Al
hablar de la Carta Magna y del rey Juan "sin Tierra" es
casi inevitable pensar en la historia de Robin Hood, el amable
bandido "que roba a los ricos para dar a los pobres".
Aunque
históricamente se ha demostrado la existencia de varios personajes
de nombre parecido ("Robertus" y su diminutivo "Robin"
era un nombre común en esa época), actualmente se piensa que Robin
Hood es un personaje ficticio cuya leyenda se fue formando poco a
poco a partir de diversos personajes y acontecimientos reales y
ficticios. Es un dato seguro que el Juan "sin Tierra" fue
un tirano despiadado que llevado por su desmedida avaricia no dudó
en cometer todo tipo de abusos contra sus nobles, confiscándoles los
bienes y poniéndolos fuera de la ley. Pero incluso después de esos
años aciagos, para el pueblo llano las cosas no cambiaron mucho,
pues las libertades y seguridades conseguidas por la Carta Magna y
sus siguientes ediciones protegían solo los intereses de la nobleza.
El rey Ricardo "Corazón de León" une las manos de Robin y Marion. Placa de bronce en el muro del castillo de Nottingham, obra de James Woodford (1873 - 1976) |
En
ese contexto ya desde el s. XIII surgen relatos sobre las hazañas de
hombres que injustamente han sido puestos fuera de la ley y que dejan
en ridículo a los crueles pero ineptos oficiales del rey, así como
la presencia de una doncella (Marian) que necesita ser rescatada de
un lascivo señor feudal. Se discute hasta que punto la historia del
Robin inglés haya sido inspirada en la obra del francés Adam de
Halle, Li Gieus de Robin et Marion (1282-3), en la que también un
Robin debe liberar a su amada Marian de un malvado noble.
No
fue hasta el s. XVII que se formó el personaje tal como hoy lo
conocemos: Robin se convirtió en hijo de un conde, maiden
Marian en una lady, el botín no fue para misas sino para los pobres
y para el papel de "malos" se escogió al rey Juan y al
sheriff de Nottingham.
Aunque
los relatos más antiguos que han llegado hasta nosotros están en
inglés medieval (Robin Hood and the Monk, en un manuscrito
del a.1450, Robin Hood and the potter, en un manuscrito hacia
el a. 1500), sin embargo aquí quisiera presentar un texto en latín
en el que se hace referencia al legendario bandido.
La obra en la que aparece este pasaje merece una pequeña introducción. El clérigo escocés John Fordun († 1387) se impuso la tarea de recopilar toda la historia del reino de Escocia, llegando a escribir 5 libros que abarcan desde los orígenes legendarios hasta la muerte del rey David († 1153). Un sexto libro quedo inconcluso, junto con otros materiales. Esa obra se llamaba Chronica Gentis Scotorum. Un siglo más tarde el abad Walter Bower († 1449), continuó el relato hasta formar un total de 16 libros, hasta el reinado de Roberto I. La obra así modificada e interpolada por Bower es conocida como Scotichronicon.
Pues bien, en uno de los libros añadidos por Bower es donde encontramos una cita en la que el autor asume que Robin Hood se trata de un personaje real que vivió durante el reinado del rey escocés Alejandro III († 1286), poniendo incluso el año 1266 como fecha de inicio de la actividad del héroe de la foresta.
La obra en la que aparece este pasaje merece una pequeña introducción. El clérigo escocés John Fordun († 1387) se impuso la tarea de recopilar toda la historia del reino de Escocia, llegando a escribir 5 libros que abarcan desde los orígenes legendarios hasta la muerte del rey David († 1153). Un sexto libro quedo inconcluso, junto con otros materiales. Esa obra se llamaba Chronica Gentis Scotorum. Un siglo más tarde el abad Walter Bower († 1449), continuó el relato hasta formar un total de 16 libros, hasta el reinado de Roberto I. La obra así modificada e interpolada por Bower es conocida como Scotichronicon.
Pues bien, en uno de los libros añadidos por Bower es donde encontramos una cita en la que el autor asume que Robin Hood se trata de un personaje real que vivió durante el reinado del rey escocés Alejandro III († 1286), poniendo incluso el año 1266 como fecha de inicio de la actividad del héroe de la foresta.
Estatua en bronce de Robin Hood . En los jardines del castillo de Nottingham. Obra de James Woodfort. |
Joannis
de Fordun, Scotichronicon, cum supplementis Walteri Boweri,
lib. 10, cap. 20 (Cura: Walterius Goodall, Edimburgi 1759, vol. 2, p.
104)
Por
aquel entonces de entre los desheredados y prófugos surgió y
destacó aquel famosísimo bandido Robin Hood y "Little"
John con sus compinches, a los cuales el vulgo necio festeja a carcajadas en las comedias y lloroso en las tragedias, y les deleita más que otros romances que recitan juglares y poetas.
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Hoc
in tempore de exheredatis et bannitis surrexit et caput erexit
ille famosissimus sicarius Robertus Hode et Litill-Iohanne cum
eorum complicibus, de quibus stolidum vulgus hianter in comoediis
et in tragoediis prurienter festum faciunt, et prae ceteris
romanciis, mimos et bardanos cantitare delectantur.
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Sobre
él también recitan alguna [historia] elogiable, tal como se
evidencia en el hecho que una vez, en Barnisdale, huyendo de la
ira del rey y la rabia del sheriff, mientras escuchaba con
devoción la misa, como solía hacer, no quiso interrumpir la
celebración por ningún motivo.
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De
quo etiam quadam commendabilis recitantur, sicut patuit in hoc
quod cum ipse quondam in Barnisdale, iram regis et fremitum
principis declinans, missam, ut solitus erat, devotissime audiret,
nec aliqua necessitate volebat interrumpere officium.
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Cierto
día, mientras escuchaba la misa, habiendo sido descubierto el
secretísimo lugar del bosque donde él oía misa por un alguacil
y agentes del rey que antes muchas veces le habían acosado,
vinieron a él los suyos que se enteraron para aconsejarle que
huyese a toda prisa.
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Quadam
die cum audiret missam, a quodam vicecomite et ministris regis,
eum saepius perprius infestantibus, in illo secretissimo loco
nemorali, ubi missae interfuit, exploratus, venientes ad eum qui
hoc de suis perceperunt, ut omni annisu fugeret suggesserunt.
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A
lo cual él se negó rotundamente por reverencia al sacramento que
en ese momento estaba venerando devotamente. Pero aunque el resto
de los suyos temblaba por miedo a la muerte, Robin mostrando que
confiaba solo en Aquél que veneraba, con los pocos que con valor
le asistieron, fácilmente derrotó a todos los enemigos juntos,
entregó el botín y el rescate de ellos a los ministros de la
Iglesia y se propuso de ahí en adelante tener la misa en mayor
veneración, confiando en aquel dicho: "Dios atiende al que
oye misa con frecuencia".
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Quod,
ob reverentiam sacramenti quod tunc devotissime venerabatur,
omnino facere recusavit. Sed ceteris suis ob metum mortis
trepidantibus, Robertus in tantum confisus in eum quem coluit,
inveritus, cum paucis qui tunc ei forte affuerunt inimicos
congressus eos de facili devicit, et de eorum spoliis ac
redemptione dilatus ministros ecclesiae et missas in maiore
veneratione semper et de post habere praeelegit, attendens quod
dictum est: "hunc Deus exaudit qui missam saepius audit".
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