El salmo 51 (en la
biblia hebrea, en la "nova vulgata", las traducciones modernas y la actual liturgia católica; pero 50 en la biblia griega, la anteriores ediciones de la vulgata y la liturgia
católica hasta fines del s. XX) sin duda se debe contar entre las más hermosas
composiciones poéticas del Antiguo Testamento. Su dramática
descripción del arrepentimiento y el perdón, con una sucesión de
eficaces imágenes, gradualmente lleva al lector del sombrío y
amargo dolor del pecador hasta un luminoso himno de alabanza y
gratitud del hombre perdonado.
Debemos tener en
cuenta que los estudiosos están de acuerdo en que al menos los dos
últimos versículos son un añadido posterior, indudablemente
posterior a la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios
(586 a. C.), quizás en tiempos de Nehemías, quien emprendió la
reconstrucción de las murallas de Jerusalén un siglo más tarde.
Respecto al resto, el mismo salmo en los dos primeros versículos
(aunque los estudiosos no dan siempre credibilidad a estos
encabezados o es oscuro el significado del texto hebreo) nos indica
el autor y las circunstancias que supuestamente originan el salmo (uso la versión de la Neovulgata):
[1] Magistro choro.
Psalmus David,
[2] cum venit ad eum
Nathan propheta, postquam cum Bethsabee peccavit.
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[1] Al maestro del coro.
Salmo de David,
[2] tras haberle
visitado el profeta Natán, después que él pecó con Betsabé.
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La Biblia en 2 Sam
11-12 nos relata el crimen del rey David (s. XI - X a.C.), su
adulterio con Betsabé y el complot para quitar la vida a su marido
para poder desposarla, y su posterior arrepentimiento tras los reproches del
profeta Natán. Este salmo sería entonces la oración de
arrepentimiento del rey David, o por lo menos compuesta por alguien
inspirado en esos sucesos. Naturalmente es mucho más eficaz para el
lector si la oración se pone en boca del mismo David, siendo que el
lector conoce la magnitud de su crimen.
Rey David en el
Psalterium Egberti (a. 981), p. 20v, conservado en el Museo
Archeologico Nazionale di Cividali del Friuli, Italia.
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Este salmo siempre
ha ocupado un lugar importante en la meditación, devoción y en la
liturgia cristiana. y ha tenido diferentes adaptaciones, tanto con
melodías cantables como con antífonas para su rezo comunitario. Su
uso en las liturgias penitenciales y en Semana Santa lo hizo tan
popular que la palabra miserere ha sido incluida prácticamente
en todos los idiomas occidentales. De la época del Renacimiento es
bastante conocida la composición de Gregorio Allegri (1582 - 1652).
Mucho menos conocido y más antiguo es el motete de Josquin, que a
continuación presento, tal como aparece en la edición de Ottaviano
Petrucci, en sus Motetti de la Corona III (Fossombrone, 1519).
El texto sigue el llamado Salterio Galicano. Pongo en cursiva
la frase miserere mei, Deus, cuando es un añadido de Josquin,
no incluido en el texto original del salmo:
[3] Miserere
mei, Deus,
secundum magnam
misericordiam tuamet secundum multitudinem miserationum tuarum dele iniquitatem meam. |
[3] ¡Oh Dios, apiádate de mí! según tu gran misericordia y según tu inagotable compasión, borra mi iniquidad. |
Miserere
mei, Deus.
[4] Amplius
lava me ab iniquitate mea
et a peccato
meo munda me.
Miserere mei,
Deus.
[5] Quoniam
iniquitatem meam ego cognosco,
et peccatum
meum contra me est semper. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [4] Lávame completamente de mi iniquidad y límpiame de mi pecado. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [5] Pues yo reconozco mi iniquidad y tengo siempre presente mi pecado. |
Miserere
mei, Deus.
[6] Tibi soli
peccavi et malum coram te feci,
ut justificeris
in sermonibus tuis
et vincas cum
judicaris.
Miserere
mei, Deus.
[7] Ecce enim
in iniquitatibus conceptus sum
et in peccatis
concepit me mater mea. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [6] Solo a ti ofendí e hice lo que para ti es malo, pues has sido justo en tu sentencia y eres excelso cuando juzgas. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [7] Pues he aquí que fui concebido en iniquidad y en el pecado me concibió mi madre. |
Miserere
mei, Deus.
[8] Ecce enim
veritatem dilexisti
incerta et
occulta sapientiae tuae manifestasti mihi.
Miserere
mei, Deus.
[9] Asperges
me, Domine, hyssopo,
et mundabor;
lavabis me, et
super nivem dealbabor. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [8]Pues he aquí que amaste la verdad, me manifestaste lo desconocido y lo oculto de tu sabiduría. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [9] Empápame, Oh Señor, con el hisopo, y estaré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve |
Miserere
mei, Deus.
[10] Auditui
meo dabis gaudium et laetitiam
et exultabunt
ossa humiliata.
Miserere
mei, Deus.
[11] Averte
faciem tuam a peccatis meis
et omnes
iniquitates meas dele. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [10] Darás gozo y alegría a mis oídos y exultarán los corazones humillados. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [11] Aparta tu vista de mis pecados y borra todas mis iniquidades. |
Miserere
mei, Deus.
[12] Cor mundum
crea in me, Deus,
et spiritum
rectum innova
in visceribus
meis.
Miserere
mei, Deus.
[13] Ne
proicias me a facie tua
et spiritum
sanctum tuum ne auferas a me.
Miserere
mei, Deus.
[14] Redde mihi
laetitiam salutaris tui
et spiritu
principali confirma me. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [12] Crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renueva un espíritu justo en mi interior. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [13] No me expulses de tu presencia ni me arrebates tu santo espíritu. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [14] Devuélveme la alegría de tu salvación y fortaléceme con un espíritu generoso. |
Miserere
mei, Deus.
[15] Docebo
iniquos vias tuas
et impii ad te
convertentur.
Miserere
mei, Deus.
[16] Libera me
de sanguinibus, Deus,
Deus salutis
meae,
et exultabit
lingua mea justitiam tuam.
Miserere
mei, Deus.
[17] Domine
labia mea aperies
et os meum
annunciabit laudem tuam. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [15] Enseñaré a los inicuos tus caminos y los impíos se convertirán a Ti. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [16] Libérame de la sangre, oh Dios, Dios de mi salvación, y mi lengua ensalzará tu justicia. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [17] Oh Señor, abrirás mis labios y mi boca proclamará tu alabanza. |
Miserere
mei, Deus.
[18] Quoniam si
voluisses sacrificium dedissem utique holocaustis
non
delectaberis.
Miserere
mei, Deus.
[19]
Sacrificium Deo spiritus contribulatus:
cor contritum
et humiliatum,
Deus, non
despicies. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [18] Pues si hubieses querido un sacrificio y te hubiese dado un holocausto no lo habrías querido. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [19] Para Dios sacrificio es un espíritu abatido: un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias. |
Miserere
mei, Deus.
[20] Benigne
fac, Domine,
in bona
voluntate tua Sion,
ut aedificentur
muri Ierusalem.
Miserere
mei, Deus.
[21] Tunc
acceptabis sacrificium iustitiae, oblationes et holocausta;
tunc imponent
super altare tuum vitulos.
Miserere
mei, Deus. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! [20] Sé benigno, Oh Señor, con Sión, según tu favorable designio, para que se edifiquen los muros de Jerusalén. ¡Oh Dios, apiádate de mí! [21] Entonces aceptarás el debido sacrificio, las oblaciones y holocaustos, entonces se ofrecerán novillos sobre tu altar. ¡Oh Dios, apiádate de mí! |
El rey David implorando misericordia. Ilustración de las "Horae ad usum Parisiensem", f. 102r, del s. XV. Ms latin 1158, Bibliothèque Nationale de France. |
Notemos que en los
versículos iniciales (v. 3-7) predomina la idea del pecado
repitiéndose varias veces la palabras iniquitas, que indica
una grave injusticia, en este caso, un crimen gravísimo.
A partir del v.
8-9 comienza a cambiar el tono del salmo y comienzan a predominar los
conceptos de purificación, conocimiento de Dios y alabanza.,
colocándose en el centro los v. 12-14 en los cuales se repite la
palabra spiritus indicando la transformación que produce la
fuerza divina en el hombre. Concluye el texto original con la promesa
de vivir para alabar a Dios (v. 15-17).
La reflexión
sobre la superioridad del sacrificio interior (v. 18-19) es
consonante con la predicación de los profetas (Is 1, 10-17; Os 6, 6;
Am 5, 21-25) pero parece en contraste con los v. 20-21 que expresan
la piedad formalista del judaísmo posexílico (imbuido de
nacionalismo y obsesionado por el cumplimiento riguroso de la Ley) y
que posteriormente dará origen a la secta de los fariseos.
Pero la
interpretación cristiana vio en esta alusión a Jerusalén una
referencia a la ciudad celestial, el destino final del creyente, que
es sacado de las tinieblas para ser llevado a la comunión perfecta
con su creador y salvador.
tienes el salmo 23? Saludos
ResponderEliminarNo, pero tu pregunta me ha motivado y en los próximos días lo publicaré
EliminarCómo puedo aprender latín ? En qué página o cómo ?
ResponderEliminarMi curso de latín está en mi página magisterhumanitatis. En lo alto de este blog verás tres pestañas: "Página principal; Curso de latín; librería medieval". Haz clic en "curso de latín" y tendrás todos los enlaces a las lecciones. Es un curso gratuito para autodidactas.
EliminarDisculpe me gustaría saber si este salmo lo puedo escuchar cantado, tal cual viene la letra que comparte. Gracias.
ResponderEliminarEste texto es la versión de un motete de Josquin des Prez. En You Tube he encontrado esta versión. Te pongo aquí el enlace
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=p6pBEHBXmKk
Copia y pégalo en tu navegador y te saldrá entre los resultados.
Por favor me puede ayudar con la oración BENDITA SEA TU PUREZA en latin.
ResponderEliminarBendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
Esta décima fue escrita originalmente en castellano y la Iglesia nunca la ha traducido al latín. Además al traducir se rompería el ritmo de los versos.
EliminarMuy interesante e ilustrado trabajo.Muchas gracias.Lo consultaré pues es muy didáctico y trasmite belleza y paz al Alma.
ResponderEliminarossa es HUESO o CORAZON??
ResponderEliminar"Ossa" es el nominativo plural del sustantivo neutro "os" = hueso.
ResponderEliminarPor lo tanto textualmente sería "los huesos que humillaste". Pero para el lector actual esa frase no expresa claramente el sentido. En el texto hebreo original dice "huesos" como imagen del interior de la persona. En la Nueva Vulgata hay una traducción que expresa mejor la letra y el sentido original: "exultabunt ossa quae contrivisti" = exultarán los huesos que trituraste (casi como quien dice: bailarán los huesos que trituraste). Es una poderosa imagen del gozo del hombre renovado, que recibe una segunda oportunidad.
Sobre las distintas traducciones de la Biblia lee mi artículo "Historia de la Biblia en latín" del 30/mayo/2016
Pedro, enhorabuena por el blog y fantásticos los comentarios de este artículo, que acabo de conocer. ¿Cómo le podemos contactar por privado?
ResponderEliminarMuchas gracias.Me alegra saber que te ha sido de utilidad.
Eliminarayúdenme a cantarla en español gracias.
ResponderEliminarEn You Tube puedes encontrar varias versiones que te pueden ser de utilidad.
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