Los
relatos en que intervienen personas, animales, dioses, plantas,
montañas, etc., fueron muy comunes en todas las culturas antiguas,
cuando el ser humano estaba en íntimo contacto con la naturaleza.
Actualmente entre el gran público existe la tendencia a ver esos
relatos como “cuentos para niños”, pero ellos no son relatos
inofensivos, ni fueron creados para un entretenimiento ocioso, sino
que encierran la sabiduría popular ante diversas personas y
circunstancias que el ser humano debe afrontar en su vida, empezando
por uno mismo.
Dibujo egipcio (s. XII a. C.) de una fábula: un gato cuida unos gansos y sus huevos. Foto de Wikimedia Commons. |
En
Occidente un lugar especial lo ocupó el fabulista Esopo, del cual
poco sabemos con certeza, pues los diversos autores griegos y romanos
nos dan información contradictoria. Si hemos de creer a los primeros
(Herodoto, Aristóteles, Aristófanes, etc.) que lo mencionan, Esopo
debió vivir en el s. VII a. C., oriundo de Tracia, pero que vivió
en Samos, primero como esclavo, después como liberto, alcanzando
celebridad entre sus contemporáneos gracias a sus fábulas con
agudas cargas morales.
Actualmente
es imposible determinar con exactitud el conjunto y el tenor exacto
de las fábulas que compuso Esopo, pues así como su datos
biográficos están confusos, también sus fábulas se modificaron y
se le atribuyeron otras, de modo que cada colección que se escribió
en la Antigüedad o en el Medioevo contiene distintas fábulas o con
distinto tenor.
Esopo representado con rasgos africanos, pues algunos defienden que su nombre significa "etíope". Ilustración en una edición inglesa del s. XVII. Foto de Wikipedia. |
En
el s. IV a. C. el escritor griego Demetrio de Falero hizo una
recopilación de las fábulas que entonces se atribuían a Esopo;
pero esa obra se ha perdido. La recopilaciones más antiguas escritas
en griego que hoy poseemos provienen, una de un cierto Babrius (hacia
el s. III), un texto en que los versos están muy contaminados por
elementos de la métrica latina, y otra escrita en prosa, de autor
anónimo, titulada “Vida y Fábulas de Esopo” (s. II - III),
también conocida como Collectio Augustana por el manuscrito
medieval en el cual se descubrió.
Ya
que entre los romanos Esopo fue muy popular, no es de extrañar que
en el s. I un liberto llamado Fedro escribió en versos latinos una
recopilación de fábulas de Esopo (Phaedri, Augusti liberti, Fabulae
Aesopiae); pero su obra no nos ha llegado completa. El manuscrito más
antiguo es el Rosambo o Codex Pithoeanus (s. IX), un texto plagado de
erratas. En el s. IV se hizo una adaptación de la obra de Fedro a
prosa latina, que es conocida como Aesopus Latinus cuyo autor
se llamaba Romulus. Más tarde, a principios del s. V el escritor
Aviano publicó en versos latinos una colección basada en la
colección de Babrius.
"El lobo francés y el cordero siamés" en la revista inglesa Punch (1893) ironiza sobre los intentos anglo-franceses por invadir Tailandia. Foto de Wikipedia. |
Veamos
algunas fábulas de la colección de Fedro, tal como nos ha llegado
en el manuscrito más antiguo (con las debidas correcciones de
erratas). Trascribo el texto latino como si fuese prosa, pero marco
con // el final de cada verso.
Libro
1, fábula 1
EL LOBO Y EL CORDERO
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LUPUS ET AGNUS
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Un lobo y un cordero habían ido a un mismo
arroyo, empujados por la sed; en la parte más alta estaba el lobo y mucho más abajo el
cordero.
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Ad rivum eundem lupus et agnus venerant // siti
compulsi; superior stabat lupus // longeque inferior agnus.
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Entonces el ladrón, incitado por su cruel
voracidad, alegó este pretexto de pleito: “¿Por qué me
has enturbiado el agua que bebía?”
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Tunc fauce improba // latro incitatus iurgii
causam intulit: // “Cur, inquit, turbulentam mihi fecisti //
aquam bibenti?”
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El ovino temeroso replicó: “¿Cómo, por
favor, puedo hacer lo que te quejas, oh lobo? El agua baja de ti
hacia donde yo bebo”.
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Laniger contra timens: // “Qui possum,
quaeso, facere quod quereris, lupe? // A te decurrit ad meos
haustus liquor”.
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Aquel, repelido por la fuerza de la verdad:
“Hace seis meses, dijo, hablaste mal de mí”.
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Repulsus ille veritatis viribus: // “Ante hos
sex menses, ait, maledixisti mihi”. //
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Respondió el cordero: “En verdad no había
nacido”.
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Respondit agnus: “Equidem natus non eram”.
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“¡Por Hércules! Tu padre, dijo, habló mal
de mí”
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“Pater, Hercle! tuus, inquit, maledixit
mihi”. //
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Y así, tras atraparlo, lo despedaza con
injusta muerte.
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Atque ita correptum lacerat iniusta nece. //
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Esta fábula fue escrita a causa de aquellos
hombres que oprimen a los inocentes con razones ficticias.
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Haec propter illos scripta est homines fabula
// qui fictis causis innocentes opprimunt.
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Libro
1, fábula 6
LAS RANAS CONTRA EL SOL
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RANAE AD SOLEM
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Esopo vio las concurridas nupcias de un vecino
ladrón, y de inmediato empezó a narrar:
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Vicini furis celebres vidit nuptias // Aesopus,
et continuo narrare incipit: //
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Una vez, ya que el sol quería tomar esposa,
las ranas alzaron su clamor hasta las estrellas.
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Uxorem quondam sol cum vellet ducere, //
clamorem ranae sustulere ad sidera. //
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Sobresaltado por el griterío, Júpiter
pregunta la causa de la protesta.
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Convicio permotus quaerit Jupiter // causam
querelae.
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Entonces una habitante del estanque: “Ahora,
dijo, uno solo seca todas las charcas y nos obliga a morir
miserables en un lugar árido. ¿Qué ocurrirá, si procrea
hijos?”
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Quaedam tum stagni incola: // “Nunc, inquit,
omnes unus exurit lacus // cogitque miseras arida sede emori. //
Quidnam futurum est, si crearet liberos?”
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Libro
2, fábula 3
ESOPO A UNO SOBRE EL ÉXITO DE LOS MALVADOS
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AESOPUS AD QUEMDAM DE SUCCESSU IMPROBORUM
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Un hombre, herido por el mordisco de un perro
bravo, arrojó al agresor un pan mojado en su sangre, pues había
oído que era un remedio para la herida.
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Laceratus quidam morsu vehementis canis, //
tinctum cruore panem immisit malefico, // audierat esse quod
remedium vulneris. //
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Entonces Esopo dijo así: “No vayas a hacer
esto a todos los perros, ya que nos devorarán vivos, cuando sepan
que tal es el premio de la culpa”.
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Tunc sic Aesopus: “Noli coram pluribus // hoc
facere canibus, ne nos vivos devorent, // cum scierint esse tale
culpae praemium”. //
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El éxito de los malvados incita a otros
muchos.
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Successus improborum plures allicit.
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Libro
3, fábula 12
EL POLLO A LA PERLA
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PULLUS AD MARGARITAM
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Un pollo, mientras buscaba comida, encontró
una perla en el basurero.
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In sterquilino pullus gallinaceus, // dum
quaerit escam, margaritam repperit. //
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“¡Preciosa, dijo, estás en un lugar
indigno! Si alguien ávido de tu valor te hubiese visto, hace
tiempo hubieses vuelto a tu máximo esplendor. Pero te he
encontrado yo, que prefiero el alimento, y ni yo te soy útil a ti
ni tú para mí vales nada”.
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“Iaces indigno quanta res, inquit, loco! //
Hoc si quis pretii cupidus vidisset tui, // olim redisses ad
splendorem maximum. // Ego quod te inveni, potior cui multo est
cibus, // nec tibi prodesse nec mihi quicquam potes”. //
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Esto lo cuento a aquellos que no me entienden.
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Hoc illis narro qui me non intelligunt.
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Libro 4, fábula 3
SOBRE EL ZORRO Y LA UVA
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DE VULPE ET UVA
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Empujado por el hambre, un zorro intentaba
coger la uva en la alto de una parra, saltando con todas sus
fuerzas.
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Fame coacta vulpes alta in vinea // uvam
appetebat, summis saliens viribus. //
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Ya que no pudo alcanzarla, al irse dijo:
“Todavía no está madura; no quiero cogerla verde”.
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Quam tangere ut non potuit, discedens ait: //
“Nondum matura est; nolo acerbam sumere”. //
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A quienes desprecian lo que no logran hacer, se
deberá aplicar esta fábula.
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Qui facere quae non possunt verbis elevant, //
ascribere hoc debebunt exemplum sibi.
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Libro
4, fábula 10
SOBRE LOS VICIOS DE LOS HOMBRES
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DE VITIIS HOMINUM
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Júpiter nos impuso dos alforjas: una llena de
nuestros vicios nos la puso en la espalda, otra cargada de los
ajenos nos la colgó en el pecho.
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Peras imposuit Iuppiter nobis duas: // propriis
repletam vitiis post tergum dedit, // alienis ante pectus
suspendit gravem. //
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Por este motivo no podemos ver nuestros
defectos; pero apenas los otros yerran, los criticamos.
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Hac re videre nostra mala non possumus; // alii
simul delinquunt, censores sumus.
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Libro 4, fábula 23
LA MONTAÑA PARTURIENTA
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MONS PARTURIENS
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La montaña estaba de parto, profiriendo
monstruosos gemidos, y había en el mundo gran expectación de qué
iba a parir. Pero ella dio a luz un ratón.
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Mons parturibat, gemitus immanes ciens, //
eratque in terris maxima expectatio // quod ille pareret. // At
ille murem peperit.
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Esto fue escrito para ti, que aunque proyectas
grandes cosas, no concluyes nada.
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Hoc scriptum est tibi, // qui, magna cum
minaris, extricas nihil.
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gracies per deleitarnos amb aquesta faula tant interessan
ResponderEliminarme encanto y me sirvio mucho
ResponderEliminarMi saludo cordial. Quisiera saber si es posible obtener algún archivo de audio en el que se reciten en latín las fábulas de Esopo. Agradeceré si alguien tiene alguna referencia. Excelente página. Felicitaciones
ResponderEliminarEn algunos institutos los alumnos lo han hecho. Por ejemplo: https://radioedu.educarex.es/radiovegas/2019/06/13/fabulae-aesopiae/
EliminarQue excelente recurso, justo estaba buscando un sitio que tuvieron relatos cortos en latín, ya que hemos iniciado el aprendizaje con los chicos.
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