lunes, 30 de julio de 2012

Lemas latinos: en escudos de América


Los días 28 y 29 de julio en Perú se celebró la fiesta de la independencia nacional y quisiera resaltar la presencia del latín en la heráldica latinoamericana.
Cuando a principios del s. XIX las naciones latinoamericanas. una tras otra, se fueron sacudiendo del yugo colonial, en sus escudos nacionales trataron de afianzar su identidad y en ninguna de ellas aparece ningún lema en latín, (cuyo prestigio por aquel entonces estaba en franca decadencia). Los pocos lemas que aparecen están en sus idiomas oficiales, como en la bandera de Brasil (Ordem e Progresso) o en el escudo de Chile (Por la razón o la fuerza).
Sin embargo la mayoría de ciudades latinoamericanas conservaron los escudos recibidos en época colonial y en ellos si encontramos lemas en latín. Veamos a continuación algunos ejemplos.
EL ESCUDO DE LIMA
El escudo de la ciudad de Lima fue otorgado en 1537 por el emperador Carlos I y su madre Juana "la loca", reina de Castilla y Aragón. Fue el famoso conquistador Francisco Pizarro quien fundó la ciudad, la cual, según la costumbre española de ponerlas bajo la advocación de alguna fiesta religiosa, la llamó "ciudad de los reyes" en referencia a la fiesta de Epifanía (6 de enero), en la que la liturgia católica conmemora la visita de lo que la tradición llama "los tres reyes magos" que fueron guiados a Belén por una prodigiosa estrella. Por eso se puede ver en el centro del escudo de Lima la estrella y la tres coronas. Y es respecto a esa estrella que reza el lema :
HOC SIGNUM VERE REGUM EST, es decir, "Verdaderamente ésta es la señal de los reyes".
Escudo de la Ciudad de los Reyes. En la fachada de la Municipalidad de Lima (Perú)

Sobre el escudo se encuentra unas iniciales que nos remiten a los gobernantes que conceden el privilegio: I K, es decir, Ioanna Karolus, que son las formas latinas de los reyes Juana y Carlos. Aunque Juana la loca estaba recluida y apartada del gobierno oficialmente se la reconocía como reina y su nombre se anteponía al de su hijo en los documentos oficiales.
Es curioso notar que no se trata del águila bicéfala de los Habsburgo sino de dos águilas: está claro que representan el reino de Juana (el águila en heráldica es un signo femenino) y de su hijo Carlos (el águila había sido usado desde Federico Barbarroja como símbolo del sacro imperio romano germánico). También hay que notar que en el escudo original no aparecen las columnas de Hércules, que fueron añadidas en representaciones posteriores.

EL ESCUDO DE PUEBLA DE LOS ÁNGELES
A veces los lemas de las ciudades hacen referencia directa a un texto bíblico referido a su advocación religiosa. Por ejemplo la ciudad mexicana de Puebla de los Ángeles tiene como lema:
ANGELIS SUIS DEUS MANDAVIT DE TE UT CUSTODIANT TE IN OMNIBUS TUIS VIIS
Escudo de la ciudad de Puebla de los Ángeles (México), en una cédula de 1538. Foto de  Gusvel en Wikipedia, voz: Puebla.

Sin embargo en el texto bíblico al que hace referencia (Sal. 90, 11) aparece en futuro: mandabit (mandaré), y no en pasado: mandavit (mandó). De todos modos podría tratarse de una adaptación del texto. En ese caso traduciremos: "Dios te mandó a sus ángeles para que te custodien en todos tus caminos".

UN CASO COMPLICADO: EL ESCUDO DE POTOSÏ
Más complicado es el caso del escudo de la famosa ciudad boliviana de Potosí. Cuando los españoles descubrieron el valioso yacimiento se erigió una ciudad, que recibió un escudo (1547) del emperador Carlos I, pero ese escudo fue sustituido el año 1565 por el rey Felipe II. En ese escudo se incluye las columnas de Hércules, características de la corona española, con el lema PLUS ULTRA, es decir, "más allá" (en alusión a que el descubrimiento de América había permitido ir más allá de lo que antiguamente se creía que era el final de la Tierra).

Portada del manuscrito de Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela ( 1736) en la que se ven los escudos de Potosí del 1547 y 1565. Tras su muerte, su hijo añadió algunos capítulos. La obra se mantuvo inédita hasta el s. XX.
Es curioso que ningún cronista colonial haga mención de un tercer escudo, sino que por el contrario Arzáns, al relatar la concesión del escudo de 1565 dice: "Estas armas (las de 1547) mantuvo Potosí hasta el año de 1565 en el qual por cédula del prudentísimo rey don Phelipe II, dada en el Bosque de Segovia, en 10 de agosto, se conzedió las que oi goza". Arzáns, Historia de la villa imperial de Potosí, lib. 2, cap. 5, f. 22r (Brown digital repository, image 63). Con lo cual queda claro que hasta el s. XVIII solo se conocía y usaba el escudo de 1565.

En el s. XIX se descubrió una cédula del año 1575 con la que el virrey Toledo no creaba propiamente un tercer escudo sino que retocaba ligeramente los elementos y añadía un lema en latín al escudo de 1565. La comparación heráldica nos muestra que son los mismos elementos: una corona, bajo ella un águila bicéfala, un escudo con 5 elementos (2 torres, 2 leones y la montaña), dos columnas a los lados. Solo varía la posición del toisón de oro, que primero rodeaba el conjunto y en 1575 se dispone sobre el águila.
(Nota añadida 27/09/2016: en la Real Provisión dice: "... un águila ymperial con dos cabezas cortadas y una corona en medio de las dichas dos cabezas ....". Este pasaje de redacción ambigua ha dado pie a que se interprete que se trata de un águila decapitada, lo cual es una interpretación muy audaz, ya que el virrey Toledo quiere ennoblecer más a la ciudad y no avergonzarla, cortando las cabezas del águila bicéfala imperial que su escudo ya gozaba. Más probable creo que se debe interpretar que "cortadas" simplemente quiere decir "separadas", pues luego menciona que la corona va sobre las "dos cabezas", no dos cuellos decapitados).
La principal novedad es un lema latino, que cayó en el olvido hasta que fue redescubierto a finales del s. XIX.
En la Real Provisión del 2 de agosto de 1575 el texto latino dice así:
CESARIS POTENTIA - PRO REXIS PRUDENTIA - ISTE EXCELSUS MONS ET ARGENTEUS - ORBEM DEBELARE VALET UNIVESISUNT.
Lo cual puesto en buen latín y libre de erratas sería: "Caesaris potentia - proregis prudentia - iste excelsus mons et argenteus - orbem debellare valet universum".

El escudo con el lema latino, según la reconstrucción del periodista Julio Lucas Jaimes , alias "Brocha Gorda", en su obra de 1905. Una errónea interpretación hace que el águila imperial aparezca decapitada.

Este es el diseño más fiable, que aparece en la obra de Mariano Baptista Gumucio, El Mundo desde Potosí. Nótese que dice: "valet universum".
Existen varias publicaciones que ponen valent, y además conservan el unive[r]sisunt, un término inexistente, fruto indudable de una errata, pero que se ha perpetuado, tal como vemos en la imagen de Wikipedia que vemos a continuación:
Escudo de la Villa imperial de Potosí (Bolivia), según una reconstrucción de José Fuertes, en Wikipedia, voz: Potosí. En marzo del 2012 la Municipalidad de Potosí ha formado una comisión para definir los elementos heráldicos de su escudo.

La traducción más común y difundida de este lema es la que en 1943 propagó la "Sociedad Geográfica y de Historia Potosí", la cual traducía así: "Por la potencia del César y por la prudencia del rey este excelso monte de plata fue descubierto ante el mundo todo".
Y en la citada obra de Mariano B. Gumucio, se ha traducido así:
"El poder del emperador así como la prudencia del rey y esta excelsa argéntea montaña bastan para enseñorearse del orbe universal".
Ambas traducciones fuerzan demasiado el texto. En la primera traducción se tiene que alterar el verbo poniéndolo en pasivo (el monte fue descubierto); mientras que en la segunda traducción ha multiplicado los supuestos nominativos (potentia / prudentia mons) y ha tenido que poner el verbo en plural para salvar el sentido de la frase, que de todos modos queda endeble.
Analicemos la frase paso a paso. La palabra PRO REXIS es fácil ver que se trata de una corrupción (común en aquella época) de PROREGIS = virrey, un término habitual en el latín colonial. No es tan evidente en cambio decidir si DEBELARE se refiere a debellare (conquistar, someter) o a develare (desvelar, mostrar).
Si traducimos el texto tal como se nos ha transmitido, tenemos: como sujeto iste excelsus mons et argenteus. Como verbo: debellare/develare valet. Y como acusativo orbem universum. Con lo cual:
"Esta excelsa y argéntea montaña puede mostrar/conquistar todo el orbe". Ya que tiene mayor sentido "conquistar todo el orbe" que "mostrar todo el orbe", descartamos esta segunda posibilidad.
Lo que queda de la frase sólo puede ser complementos circunstanciales : "con el poderío del emperador [y] la prudencia del virrey". Téngase en cuenta que en este contexto no es nada extraño que la conjunción "y" quede implícita.
Esta solución es la más sólida y respetuosa con el texto latino y explica mejor la presencia de dos títulos tan similares (Cesaris y rexis). Todo indica que se refiere a dos títulos y personas distintas: uno es Felipe II (Caesar = rey de España) y el otro el mismo virrey Toledo (prorex = vices regis = virrey), el cual visitó Potosí y dictó numerosas leyes para organizar mejor su explotación minera.
Por lo tanto la traducción del lema queda así:
"Con el poderío del rey y la sabiduría del virrey esta excelsa y argéntea montaña puede conquistar todo el orbe".
El sentido de la frase queda más claro si tenemos en cuenta que el verbo debellare tiene la idea de vencer y con ello acabar una guerra, es decir, no simplemente vencer una batalla, sino derrotar por completo al enemigo. Por eso también se asocia con la idea de "pacificar", en cuanto al acabar la guerra, viene la paz.
Debemos recordar que en 1568 había estallado en el norte de Europa la llamada "guerra de los ochenta años". Felipe II tuvo que orientar lo mejor de sus tropas para sofocar esa revuelta, obteniendo triunfos iniciales, pero cuando la campaña se alargó, el dinero se convirtió en un elemento necesario para mantener las tropas y contratar nuevos mercenarios. Los envíos de oro y plata del Nuevo Mundo entonces eran ansiosamente esperados por una economía exhausta: España era dueña de media Europa y de casi toda América pero se hundía bajo el peso de sus problemas económicos, debido a las múltiples y costosas guerras en que estaba envuelta. Cuando la explotación y envío de plata desde Potosí se volvió regular, eso debió ser una esperanza para la Corona española. La "excelsa montaña" cumplió las expectativas, pero no se puede decir lo mismo de la sabiduría de los gobernantes, pues Felipe II dejó el reino en quiebra económica y sus sucesores no supieron impedir su declive como potencia.

martes, 24 de julio de 2012

San Ambrosio y las riquezas de la Iglesia


A principios del reinado del emperador Graciano (reinó del 375 - 383) la belicosa tribu bárbara de los taifales cruzó el Danubio y asoló las tierras que actualmente forman el norte de Italia, Austria y Eslovenia. Muchos cristianos cayeron en poder de los bárbaros y su destino no parecía otro que ser vendidos como esclavos o asesinados. De hecho los taifales se caracterizaban por su crueldad y unas costumbres extravangantemente lujuriosas.
Pero entonces el obispo Ambrosio de Milán (340 - 397) sorprende a todos con una decisión poco común: manda romper y fundir los ornamentos de la iglesia e incluso los sagrados cálices de la eucaristía y los utiliza para rescatar a los cautivos. Inmediatamente los obispos arrianos, que mantenían un pulso teológico y político con Ambrosio por el control de la diócesis de Milán, vieron la ocasión para acusarlo y desacreditar su actividad pastoral.
Años más tarde en su obra De officiis ministrorum, escrita hacia el a. 391, Ambrosio recuerda aquel conflicto y lo utiliza como columna vertebral de una reflexión sobre el uso de las riquezas en la Iglesia.
Esta vez ya no tiene en mente a los arrianos sino a sus propios correligionarios: a finales del s. IV la Iglesia cristiana católica ya mostraba clara superioridad sobre sus rivales, paganos, judíos o arrianos. El mismo Ambrosio había protagonizado la primera vez que un emperador se había doblegado ante un obispo católico (a. 390: penitencia de Teodosio por la masacre de Tesalónica). A medida que crece el poder de la Iglesia también crecen sus riquezas y Ambrosio teme que se olviden las prioridades, que los que vengan detrás de él no sepan administrar esos bienes conforme a su ejemplo o el del mártir san Lorenzo. ¿Por qué has permitido que tantos pobres mueran de hambre? pregunta Ambrosio a todos los jerarcas de los siglos venideros. ¿Qué le dirás al Señor?.
Mosaico  del s. IV de san Ambrosio, en la capilla de san Vittore in Ciel d'Oro (actualmente parte de la basílica de san Ambrosio, en Milán). Se considera que es el único que refleja su verdadero aspecto.

La gran autoridad de san Ambrosio, lo colocó entre los 4 primeros doctores de la Iglesia, y sus textos fueron muy comentados en los siglos siguientes.
Pongo entre corchetes la referencia en la que el canonista Graciano lo cita en su Decretum. También así están los textos bíblicos que él alude.

De officiis ministrorum libri tres, cap. 2, 28 (MIGNE, PL 16, col 139 -141)

136. Éste es el mayor estímulo de la misericordia: que nos compadezcamos de las desgracias ajenas, que aliviemos las necesidades de los demás en cuanto podamos, y a veces más de lo que podemos.
Pues es mejor por la misericordia dar motivo a sufrir antipatía que mostrarse inclemente; tal como nosotros una vez sufrimos antipatía, porque rompimos los cálices sagrados para redimir cautivos, aunque podía disgustar a los arrianos, y no les disgustó tanto el hecho como que hubo algo de qué criticarnos.
Pero ¿quién es tan duro, insensible, de hierro, al cual le disguste que un hombre sea redimido de la muerte, una mujer de las impurezas de los bárbaros, que son más penosas que la muerte, muchachos, niños o infantes del contagio de los ídolos con los cuales se mancharían por miedo a la muerte?
136. Hoc maximum incentivum misericordiae, ut compatiamur alienis calamitatibus [Dist. 86, cap. 18, § compatiamur], necessitates aliorum, quantum possumus, iuvemus; et plus interdum quam possumus.
Melius est enim pro misericordia causas praestare, vel invidiam perpeti, quam praetendere inclementiam; ut nos aliquando in invidiam incidimus, quod confregerimus vasa mystica, ut captivos redimeremus, quod arianis displicere potuerat; nec tam factum displiceret, quam ut esset quod in nobis reprehenderetur.
Quis autem est tam durus, immitis, ferreus, cui displiceat quod homo redimitur a morte, femina ab impuritatibus barbarorum, quae graviores morte sunt: adolescentulae, vel pueruli, vel infantes ab idolorum contagiis, quibus mortis metu inquinabantur?
137. Aunque aquello lo hicimos por una buena razón, sin embargo nos presentamos al pueblo para declarar, y explicamos que fue mucho más apropiado que custodiáramos más las almas para el Señor que el oro. Pues quien sin oro envió a los apóstoles, sin oro congregó a las Iglesias.
La Iglesia tiene oro: no para guardarlo, sino para distribuirlo y auxiliar en las necesidades. ¿Qué necesidad hay de custodiar algo que no sirve para nada?
¿Acaso ignoramos cuánto oro y plata se llevaron los asirios del templo del Señor? ¿Acaso no es mejor que los sacerdotes lo fundan para alimento de los pobres, si faltan otros medios, a que el sacrílego enemigo se los lleve y contamine? ¿Acaso no nos dirá el Señor: "¿Por qué has permitido que tantos pobres mueran de hambre? Y ciertamente tenías oro: les hubieras dado alimento. ¿Por qué tantos cautivos han sido puestos en venta, y los no rescatados han sido muertos por el enemigo? Hubiera sido mejor que conservaras los vasos vivientes más que los de metal".
137. Quam causam nos etsi non sine ratione aliqua gessimus; tamen ita in populo prosecuti sumus, ut confiteremur, multoque fuisse commodius astrueremus, ut animas Domino quam aurum servaremus. Qui enim sine auro misit apostolos [Mat, 10, 9], Ecclesias sine auro congregavit.
Aurum Ecclesia habet [Causa 12, quaest. 2, cap. 70]: non ut servet, sed ut eroget et subveniat in necessitatibus. Quid opus est custodire quod nihil adiuvat?
An ignoramus quantum auri atque argenti de templo Domini assyrii sustulerint [2 Rey 25, 13-17]? Nonne melius conflant sacerdotes propter alimoniam pauperum, si alia subsidia desint, quam ut sacrilegus contaminet et asportet hostis?
Nonne dicturus est Dominus: "Cur passus es tot inopes fame mori ? Et certe habebas aurum, ministrasses alimoniam. Cur tot captivi deducti in commercio sunt, nec redempti ab hoste occisi sunt? Melius fuerat ut vasa viventium servares quam metallorum".
138. A esto no se puede responder. Pues ¿qué dirías? ¿Temí que el templo del Señor no estuviera adornado? Él respondería: "Los sacramentos no necesitan oro; ni con oro agrada lo que no se compra con oro".
El adorno de los sacramentos es la redención de los cautivos. En verdad son vasos preciosos aquéllos que redimen vidas de la muerte. Ese es el verdadero tesoro del Señor, el que cumple lo que realizó su sangre. Entonces se reconoce el cáliz de la sangre del Señor en que se lo habrá de ver en ambas redenciones: de modo que el cáliz redima del enemigo, a quienes la sangre redime del pecado.
Qué hermoso que, cuando el ejército de cautivos sea redimido por la Iglesia, se diga: "¡A estos Cristo los redimió!" He aquí el oro apreciable, he aquí el oro útil, he aquí el oro de Cristo que libera de la muerte, he aquí el oro que redime la honestidad y preserva la castidad.
138. His non posset responsum referri. Quid enim diceres? Timui ne templo Dei ornatus deesset? Responderet: "Aurum sacramenta non quaerunt; neque auro placent, quae auro non emuntur".
Ornatus sacramentorum redemptio captivorum est. Vere illa sunt vasa pretiosa, quae redimunt animas a morte. Ille verus thesaurus est Domini, qui operatur quod sanguis eius operatus est. Tunc vas Domini sanguinis agnoscitur eum in utroque viderit redemptionem: ut calix ab hoste redimat, quos sanguis a peccato redimat.

Quam pulchrum, ut cum agmina captivorum ab Ecclesia redimuntur, dicatur: "Hos Christus redemit!" Ecce aurum quod probari potest, ecce aurum utile, ecce aurum Christi quod a morte liberat, ecce aurum quod redimitur pudicitia, servatur castitas.
140. Tal oro reservó para el Señor el santo mártir Lorenzo, el cual, cuando se le preguntó por los tesoros de la Iglesia, prometió que los mostraría. Al día siguiente llevó a los pobres. Interrogado dónde estaban los tesoros que había prometido, mostró a los pobres diciendo: "Estos son los tesoros de la Iglesia".
140. Tale aurum sanctus martyr Laurentius Domino reservavit, a quo cum quaererentur thesauri Ecclesiae, promisit se demonstraturum. Sequenti die pauperes duxit. Interrogatus ubi essent thesauri quos promiserat, ostendit pauperes dicens: "Hi sunt thesauri Ecclesiae".
142. Es necesario que uno desempeñe esta tarea con sincera honestidad y perspicaz providencia. Pues si uno lo tuerce hacia su propia ganancia, es un crimen; pero si lo distribuye a los pobres, redime al cautivo, es misericordia.
142. Opus est ut quis fide sincera et perspicaci providentia munus hoc impleat. Sane si in sua aliquis derivat emolumenta, crimen est; sin vero pauperibus erogat, captivum redimit, misericordia est.

viernes, 20 de julio de 2012

Crucigrama y Sudoku de julio 2012

El sol imperturbable nos muestra en estos días todo su aplastante poderío en el hemisferio norte, derritiendo, fulminando y quemando a todos los que osan desafiarlo. Toda la vida tiene que bajar la velocidad y refugiarse durante las horas de dominio solar.
El ingenio humano, sabiendo que no puede vencer, busca por lo menos hacer confortable esa obligatoria prisión. Desde el humilde abanico hasta el aire acondicionado, pasando por helados, horchatas, siesta, piscinas, gazpachos, hacen más llevadera la espera de las horas nocturnas, cuando, a medida que se alejan los pasos de las huestes solares, la raza humana vuelve a salir de sus refugios para celebrar la fiesta de la vida.
Y en estas noches ha bajado a la arena del coliseo un nuevo e implacable guerrero: el Sudoku latino, que viene con la intención de pulverizar a los que logren sobrevivir a los golpes del Crucigrama en latín. Los que el mes pasado midieron sus fuerzas con ellos, saben que esta vez tampoco será fácil.

Descárgalo en texto de Open Office:
https://1drv.ms/w/s!AtHl5SZqDiVbgmAnlTM2k7WLfKgN?e=UM2tL0


lunes, 16 de julio de 2012

Necromancia o invocación de los muertos


Para compensar el febril relato del Malleus maleficarum, que vimos hace unas semanas y sepamos que existieron voces que intentaron abordar el tema de la magia con un poco de cabeza fría veamos un texto del valenciano Benito Pereira (Valencia 1535 - Roma 1610), jesuita, profesor de filosofía y teología.
En sus escritos se advierte ese esfuerzo racionalizador, que será uno de los sellos característicos de la enseñanza jesuita en los siglos siguientes. Se ocupó en especial de física y meteorología desde el punto de vista de la filosofía aristotélica, y es notable su énfasis en la importancia de la experimentación y la razón en el estudio de la naturaleza. Además escribió un tratado De Magia, sobre el cual veremos un fragmento.
Puede parecer extraño para los lectores de hoy, pero en la Antigüedad y la Edad Media era habitual conectar esos temas filosóficos con la magia y la astrología. Aunque los filósofos griegos ya habían propuesto que el mundo estaba formado por átomos y se barajaban 4 elementos esenciales (agua, tierra, aire, fuego) los elementos y transformaciones químicas les eran completamente desconocidas. Eso originó las más variopintas teorías sobre fenómenos naturales y los pequeños éxitos de alquimistas, herbolarios, etc., fueron explicados a veces como "magia natural", a veces por la participación de un poder sobrenatural. Está claro que junto a los que entraban en este terreno con espíritu científico, también habían muchos más que entraban por motivaciones esotéricas, creyendo firmemente que los astros o los espíritus podían darles conocimientos y poderes sobrehumanos.
Benito Pereira se esfuerza por separar lo ilusorio y fantástico de lo real y posible. Dice que quiere separar la magia "naturalem et veram, ex occultis rerum naturis et virtutibus profectam" [p. 1] de aquella "daemonumque fraudibus et maleficiis implicatam". Y aunque reconoce que el demonio puede estar detrás de muchos portentos, sin embargo incluso eso trata de delimitarlo pues el recurso al demonio no es una explicación que valga para todo. Dicho de otro modo: no es cierto todo lo que los magos afirman poder realizar, incluso en el caso que tuviesen ayuda del demonio, pues éste también está sometido a las leyes que Dios ha fijado firmemente en el mundo material (razones filosófico-científicas) y en el mundo sobrenatural (razones teológicas).
Saul and the witch of Endor, acuarela de Edward Henry Corbould (1815-1905).  Relatos bíblicos como el de I Sam 28 pusieron en aprietos a los teólogos para dar una explicación coherente sobre la necromancia.


Benito Pereira, Adversus fallaces et superstitiosas artes, id est, de magia, de observatione somniorum et de divinatione astrologica libri tres, cap. 11 (De necromantia), Ingolstadii, 1591.
[p. 67] Pero no se debe dudar que son ilusorias y falsas todas estas apariciones de muertos, que se hacen por el arte nigromántica: pues es evidente que la mayoría son fingidas por los mismos nigromantes o por otros.
[p. 67] ... Verum has omnes mortuorum, quae arte necromantica fiunt, apparitiones vanas et fallaces esse, non est dubitandum: plerasque enim ab ipsis necromantis aliisve fictas esse compertum est.
Sin embargo si realmente ha ocurrido, en esos casos se debe juzgar que no aparecieron las almas de los difuntos a los vivos, sino que los mismos demonios se manifestaron a los nigromantes o a los que les consultaban, iguales, digo, de vestimenta, aspecto, edad, voz y carácter, que tenían los muertos en otro tiempo, cuando estaban entre los vivos.
Si quae autem revera contigerunt, in his existimandum est, non animas defunctorum apparuisse vivis, sed ipsos daemones tales se ostendisse necromantis, vel eos consulentibus , tales, inquam, habitu, specie, aetate, voce et affectu, quales fuerant olim mortui, cum inter vivos versarentur.
Yo considero esta opinión como indudablemente cierta, [pues] estoy convencido por razones, testimonios y pruebas. Una razón ni oscura ni débil es aquélla por la cual santo Tomás confirma esto mismo en la [Suma Teológica,] primera parte, cuestión 117, artículo 4. El alma separada -dice- por su virtud natural no puede mover ningún cuerpo ...
Hanc ego opinionem ut procul dubio veram putem, rationibus testimoniisque et experimentis adducor. Ratio nec obscura nec sane infirma sit ea, qua S. Thomas prima parte, quaest. 117, art. 4, hoc ipsum confirmat. Non potest, inquit, anima separata, naturali virtute sua, movere aliquod corpus ....
Por eso las almas de los difuntos ni pueden asumir cuerpos ni con ellos presentarse a los vivos. Además, las nigromantes no tienen poder ni autoridad sobre las almas de los difuntos que están en el cielo, ni de los que están en el purgatorio; pues no conviene ni está bien que las almas de los santos estén sometidas a las impías artes de las nigromantes; ni de los que están en el infierno, pues estando allí arrojadas por Dios como en una cárcel, para sufrir las penas eternas de sus crímenes, [p.68] luego por ningún poder pueden levantarse ni salir sin el mandato de Dios...
Quare animae defunctorum, nec assumere corpora, nec cum illis ad vivos venire possunt. Deinde, necromantae non habent vim et imperium in animas defunctorum quae sunt in coelo, nec quae sunt in purgatorio; non enim convenit aut decet animas sanctorum, impiis necromantarum artibus subiacere; neque in animas quae sunt in inferno, nam cum illuc sint a Deo tanquam in carcerem detrusae, ut aeternas scelerum suorum poenas luant [p. 68] nulla inde vi possunt efferri, nec nisi Dei mandato egredi ....
No niego que las almas que están en el purgatorio a veces hayan aparecido a los vivos: pues esto san Gregorio en el Cuarto libro de Diálogos lo prueba con algunos ejemplos claros. Y sin duda no niego que también las almas benditas de los mártires o de otros santos bajen a la tierra para traer su apoyo y consuelo a los hombres que imploran su auxilio....
Non inficior, animas quae sunt in Purgatorio, nonnunquam apparuisse vivis: id enim beatus Gregorius in Quarto libro Dialogorum nonnullis et quidem certis probat exemplis. Nec equidem nego, etiam animas beatas vel martyrum vel aliorum sanctorum, descendere in terras hominibus eorum auxilium implorantibus, opem et solatium laturas....

En el s. XVI y XVII las modernas ciencias de la naturaleza dieron sus primeros pasos y se independizaron de la teología y la filosofía y hoy no podríamos entender nuestra vida sin los descubrimientos proporcionados por la física y la química. Sin embargo muchas personas siguen buscando en la magia la seguridad para sus vidas. Quizás ya no buscan allí el filtro de la eterna juventud ni la piedra filosofal, pero siguen esperando ayuda en lo que ni las religiones oficiales ni la ciencia les han podido ofrecer certeza: ¿qué pasará mañana? ¿me amará?: las pequeñas cuestiones de nuestra vida diaria: salud, dinero y amor. Cuestiones intrascendentes pero importantísimas para cada individuo, porque sólo se tiene a sí mismo.