo de comprensión, creación y progreso empezó
en la misma Edad Media que, a ratos de modo brillante, a ratos en
silencio y con dificultad, fue gestando el Humanismo y la Edad
Moderna.
En
el campo de la Historia, las crónicas de los monasterios fueron una
novedosa forma de registrar los acontecimientos notables ocurridos en
el monasterio, en los pueblos vecinos e incluso aquellos “sucesos
internacionales” que llegaban a sus oídos. Así, década tras
década, siglo tras siglo, las crónicas se convertían en la memoria
del monasterio y la región y a veces un pequeño libro de la
Historia mundial contemporánea a ellos. Naturalmente el valor de
cada crónica lo da el talento del cronista. Hubo quienes se
limitaron a unas tímidas líneas y otros que nos han dejado
auténticos tesoros de información y hoy son valiosos instrumentos
para conocer su época.
El monje Sigeberto de Gembloux entrega un ejemplar de sus crónicas al emperador. Miniatura en un ejemplar de finales del s. XV. BNF lat. 4994. Imagen de Wikimedia Commons. |
Como
ejemplo de una crónica medieval vamos a leer algunas líneas de la
crónica de la famosa abadía benedictina de Gembloux (hoy en Namur,
Bélgica). Su más famoso cronista fue Sigeberto de Gembloux, que
falleció el 5 de octubre de 1112, y le sucedió como cronista
Anselmo de Gembloux, octavo abad del monasterio. De este último vamos a leer
algunas de sus primeras anotaciones.
Anselmi
Gemblacensis Continuatio (MGH, Scriptores, SS 6, p. 375-376)
Año 1112.
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1112.
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Dom Sigeberto, venerable monje del cenobio de
Gembloux, varón de incomparable ingenio en toda la ciencia de las
Letras, escritor de las anteriores páginas de este libro de
crónicas, murió el día 3 antes de las nonas de octubre, y nos
dejó la perpetua amargura de su ausencia.
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Domnus Sigebertus, venerabilis monachus
gemblacensis coenobii, vir in omni scientia litterarum
incomparabilis ingenii, descriptor precedentium in hoc libro
temporum, 3 nonas octobris obiit, et nobis perpetuum merorem
absentiae suae reliquit.
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Año 1113.
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1113.
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El abad dom Nitardus fallece el día 2 antes de
las nonas de febrero; a él le sucedió Anselmo como octavo [abad]
del cenobio de Gembloux.
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Domnus abbas Nietardus 2 nonas februarii obit;
cui Anselmus octavo loco in gemblacensi coenobio succedit.
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En la tercera feria de la semana de Pascua, el
día 6 antes de los idus de abril, se incendió el monasterio de
Prüm con todas sus dependencias, pero por providencia de Dios el
tesoro y la biblioteca de la iglesia quedaron intactos.
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Feria 3 hebdomadae paschalis, 6 idus aprilis,
monasterium Prumiae crematur cum officinis suis, thesauro et
bibliotheca aeclessiae per Dei providentiam durantibus
illesis.
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En la región de Bravante, el día 9 antes de
las calendas de mayo, cerca de Tournai, cayó tanta nieve que
incluso los bosques se congelaron.
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In pago bracbatensi, 9 kalendas maii, circa
Tornacum, nix tanta cecidit ut etiam silvas fregerit.
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En el mes de agosto Balduino [I], rey de Jerusalén,
con Roger, conde de Antioquía, marchó contra los turcos. Pero
mientras Roger con su ejército se quedó junto a un río, el rey
prosiguió con los suyos para explorar el avance de los turcos.
Pero los turcos habían ocupado un monte, en el cual habían
colocado [tropas] emboscadas en cuatro lugares, y a cada emboscada
habían asignado cuatro mil jinetes. El rey fue rodeado por ellos
de improviso, muriendo mil quinientos de los suyos, y él se libró
con una deplorable fuga.
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Mense augusto Balduinus, rex Iherusalem, cum
Rogero, Antiochiae comite, contra turcos vadit. Sed cum Rogerus
cum exercitu suo iuxta quendam fluvium resedisset, rex cum suis
processit, ut adventum turcorum exploraret. Turci vero montem
quendam occupaverant, in quo insidias per quatuor loca
collocaverant, et in singulis insidiis quattuor milia equitum
deputaverant; a quibus ex insperato rex undique interceptus, mille
quingentis suorum interfectis, miserabili fuga est liberatus.
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Los habitantes de Ascalón, sabiendo que no
estaba el rey Balduino, asaltaron Jerusalén con una gran
multitud; pero al no obtenerla, destruyeron una parte de la
iglesia de San Esteban, situada fuera de la ciudad donde fue
lapidado, incendiaron las cosechas, y así las estropearon.
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Ascalonitae, cognoscentes abesse regem
Balduinum, cum gravi multitudine Iherusalem assiliunt; sed non
prevalentes contra eam, partem aecclesiae Sancti Stephani,
extra civitatem ubi lapidatus est sitae, diruunt, segetes
incendunt, et ita inefficaces redeunt.
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Los turcos arrasaron por completo el cenobio de
los monjes situado en el monte Tabor, y tras matar a los monjes y
a todos los demás, saquearon todo.
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Turci coenobium monachorum in monte Thabor
situm funditus evertunt, et monachis cum reliquis omnibus
interfectis, omnia sibi diripiunt.
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El rey de Jerusalén, Balduino [I], toma por esposa a
[Adelaida] la viuda de Roger, duque de Sicilia.
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Rex Iherusalem, Balduinus, uxorem ducit relictam
Rogeri, ducis Siciliae.
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En Ravena y Parma, ciudades de Italia, llovió
sangre en los campos y dentro de las murallas, en el mes de junio.
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Apud Ravenam et Parmam, civitates Italiae, in
agris et infra moenia sanguis pluit, iunio mense.
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Año 1114.
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1114.
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El emperador Enrique [V] con gran boato de sus
nobles y de todo el reino celebra el nacimiento del Señor en
Maguncia, donde toma como esposa a [Matilde] la hija de Enrique
[I], rey de Inglaterra.
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Heinricus imperator cum magna optimatum suorum
et totius regni gloria natale Domini celebrat Moguntiae, ibique
uxorem ducit filiam Henrici, regis anglorum.
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Año 1115.
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1115.
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En los idus de noviembre en un suburbio de
Antioquía se abrió la tierra de noche, y engulló muchas torres
y casas adyacentes con sus habitantes. Uno, que es de aquel
pueblo, había emigrado con su mujer e hijos de aquel lugar; pero
al volver, el terremoto engulló el lugar donde se había
asentado.
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Idibus novembris in suburbio Antiochiae terra
noctu dehiscens, turres multas et adiacentes domos cum
habitatoribus absorbuit. Quidam autem, ut est illud hominum genus,
cum uxore et filiis de locis illis migraverat; sed in redeundo
positum idem terraemotus absorbuit in loco quo erat.
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El emperador Enrique [V], ya que pensaba que le
estaba permitido todo lo que quería, se ganó grandes enemistades
casi en todo el reino. Y ya que años antes había apresado con
engaños al canciller Alberto y a otros príncipes del reino, y
sin oírlos ni juzgarlos los había encadenado en prisión, otros
muchos temían lo mismo. Por eso también Federico, arzobispo de
Colonia, odiado por él, combatió con todas sus fuerzas contra él
y contra sus partidarios; asalta los bastiones y castillos
contrarios, y devasta a espada y fuego todos sus alrededores.
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Henricus imperator, dum quicquid libet, licere
putavit, magnas regni pene totius inimicitias comparavit. Etenim
quia superioribus annis Albertum cancellarium et alios quosdam
regni principes insidiose ceperat, et sine audientia et iudicio
custodiae mancipaverat, aliis similia timentibus suspectus erat.
Unde etiam Fridericus, coloniensis archiepiscopus, ab eo aversus,
totis viribus insequitur eum et fautores eius; oppida et castella
contra se posita impugnat, et omnia ad eum pertinentia ferro et
igni vastat.
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El emperador Enrique había prometido que
celebraría la Pascua en Aquisgrán; y por eso, entre otros
príncipes del reino don Roberto, obispo de Lieja, aguardaba ahí
su llegada. Y uno de ellos, Arnulfo de Aarschot, mientras se
frotaba las manos, ante el asombro de todos, sin herida alguna ni
llaga de una úlcera, se vio fluir sangre de sus dedos. Este
hecho, que fue considerado un gran portento, significaba la
efusión de sangre humana por la indigna discordia entre el rey y
los príncipes
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Henricus imperator promiserat Aquis se Pascha
celebraturum; ideoque, inter alios regni principes, domnus
Otbertus, leodicensis episcopus, ibi prestolabatur eius
adventum. Unus igitur eorum, Arnulfus de Arslot, dum manus suas
confricaret, magno omnium miraculo, sine aliqua vulneris aut
ulceris laesione, sanguis ab eius digitis fluere visus est. Quae
res, pro magno portento habita, significabat humani sanguinis
effusionem pro indigna regni et principum discordia.
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Año 1116.
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1116.
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El emperador Enrique bajó a Italia por las
violentas revueltas del reino, y sobre todo a causa de la marquesa
Matilde [de Canossa], su pariente, que acababa de fallecer, para poseer la
herencia que por derecho le correspondía.
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Heinricus imperator in Italiam secedit propter
asperos motus regni, et maxime propter marchisae Malthildis,
cognatae suae, quae recens obierat, hereditatem quae sibi iure
competebat optinendam.
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Año 1117.
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1117.
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En el mes de enero, el día 3 antes de las
nonas del mismo, en la cuarta feria, en algunos lugares, no en
todas partes, hubo un terremoto, en unos más suave, en otros más
violento, hasta el punto que se dice que destruyó parte de
algunas ciudades con sus iglesias.
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Mense ianuario 3 nonas ipsius, 4 feria, in
aliquibus locis, sed non usquequaque, terremotus accidit, alias
clementior, alias validior, adeo ut quarundam urbium partes cum
aecclesiis subruisse dicatur
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También sucedió que el río Mosa, [que corre]
junto a la abadía que se llama Susteren, se llevó su fundamento,
[y quedó] casi colgando en el aire.
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Mosa etiam fluvius iuxta abbatiam quae dicitur
Sustula, quasi pendens in aëre, fundum suum visus est deseruisse.
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También en este año la ciudad de Lieja fue
atribulada por muchas plagas.
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Hoc quoque anno Leodium civitas multis plagis
attrita est.
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