La
exitosa serie de TVE "Isabel" (protagonizada por Michelle
Jenner) ha conseguido atraer la curiosidad pública hacia los
personajes y las intrigas políticas de la Península en el s. XV.
Naturalmente tal suceso no podía pasar desapercibido para nuestro
blog de latín, pues aunque existen numerosos escritos en castellano
de historiadores de la época, sin duda entre las obras más
importantes y seguramente la menos conocida se encuentran la Gesta
Hispaniensia (Décadas) escrita en latín por el notable
humanista español Alfonso de Palencia (1424 - 1492).
Su
obra está dividida en 4 partes (que él llama decas), cada
una consta de 10 libros, que a su vez están divididos en 10
capítulos cada uno, pero de la Década IV sólo nos ha llegado hasta
el cuarto libro.
Su
testimonio es de gran valor porque primero fue secretario y cronista
de Alfonso IV entre 1456 - 1468. De él se apartó cuando se declaró
partidario del infante Alfonso, tras cuya muerte se integró en el
círculo de partidarios de Isabel, trabajando activamente por su
causa. Tras la coronación de Isabel desempeño el cargo de cronista
y diversas misiones hasta que en 1480 se apartó de la corte.
Se
trata pues de un testigo privilegiado que no sólo presenció sino
también participó en muchos de los acontecimientos que relata.
Además Palencia escribió esta obra cuando ya estaba fuera de la
Corte y con el firme propósito de mostrar los hechos y personajes
sin el maquillaje de los escritores cortesanos y aduladores, tal como
él mismo nos dice en el Prólogo de su obra [p.1-b]:
...
pero un aguijón no leve me empuja a escribir, cuando veo encumbrados por príncipes indignos a viles aduladores, que con la
pluma se esfuerzan igualmente por ensalzar con loas lo ínfimo y
ocultar con colorete las infamias, que de palabra reconocieron
dignas de condena, o las relatan con disimulo.
|
...
vero superaddit ad scribendum irritatio haud lenta, quum videam
subductos a Principibus indignissimis assentatores pravos, qui
nihilominus calamo nitantur cum laudibus efferre infima turpiaque
celare fuco, quam verbo vituperanda comprobarunt vel
dissimulatione texerunt.
|
Pero yo me encargaré de suprimir esa clase de corrupciones con la verdad
misma.
|
Quod
quidem perversionis genus ipsa veritate abolendum curabo.
|
De
hecho, aunque los historiadores de la época tomaron su obra como
principal fuente para los años de conflicto entre Enrique IV y su
hermanastra Isabel, sin embargo por su atrevimiento en denunciar a
los más poderosos, su obra fue relegada al olvido y recién en el s.
XX ha comenzado su estudio científico. Por desgracia, de esta obra
maestra sólo se conservan pocos ejemplares antiguos, y los que
pueden consultarse on line en la Biblioteca Digital del
Patrimonio Iberoamericano, no son los testimonios más importantes.
Ediciones
críticas del texto latino y con traducción al castellano sólo
existen de la Década IV (José López del Toro († 1972), 2
volúmenes publicados en1971 y 1974 por la Real Academia de la
Historia. Y la edición de la Primera Década por Brian Tate (†
2011) y Jeremy Lawrance, publicado en 2 volúmenes en 1999 por la
Real Academia de la Historia.
A
continuación les presento unos fragmentos de la Segunda Década, en
los que Palencia relata la coronación de Isabel, en la cual él
participó. El texto latino está tomado del Manuscrito 1636 (entre
el s. XVI - XVII) de la Biblioteca Nacional de España. Este
manuscrito es el único on line que contiene completo el
capítulo del que extraigo el fragmento, pues el Mss 1741 (anno 1774)
sólo contiene un resumen fragmentado. Lamentablemente la caligrafía
del copista del Mss 1636 es bastante descuidada, por lo cual he
omitido algunas secciones en las que no estaba seguro del tenor del
texto.
Capítulo
Décimo.
Aviso
de la repentina muerte del rey Enrique, cuarto con este nombre en
los reinos de Castilla y León. Y la repentina entronización de
la reina Isabel.
|
Caput Decimum.
Repentinae
denuntiatio mortis Henrrici regis quarti huius nominis in regnis
Castellae et Legionis. Et reginae Elizabeth repentina sublimatio.
|
[....] a la hora tercia después que expiró Enrique lo hicieron saber al arzobispo, el cual de inmediato envió una carta al rey Fernando,
que estaba en Zaragoza. A la reina otros se apresuraron a
informarle. [...]
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[.....] hora tertia postquam expirauit Henrricus
certiorem facerent archipraesulem, qui continuo literas dedit ad
regem Fernandum Cesaraugustae permanente. Ad
reginam alii certiorem reddendam festinarunt. [....]
|
Se
erigió en la plaza un estrado elevado que la multitud rodeaba
por todos lados de modo que los nobles estaban por todas partes rodeados de la multitud. Y de allí, después de la
ceremonia fúnebre con ropa de luto, apareció de improviso la
reina, ceñida con vestidos preciosísimos, relucientes de gemas y
oro, con la gracia de una belleza floreciente, por la que se
reconoce a una persona insigne.
|
Erecta est in foro
tabulata celsa quae strues circumspecta quodlibet ex latere ut
undique principales essent circumstanti multitudine prospectens. Exindeque
post funebres ceremonias maestitiae habitu, apparet repente regina
amicta uestibus praeciossisimis, gemmis auroque fulgentibus,
augente decorem pulchritudine, qua noscebatur insignis.
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Al
mismo tiempo resonó el clamor de trompetas con añafiles,
tambores e instrumentos de diverso sonido.
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Tubarumque clangor
personabat simul cum tibiis, tympanis et instrumentorum sonoritate
diuersa.
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A
continuación en voz alta se hizo a la nobleza y a todo el pueblo las proclamas a la entronización de la ilustrísima reina
Isabel. Luego ella se dirigió hacia la iglesia, cabalgando un
caballo decorado con arreos y aparejos, yendo delante una comitiva
de nobles y detrás la muchedumbre del pueblo.
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Subsequitur uox
alta feci alium pronuntiantium nobilitati atque omni populo
sublimationem illustrissimae Elizabet reginae. Deinde incedit
ecclesiam uersus, uecta [p.383-a] equo faleris ephigiisque ornato,
praecedente commitiua nobilium atque subsequente multitudine uulgi.
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Y
para indicar el poderío de la reina, [....] la precedía solo el
caballero Gutiérrez de Cárdenas, llevando en la diestra una
espada en alto con la parte de la punta oculta en la vaina, de
modo que todos viesen la empuñadura, y de ahí según la
costumbre española, todos, incluso los más lejanos, supieron que
ella podía castigar a los criminales con potestad regia.
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Et ad indicandam reginae potentiam, [....], praecedebat eam eques tantum Gutierrez
de Cardenas dextera ensem a parte cuspidis abditae uagina ferens
in sublimis, ita capulum omnes intuerentur, eoque more hispano
cuncti, etiam remotiores adesse, eam scirent quae punire sontes
regia cum auctoritate posset.
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[....] murmuraban muchos varones leales y no ignorantes, porque aquella mujer neciamente quería ostentar, como si fuesen suyos,
las insignias del marido; pero [....] a estos les decían que era
legal lo que hacía, porque la herencia de los reinos de ningún
modo pertenecía al rey Fernando sino solo a la reina Isabel.
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[....] insusurrabant plerique bonae mentis uiri haud ignari quia stolide
haec mulier ostentari uellet praesse, fore sui, insignia mariti;
sed [....] his dicentium, recte id factum, quod hereditas regnorum
minime regi Fernando sed solummodo reginae Elizabet pertineret.
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Alfonso
de Palencia, Gesta Hispaniensia, Decas II, liber XX, cap. 10
(Mss 1636, p. 382a - 383a).
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