miércoles, 11 de septiembre de 2013

Merlín: mago, profeta e ingeniero

Desde principios del s. V, mientras el imperio romano se derrumbaba en Europa continental, también la Britania romana, abandonada a su suerte, se fue hundiendo, por la anarquía local, por las incursiones de los temidos pictos del norte y por la aplastante invasión de los sajones. Al final de este proceso de descomposición surgieron decenas de pequeños reinos efímeros que vivieron en constante guerras y alianzas con sus vecinos. Poquísimos e insuficientes son los testimonios escritos que existen de esta época turbulenta, que con razón es llamada "la Edad Oscura" de Inglaterra, hasta el punto que los historiadores reconocen su incapacidad para fijar con seguridad una cronología de los hechos y personajes de ese siglo y el siguiente.
Precisamente en este período nebuloso es cuando aparece la figura de Merlín. Aunque parece que hubieron distintos antiguos relatos, sin embargo fue recién en el s. XII cuando Geoffrey de Monmouth ( 1155) forjó las líneas básicas del personaje, primero en un breve escrito titulado Prophetiae Merlini, que luego fue incorporado en gran parte a su más extensa Historia regum Britanniae, en la que añade otras muchas anécdotas y hazañas de Merlín, y finalmente en un poema en hexámetro titulado Vita Merlini.
Investigando en estos escritos los estudiosos creen entrever diversos personajes (algunos históricos) y motivos del folclore del norte de Inglaterra que habrían sido fusionados y re-elaborados según las tradiciones del sur, o por el mismo Geoffrey o por otros antes que él. Incluso muchos creen que el nombre "Merlinus" fue acuñado por Geoffrey, pues el usual equivalente galo "Myrddin", aunque testimoniado por escrito en el s. XIII y que quizás se remonta al s. X, sin embargo nunca fue usado como nombre personal durante la Edad Media y en general nunca se usó, fuera de las leyendas sobre el rey Arturo, hasta el s. XVII.
Merlín, junto con otros personajes del ciclo artúrico, rápidamente se volvió muy popular y en cada región se fueron añadiendo nuevas anécdotas o características, exaltándolo sobre todo como profeta. De hecho en la España cristiana medieval corrieron muchas profecías atribuidas a Merlín en las que se anunciaba la llegada de un rey mesiánico que expulsaría a los moros y prepararía al pueblo para el fin del mundo.

El primer dibujo de Stonehengen: un gigante ayuda a Merlín a mover las enormes piedras. Ilustración del ms Egerton 3028, f. 30, una traducción en verso francés de la Historia regum Britanniae, en la British Library.

A continuación os presento unos fragmentos (para no alargar demasiado) de una anécdota de Merlín como hábil ingeniero: el rey de los bretones, Aurelius Ambrosius, una vez derrotados todos sus enemigos, quiere levantar un monumento funerario cerca de Salisbury en honor de ciertos nobles patriotas asesinados a traición por el rey sajón Hengist. Pero ningún artesano se siente a la altura del gran proyecto. Entonces Tremounus, arzobispo de Caerleon, sugiere al rey que encomiende la tarea al profeta Merlín. El rey lo manda llamar y Merlín aconseja traer la "Ronda de los gigantes" (que no es otra cosa que el monumento prehistórico de Stonehenge), que se supone fueron llevadas por los gigantes desde África hasta el mítico monte Killaraum, en Irlanda.

Merlín le respondió: "Si queréis decorar la sepultura de estos varones con un monumento perpetuo, manda por la "Ronda de los gigantes" que está en el monte Killaraum de Irlanda. Pues ahí hay una construcción de piedra que nadie de este tiempo construiría si no posee el arte de la mecánica. Las piedras son grandes y no ceden ante la fuerza de nadie: si ellas son puestas del mismo modo en que fueron puestas en círculo, permanecerán para siempre".
Cui Merlinus: "Si perpetuo opere sepulturam virorum decorare volueris, mitte pro "Chorea gigantum", quae est in Killarao, monte Hyberniae. Est etenim ibi structura lapidum, quam nemo huius aetatis construeret, nisi ingenium artem subvectaret. Grandes sunt lapides, nec est aliquis cuius virtuti cedant: qui si eo modo quo ibi positi sunt, circa plateam locabuntur, stabunt in aeternum".
Ante estas palabras de Merlín, Aurelio soltó una carcajada, diciendo cómo podría conseguir que se trajesen tamañas piedras desde un reino tan lejano, como si Bretaña careciese de piedras que fuesen aptas para una construcción.
Ad ea verba Merlini solutus est Aurelius in risum, dicens qualiter id fieri posset, ut tanti lapides ex tam longinquo regno adveherentur, ac si Britannia lapidibus careret, qui ad operationem sufficerent.
Ante esto Merlín dijo: "Oh rey, no rías frívolamente, porque yo digo eso sin ligereza. Las piedras son mágicas y útiles para diversos medicamentos. Los gigantes antiguamente las transportaron desde los últimos confines de África y las pusieron en Irlanda, mientras la habitaron. La razón era para construir con ellas un balneario, cuando eran aquejados por alguna enfermedad. Pues lavaban las piedras y vertían [el agua] dentro de la bañera, con lo cual los enfermos sanaban. También lo mezclaban con preparados de hierbas, con lo cual curaban las heridas. No hay ahí una piedra que no sea medicinal".
Ad haec Merlinus: "Ne moveas rex vanum risum, quia haec absque vanitate profero. Mystici sunt lapides et ad diversa medicamenta salubres. Gigantes olim asportaverunt eos ex ultimis finibus Africae, et posuerunt in Hybernia, dum eam inhabitarent. Erat autem causa, ut balnea intra illos conficerent, cum infirmitate gravarentur. Lavabant namque lapides et intra balnea diffundebant, unde aegroti curabantur. Miscebant etiam cum herbarum confectionibus, unde vulnerati sanabantur. Non est ibi lapis, qui medicamento careat".
Al escuchar esto los bretones decidieron enviar a por las piedras y hacer la guerra al pueblo de Irlanda, si se lo impedían.
Cum hoc audissent britones censuerunt pro lapibus mittere populumque Hyberniae proelio infestare, si eos detinerent.
Finalmente se elige a Uther Pendragón, hermano del rey, y quince mil hombres armados para realizar esta empresa. También se elige a Merlín mismo, para que lo que debía hacerse se hiciese con su ingenio y consejo.
Postremo eligitur Utherpendragon, frater regis, et quindecim millia armatorum ut huic negocio pareant. Eligitur et ipse Merlinus, ut ipsius ingenio et consilio agenda tractentur.
Después, una vez preparadas las naves, se hacen a la mar y con vientos favorables se dirigen a Irlanda.
Paratis deinde navibus, mare ingrediuntur prosperisque ventis Hyberniam adeunt.

Una vez en Irlanda, Uther Pendragón (el padre del futuro rey Arturo) derrota fácilmente al rey Gillomanius, pero todavía les queda la difícil tarea de transportar las gigantescas piedras, que todos contemplan admirados.

Estando todos así alrededor, se acercó Merlín y dijo: "Usad vuestras fuerzas, jóvenes, para que moviendo estas piedras sepáis si el ingenio cede ante la fuerza, o la fuerza ante el ingenio".
Circunstantibus ita cunctis, accessit Merlinus et ait: "Utimini viribus vestris, iuvenes, ut in deponendo lapides istos, sciatis utrum ingenium virtuti, an virtus ingenio cedat".
A su orden pues se entregaron unánimemente con distintos medios e intentaron remover la "Ronda". Unos prepararon cuerdas, otros sogas, otros escaleras, para realizar lo que intentaban, pero no pudieron lograrlo de ningún modo.
Ad imperium igitur eius indulserunt unanimiter multimodis machinationibus et aggressi sunt "Choream" deponere. Alii funes, alii restes, alii scalas paraverunt, ut quod affectabant, perficerent, nec ullatenus perficere valuerunt.
Habiendo fracasado todos, Merlín soltó una carcajada y confeccionó sus maquinarias. Al fin, habiendo colocado todo lo necesario, removió las piedras más fácilmente de lo que se puede imaginar; y una vez tumbadas, hizo conducirlas a las naves y embarcarlas.
Deficientibus cunctis, solutus est Merlinus in risum et suas machinationes confecit. Denique, cum quaeque necessaria apposuisset, levius quam credi potest lapides deposuit: depositos autem fecit deferri ad naves et introponi.
Y así con gozo emprendieron la vuelta a Bretaña.
Et sic cum gaudio in Britanniam reverti coeperunt.

Cuando se supo el exitoso regreso de la expedición el rey ordenó que todo los dignatarios civiles y religiosos y el pueblo se congregase en el monte Ambrius (hoy Stonehenge, cerca de Amesbury) para la fiesta de Pentecostés. Ahí la corte se reunió durante tres días y el rey repartió dignidades entre sus seguidores y nombró obispos para sedes vacantes.

Y una vez que zanjó estos y otros asuntos en su reino, ordenó a Merlín erigir alrededor de la sepultura las piedras que había traído de Irlanda. Y este, obedeciendo sus ordenes, las erigió en torno a la sepultura, en el mismo orden en que estuvieron puestas en el monte Killaraum de Irlanda, y demostró que el ingenio prevalece sobre la fuerza.
Cumque haec et caetera in regno suo statuisset, praecepit Merlino lapides circa sepulturam erigere, quos ex Hybernia asportaverat. At ille praeceptis eius obediens, eodem modo quo in Killarao, monte Hyberniae, positi fuerant, erexit illos circa sepulturam, et ingenium virtuti praevalere comprobavit.


Geoffrey de Monmouth, Historia regum Britanniae, lib. 8, cap. 10 - 12.