Cicerón, De
Oratore, 2, 36
En verdad la Historia es testigo de
los siglos, luz de la verdad, sustento de la memoria, maestra de
la vida, mensajera del pasado: ¿con qué otra voz, sino la del
orador, es transmitida a la inmortalidad?
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Historia uero testis temporum, lux
ueritatis, uita memoriae, magistra uitae, nuntia uetustatis: qua
uoce alia, nisi oratoris, inmortalitati commendatur?
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George
Santayana († 1952), The
Life of Reason or The Phases of Human Progress, Londres 1906,
vol. 1, cap. 12, p. 284.
… cuando no se retiene la
experiencia, como entre los salvajes, la infancia es perpetua.
Aquellos que no pueden recordar
el pasado están condenados a repetirlo. En el primer
estadio de la vida la mente es frívola y fácil de distraer; no
alcanza el progreso por falta de continuidad y persistencia. Esta
es la condición de los niños y los bárbaros, en quienes el
instinto no ha aprendido nada de la experiencia.
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… when experience is not retained,
as among savages, infancy is perpetual. Those
who cannot remember the past are condemned to repeat it. In
the first stage of life the mind is frivolous and easily
distracted; it misses progress by failing in consecutiveness and
persistence. This is the condition of children and barbarians, in
whom instinct has learned nothing from experience.
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La mayoría de las sociedades del s. XXI seguramente hemos superado ese estadio básico en el campo tecnológico, pues manejamos automóviles, armas, teléfonos, ordenadores y un largo etcétera de artefactos sofisticados. Sin embargo en el campo político y moral ocurre exactamente lo contrario, y constatamos que millones de personas están en el nivel infantil o salvaje. No solo pensamos en las guerras, que es la quintaesencia de todos los males, sino en el fundamentalismo religioso (musulmán y cristiano), en el racismo, la homofobia, el desprecio y violencia contra la mujer, la corrupción de los gobernantes, la manipulación de la opinión pública, y un largo etcétera.
La Historia (junto con otras Ciencias Humanas) pues constituye un escalón necesario para el progreso de una sociedad. Pero si la sociedad pierde ese tesoro de la experiencia, entonces se convierte en una presa fácil de la ignorancia y la pobreza por un lado, y la corrupción moral y la tiranía por otro lado.
Quisiera en este artículo poner algunos ejemplos concretos de cómo nuestras preocupaciones del s. XXI ya fueron abordadas hace siglos y lo interesante que fueron esas reflexiones. Naturalmente toda la Historia es maestra, la del s. XX como la del s. I, pero aquí tomaremos ejemplos de autores de la Antigüedad y de la Edad Media, que es el período que aquí nos interesa.
Relieve en la Columna de Trajano: soldados levantando un campamento. Foto tomada del Project Trajan's Column de la University of St. Andrews. |
Quiero empezar por el historiador griego Plutarco († c. 125), que no escribió en latín, pero no puedo resistirme a publicar su acertada reflexión sobre la manipulación del sincero patriotismo de las masas para el interés mezquino de unos pocos. Su reflexión me viene a la cabeza cada vez que veo películas sobre los combatientes de las guerras neocolonialistas de la era actual.
Plutarco,
Vidas paralelas, Tiberio Graco, 9: 4-5.
Las fieras que habitan Italia tienen
cavernas y cada una tiene su madriguera para refugiarse, pero a
los que están combatiendo y muriendo por Italia no les pertenece
nada más que el aire y la luz, y vacilantes van errantes con sus
hijos y esposas.
Los generales engañan a los
soldados en las batallas cuando les exhortan a defender de los
enemigos los sagrados sepulcros, pues ni un sepulcro paterno ni
una tumba de antepasados pertenece a ninguno de los muchos romanos
que combaten y mueren para que otros vivan lujosamente y se
enriquezcan. Les dicen que son dueños del mundo, pero no tienen
ni un puñado de tierra propio.
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Los veteranos de guerra no solo pierden juventud, salud (sino la vida) y economía para que amasen grandes fortunas otros que no se ensucian los zapatos, sino que además quedan minados moral y sicológicamente. El filósofo medieval Guillermo de Auvernia fue quizás el primero que advirtió los desordenes mentales provocados por las violentas experiencias de la guerra.
Guillermo de
Auvernia († 1249), De
universo, secunda pars secundae partis, c. 35.
Así pues, en su interior ellos ven
esos ejércitos armados, torneos y combates, que mencioné, muchos
a causa de enfermedad, pero otros pintados todos ellos por algún
espíritu maligno en su imaginación.
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Intra semeteipsos igitur uident
armatos exercitus et hastiludia et pugnas, quas dixi, multi
aegritudine faciente, multi uero maligno aliquo spiritu haec omnia
in uirtute imaginatiua ipsorum pingente.
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En verdad aquí debes tener en
cuenta lo que dije sobre los que intervinieron en guerras y
ejércitos y los que usaron mal las armas; por eso a ellos muchas
veces se les aparecen las caras de aquellos que murieron a espada
o los que ellos mataron a espada; aparecen, digo, en una angustia
y dolor intolerable por las armas y peleas que creen empuñar.
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Debes autem attendere hic quae dixi
de armis et exercitibus bella agentibus et armis male utentibus;
et propter hoc apparent eis ibi plerunque chari eorum, qui gladio
occisi sunt uel quos ipsi gladio occiderunt; apparent, inquam, in
labore intolerabili et dolore, ex armis et pugnis, quas exerceri
uidentur.
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Actualmente en la Unión Europea, y en España en particular, se ha avivado el debate sobre la honestidad de los gobernantes, o mejor dicho si gobiernan a favor de los pueblos que los eligen, o a favor de los grandes poderes económicos, si debe primar el bienestar de la sociedad o los balances económicos. La cuestión se agrava cuando la sociedad contempla airada que los que saquean y hunden naciones enteras salen libres o con pequeñas sanciones. Entonces viene a la cabeza la reflexión del famoso san Agustín de Hipona, que siendo un filósofo neoplatónico-cristiano está libre de sospechas de ser un “radical anti-sistema”: la legitimidad del poder o viene de la justicia, o no existe.
San Agustín
(† 430), De civitate
Dei contra paganos, lib. 4, n. 4.
Y así al quitarse la justicia ¿qué
son los reinos sino grandes bandas de ladrones? Porque las bandas
de ladrones ¿qué son sino pequeños reinos? Es un grupo de
hombres, que es regido bajo mandato de un jefe, que está unido
por un pacto de cooperación, que se divide el botín según una
norma acordada.
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Remota itaque iustitia quid sunt
regna nisi magna latrocinia? Quia et latrocinia quid sunt nisi
parua regna? Manus et ipsa hominum est, imperio principis regitur,
pacto societatis astringitur, placiti lege praeda diuiditur.
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Esta [banda] malvada, si crece con
la llegada de muchos hombres corruptos de modo que posee
territorios, fija una sede, ocupa ciudades, subyuga pueblos, asume
más abiertamente el nombre de reino; [nombre] que cuando se le
aplica públicamente, no quita el desenfreno, sino que añade
la impunidad.
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Hoc malum, si in tantum perditorum
hominum accessibus crescit ut et loca teneat, sedes constituat,
ciuitates occupet, populos subiuget, euidentius regni nomen
assumit; quod ei iam in manifesto confert, non adempta cupiditas,
sed addita impunitas.
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En verdad con elegancia y veracidad
respondió a aquel Alejandro Magno un pirata capturado. Pues
habiéndole preguntado el rey qué le había movido a infestar los
mares, aquel con franca arrogancia dijo: “Lo mismo que a ti para
[infestar] todo el orbe; pero porque yo lo hago con una pequeña
nave soy llamado bandido; tú porque [lo haces] con una gran
flota, emperador”.
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Eleganter enim et ueraciter
Alexandro illi Magno quidam comprehensus pirata respondit. Nam cum
idem rex hominem interrogaret, quid ei uideretur ut mare haberet
infestum, ille libera contumacia: “Quod tibi, inquit, ut orbem
terrarum; sed quia ego exiguo nauigio facio, latro uocor; quia tu
magna classe, imperator”.
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Relieve en la Columna de Trajano: flota romana. Foto tomada del Project Trajan's Column de la University of St. Andrews. |
Una reflexión de B. Plátina († 1481) sobre algunos malos pontífices medievales bien puede aplicarse a la actual reflexión sobre la elección de gobernantes honestos y la capacidad de reacción de la parte sana de la sociedad contra el cáncer de la corrupción.
B. Plátina,
Liber de vita Christi ac omnium pontificum, 140, 5-6.
Mira,
te ruego, cuánto habían degenerado estos pontífices de sus
antepasados, los cuales con su sangre nos dejaron esta república
cristiana tan grande y magnífica. El pontífice romano, padre y
protector de lo sagrado, se llevó ilícitamente las cosas
sagradas, y quien habría debido castigar los sacrilegios se
volvió autor de un gran sacrilegio.
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Vide,
quaeso, quantum degenerauerint ii pontifices a maioribus suis qui
hanc rempublicam christianam tam amplam tamque magnificam suo
sanguine nobis reliquere. Pontifex romanus, sacrorum pater et rex,
sacra ipsa furto abstulit, et qui uindicare sacrilegia debuerat
tanti sacrilegii factus est auctor.
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En
verdad esto ocurre en cualquier república cuando la ambición y
avaricia de los malos es más fuerte que la virtud y sensatez de
los buenos. Por eso en el clero deberían ser elegidos aquellos
cuya vida y doctrina sea probada, no aquellos que no teniendo nada
de virtud ni religión buscan para sí mismos el poder con
ambición y soborno.
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Hoc
autem contingere in quauis republica consueuit, quando plus
malorum ambitio et auaritia ualet quam bonorum uirtus et grauitas.
In clerum igitur deligendi essent quorum uita et doctrina probata
sit, non autem ii qui cum nil uirtutis et religionis habeant
ambitione et largitione sibi potentiam quaerunt.
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Naturalmente una sociedad ignorante de los más altos valores de la Humanidad camina hacia su descomposición y destrucción. Los actuales potentados de la Tierra creen (acertadamente) que con la ignorancia lograrán controlar fácilmente a las masas, pero se equivocan pensando que ese dominio será duradero. Esa misma ilusión ya la han tenido muchos otros poderosos, que concentraron poder, saber y riquezas en una élite y creyeron que podían cabalgar a largo plazo la sociedad monstruosa que creaban. A pesar de ellos es más grande la parte sana de la sociedad que empuja hacia adelante. Un malvado en un minuto puede destruir lo que cien buenos en un año construyeron, pero el camino que ellos desbrozaron queda abierto, la visión de lo bueno y lo bello que obtuvieron queda guardada en la memoria de la Historia, y los que vienen detrás no retroceden un paso en la autoconciencia de la dignidad humana.
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