Después de las calurosas semanas del verano nos llega el esperado y refrescante otoño: las hojas caen pero nosotros no bajamos los brazos ni caen nuestros ánimos, sobre todo sabiendo que el anfiteatro vuelve a abrir sus puertas. Se despierta la espada del Crucigrama latino y vuelve a girar amenazante el Sudoku romano: si te sientes capaz, es hora de demostrarlo bajando a la Harena Verborum!
En
julio del 2011 la prensa de todo el mundo lamentaba el robo de uno de
los códices más valiosos del mundo. Al mismo tiempo la mayoría de
españoles recién se enteraba que un tesoro de tal magnitud
se encontraba en España. Finalmente, el pasado 4 de julio, se ha
resuelto felizmente el caso. No se trataba de Arsenio Lupín ni "los
doce de Ocean", sino, como en el guión de una película barata,
el imputado es simplemente el electricista de la Catedral de
Santiago.
Recuperado
el Codex y pasado el susto, se ha iniciado una exposición
itinerante, que ya ha empezado en Santiago, y visitará varias
ciudades españolas (Madrid y León, confirmadas) y extranjeras.
¡Esperemos que Valencia esté entre las afortunadas!
Al
ser entrevistados los primeros visitantes la mayoría reconocía que
sólo sabían que era "algo muy valioso" y que no
imaginaban qué era exactamente el Codex Calixtinus.
Este vídeo, grabado por loable iniciativa de un grupo de estudiantes ocho meses antes del robo, muestra con qué poco cuidado se trataba y conservaba: es injustificable tocar sin guantes un libro tan antiguo. Vídeo (en gallego) del "Club de lectura As pintoras daltónicas".
Se
llama codex (códice, en castellano) a un conjunto de libros
escritos a mano, antes de la invención de la imprenta. Tengamos en
cuenta que antes de la aparición del libro en el formato que hoy
conocemos, lo más habitual en la Antigüedad era el "rollo":
largas tiras de papiro o pergamino que se guardaban enrolladas en
envases cilíndricos. Recién el s. III comienza a imponerse el
formato de libro formado por varias "hojas" unidas entre
sí. Así lo explicaba san Isidoro de Sevilla († 636):
1. Un códice contiene muchos libros; un libro es un solo rollo. Y
se le dice códice por metáfora del tronco de árboles o viñas,
como un tronco que contiene en sí una multitud de libros, como si
fuesen ramas.
1. Codex
multorum librorum est; liber unius voluminis. Et dictus codex per
translationem a codicibus arborum seu vitium, quasi caudex, quod
ex se multitudinem librorum quasi ramorum contineat.
2. Un rollo
es un libro cuyo nombre viene de "envolver", como los
rollos de la Ley o los rollos de los Profetas en los hebreos.
2. Volumen
liber est a "volvendo" dictus, sicut apud Hebraeos volumina Legis,
volumina Prophetarum.
Isidoro de Sevilla, Etimologías
6, 13.
Al
pasar de moda el uso de "rollos" la palabra codex se
utilizó únicamente para referirse a esa especie de "libro de
libros", pues físicamente es lo que hoy llamaríamos un solo libro, pero su contenido
solía estar formado por obras heterogéneas, muchas veces de
distintos autores. Por eso los códices no solían tener nombre y en
la actualidad la mayoría son identificados por referencias
bibliográficas o los nombres de sus propietarios (universidades,
bibliotecas, mecenas, etc.).
Un
rasgo excepcional del Codex Calixtinus es que se formó
tratando de mantener cierta unidad temática en su contenido, de modo
que en realidad no es un mero "conjunto de libros" sino que
forma un todo y por eso desde antiguo se le solía llamar Liber Sancti Iacobi (El Libro de Santiago).
Aunque desconocemos el nombre del autor de esta
recopilación (y los que lo retocaron posteriormente), sin embargo la obra fue atribuida apócrifamente al
papa Calixto II. Eso era un recurso habitual en la Edad Media para
dar mayor prestigio y autoridad a una obra. Por eso nuestro códice también
es llamado calixtinus, nombre que se ha popularizado entre los estudiosos a partir del s. XIX, pero es más exacto usar su nombre más antiguo.
Esta obra está formada
por 5 libros y se le ha añadido un apéndice:
I. Una colección de
homilías y misas en honor al apóstol.
II. Colección de varios
milagros de Santiago en relación a su culto en Compostela.
III. Un breve relato del
traslado del cuerpo del apóstol desde Jerusalén a Compostela.
IV. Historia de
Carlomagno sobre el inicio del peregrinaje y culto en Compostela y
otras hazañas del rey en España, y una larga sección dedicada a la batalla de Roncesvalles y la muerte de Roldán.
V. Guía práctica para
el peregrino que hace el Camino de Santiago.
Apéndices: una
miscelánea formada principalmente por relatos de milagros, una
valiosa colección de cantos, y una bula papal apócrifa.
Codex Calixtinus o Liber sancti Iacobi, en el Museo de la Catedral de Santiago de Compostela. En la imagen vemos la primera página del Libro IV: la Historia de Turpinus sobre Carlomagno. Todo el libro IV fue separado en 1609. Fue restaurado en 1966.
Además de destacar por
su gran antigüedad (primera mitad del s. XII) y su peculiar
contenido, esta obra también sobresale por la belleza y calidad de
su decoración con imágenes y miniaturas en las letras capitales y
en los márgenes de las páginas.
Aunque de esta obra
existe una aceptable traducción al castellano a la que se puede
acceder on line y gratuitamente, sin embargo es muy difícil acceder
al texto latino y peor aún a las miniaturas. Esperamos que el
arzobispado de Santiago además de recaudar fondos, publique
gratuitamente en Internet el facsímil de esta joya del patrimonio
español, cuyo precio los anticuarios valoran en unos 100 millones de
euros.
A continuación os dejo
un breve pasaje de la Historia de Carlomagno, el libro más famoso
del Codex Calixtinus (libro IV, cap. 1):
En verdad este Carlos, fortificado por los
auxilios divinos, después de muchos trabajos por muchas regiones
del orbe, con el invencible brazo de su poder adquirió diversos
reinos, a saber: Inglaterra, la Galia, Teutonia, Bavaria, Lotaringia,
Burgundia, Italia, Bretaña y diversas tierras e innumerables
ciudades, desde un mar al otro mar, y los arrebató de las manos
de los sarracenos, y los sometió al imperio cristiano. Fatigado
por tan pesado esfuerzo y por tanto sudor, se
propuso no iniciar más guerras y entregarse al reposo.
Hic uero Karolus postquam multis laboribus per
multa climata orbis diuersa regna, Angliam scilicet, Galliam,
Theutonicam, Baioariam, Lotharingiam, Burgundiam, Ytaliam,
Brittaniam ceterasque regiones innumerasque urbes a mari usque ad
mare, diuinis subsidiis munitus, inuincibili brachio potencie sue
adquisiuit et a sarracenorum manibus abstulit, christianoque
imperio subiugauit. Graui labore ac tanto sudore fatigatus, ne
amplius bellum iniret et ut requiem sibi daret, proposuit.
Y al instante vio en el cielo una especie de camino
de estrellas que comenzaba en el mar de Frisia y se extendía
entre Teutonia e Italia, entre la Galia y Aquitania, pasando en
línea recta por Gascuña y Vasconia, Navarra e Hispania hasta
Galicia donde el cuerpo de Santiago por aquel entonces se mantenía
oculto.
Statimque intuitus est, in celo quendam caminum
stellarum incipientem a mari Frisie et tendentem inter Theutonicam
et Ytaliam, inter Galliam et Aquitaniam, rectissime transeuntem
per Gasconiam Basclamque, Nauarram et Yspaniam usque ad
Galleciam, qua beati Iacobi corpus tunc temporis latebat
incognitum.
Ya que Carlos cada noche lo había contemplado muchas
veces, comenzó a meditar con ahinco qué significaría.
Estando meditando estas cosas con gran atención, se le apareció
de noche, en éxtasis, un caballero que tenía una apariencia
noble y bellísima más allá de lo que es posible describir,
diciendo: "¿Qué haces, oh hijo mío?" Y él preguntó: "¿Quién
eres, oh señor?" "Yo soy, dijo, el apóstol Santiago, discípulo de
Cristo, hijo del Zebedeo, hermano de Juan el Evangelista, al cual
el Señor junto al mar de Galilea en su inefable gracia se dignó
elegir para predicar a los pueblos, al cual el rey Herodes mató por espada, cuyo cuerpo descansa incógnito en Galicia, que
todavía es oprimida vergonzosamente por los sarracenos".
Quem cum Karolus per singulas noctes sepe
perspiceret, cepit sepissime premeditari quid significaret. Cui,
hec summo studio cogitanti, heros quidam, obtimam ac pulcherrimam
ultra quam dici fas est habens speciem, nocte in extasi apparuit,
dicens: "Quid agis, fili mi?" At ille inquit: "Quis es, domine?" "Ego
sum, inquit, Iacobus apostolus, Christi alumpnus, filius Zebedei,
frater Iohannis euangeliste, quem Dominus supra mare Galilee ad
predicandos populos sua ineffabili gratia eligere dignatus est,
quem Herodes rex gladio peremit, cuius corpus in Gallecia, que a sarracenis adhuc turpe opprimitur, incognitum requiescit".
El texto completo de esta obra puedes encontrarlo en mi Librería Medieval.