En el rico tesoro de himnos medievales
el Stabat Mater Dolorosa ocupa un lugar especial, pues su equilibrio
entre una ágil y eficaz descripción, una profunda devoción y
ternura, su agudeza psicológica llevan al lector, escena tras
escena, a identificarse con el dolor de María, con el dolor del Hijo
y por último a llevar la mirada hacia el propio interior.
El primer testimonio que tenemos de
este himno es de finales del s. XIV, en la pluma de Giorgio Stella,
en sus "Annales genuenses" (en Muratori, Rerum italicarum scriptores, vol. 17, pars 2), que describe como era
recitado en las procesiones de flagelantes en Semana Santa. Su
autoría se ha atribuido a varios, aunque con cierto fundamento solo
puede mencionarse, por un lado, al poeta franciscano Jacopo Benedetti
(† 1306), aunque la
mayoría de sus obras están en el dialecto de la región italiana de
Umbría, y por otro lado, al papa Inocencio III (†
1216), un autor que por lo general muestra un estilo más frío e
intelectual.
Sea quien sea su autor, el himno
alcanzó rápida popularidad en Europa continental. En la reforma de
Trento (s. XVI) no fue incluido en los textos litúrgicos oficiales,
pero eso se corrigió en el Breviario y el Misal de 1727, debido a su
gran raigambre en la devoción popular, y está incluida en la
liturgia de la fiesta de "los siete dolores de la Virgen María"
(viernes anterior a domingo de Ramos). Desde el s. XIX también fue
encontrando gran aceptación y admiración entre escritores y
creyentes protestantes, que se sintieron atraídos por su
estremecedora experiencia de la cruz.
Crucifixion, de Andrea da Firenze († 1379), en la Pinacoteca del Vaticano. |
La musicalización de este himno a
manos de talentosos compositores de música clásica (Josquin
Desprez, Palestrina, Pergolesi, Haydn, Rossini, etc) también ha
contribuido para mantener en primer plano este página inmortal de la
poesía religiosa.
Precisamente un cultor de la música
renacentista me ha pedido una publicación fidedigna del texto,
pronunciación y traducción de esta obra, que bajo el peso de su
popularidad en Internet, aparece a veces en algunos aspectos
deformada o velada por copistas apresurados o descuidados. Como de
costumbre mantengo (por comodidad del lector) la distinción entre
"u" y "v". En negrita acentúo solo las palabras
de tres o más sílabas (pues las de dos siempre son llanas) y para
mayor profundidad en el tema de la pronunciación "moderna"
puede consultarse la tabla de la primera lección de latín en este
enlace:
Presento el texto indicando las tres
horas canónicas en que se presentan en la Liturgia de las Horas,
pero conservando su orden original.
Vísperas | ||
Stabat
mater dolorosa
iuxta crucem, lacrimosa, dum pendebat Filius,
cuius
animam gementem,
contristatam et dolentem pertransivit gladius. |
Sta-bat
ma-ter do-lo-ro-sa
yuks-ta cru-chem la-cri-mo-sa dum pen-de-bat Fi-lius
cu-yus
a-ni-mam ye-men-tem
con-tris-ta-tam et do-len-tem per-tran-si-vit gla-dius. |
Estaba
de pie la madre dolorosa
junto
a la cruz, llorosa,
mientras
el Hijo pendía,
cuya
alma gimiente,
contristada
y doliente
atravesó
una espada.
|
O
quam tristis et afflicta
fuit illa benedicta mater Unigeniti!
Quae
maerebat et dolebat
pia mater, dum videbat nati poenas incliti. |
O
cuam tris-tis et af-flic-ta
fuit il-la be-ne-dic-ta ma-ter U-ni-ye-ni-ti!
Cue
me-re-bat et do-le-bat
pi-a ma-ter dum vi-de-bat na-ti pe-nas in-cli-ti. |
¡Oh
qué triste y afligida
estuvo
aquella bendita
madre
del Unigénito!
Se
afligía y dolía
la
piadosa madre, mientras veía
las
penas de su glorioso Hijo.
|
Quis
est homo qui non fleret,
matrem Christi si videret in tanto supplicio?
Quis
non posset contristari
Christi matrem contemplari dolentem cum Filio? |
Cuis
est ho-mo cui non fle-ret,
ma-trem Cris-ti si vi-de-ret in tan-to sup-pli-chi-o?
Cuis
non pos-set con-tris-ta-ri
Cris-ti ma-trem con-tem-pla-ri do-len-tem cum Fi-lio? |
¿Quién
es el hombre que no lloraría,
si
viera a la madre de Cristo
en
tanto suplicio?
¿Quién
no es capaz de compadecerse
al
contemplar a la madre de Cristo
que sufre con su Hijo?
|
Pro
peccatis suae gentis
vidit Iesum in tormentis et flagellis subditum,
vidit
suum dulcem Natum
moriendo desolatum, dum emisit spiritum. |
Pro
pec-ca-tis su-e yen-tis
vi-dit Ye-sum in tor-men-tis, et fla-yel-lis sub-di-tum.
Vi-dit
su-um dul-chem Na-tum
mo-rien-do de-so-la-tum, dum e-mi-sit spi-ri-tum. |
Por
los pecados de su pueblo
vio
a Jesús en el tormento
y
doblegado por los azotes,
vio
a su dulce Hijo
muriendo
desamparado,
al exhalar su espíritu.
|
Eia,
mater!, fons amoris,
me sentire vim doloris fac, ut tecum lugeam,
fac
ut ardeat cor meum
in amando Christum Deum ut sibi complaceam. |
E-ia,
ma-ter!, fons a-mo-ris
me sen-ti-re vim do-lo-ris fac, ut te-cum lu-ye-am.
Fac,
ut ar-de-at cor me-um
in a-man-do Cris-tum De-um ut si-bi com-pla-cheam. |
¡Ea,
madre!, fuente de amor,
hazme
sentir la hondura de tu dolor
para
que llore contigo,
haz
que arda mi corazón
amando
a Cristo, mi Dios,
para agradarte. |
Maitines
|
||
Sancta
mater, istud agas:
crucifixi fige plagas cordi meo valide,
tui
Nati vulnerati,
tam dignati pro me pati, poenas mecum divide. |
Sanc-ta
ma-ter, is-tud a-gas,
cru-chi-fik-si fi-ye pla-gas cor-di me-o va-li-de,
tu-i
Na-ti vul-ne-ra-ti,
tam di-ña-ti pro me pa-ti, pe-nas me-cum di-vi-de. |
Santa
madre, haced esto:
imprime
las llagas del crucificado
firmemente
en mi corazón,
y
de tu Hijo herido,
que
se dignó sufrir tanto por mí,
divide
conmigo las penas
|
Fac
me tecum pie flere,
crucifixo condolere, donec ego vixero.
Iuxta
crucem tecum stare
et me tibi sociare in planctu desidero. |
Fac
me te-cum pi-e fle-re,
cru-chi-fik-so con-do-le-re, do-nec e-go vik-se-ro.
Yux-ta
cru-chem te-cum sta-re,
et me ti-bi so-chia-re in planc-tu de-si-de-ro. |
Hazme llorar devotamente contigo,
condolerme
con el crucificado,
mientras
yo viva.
Estar
de pie contigo junto a la cruz y acompañarte a ti
en
el llanto es lo que deseo.
|
Laudes | ||
Virgo
virginum praeclara,
mihi iam non sis amara, fac me tecum plangere,
fac
ut portem Christi mortem,
passionis fac consortem et plagas recolere. |
Vir-go
vir-yi-num pre-cla-ra,
mi-hi yam non sis a-ma-ra, fac me te-cum plan-ye-re,
fac,
ut por-tem Cris-ti mor-tem,
pas-sio-nis fac con-sor-tem, et pla-gas re-co-le-re. |
Noble
virgen de vírgenes,
que
ya no te vea triste,
hazme
llorar contigo,
haz
que lleve la muerte de Cristo,
hazme
socio de la pasión
y
recordar sus llagas.
|
Fac
me plagis vulnerari,
fac me cruce inebriari et cruore Filii.
Flammis
ne urar succensus,
per te, Virgo, sim defensus in die iudicii. |
Fac
me pla-yis vul-ne-ra-ri,
fac me cru-che in-e-bria-ri, et cruo-re Fi-li-i.
Flam-mis
ne u-rar suc-chen-sus,
per te, Vir-go, sim de-fen-sus in di-e yu-di-ci-i. |
Haz
que me hieran sus llagas,
haz
que me embriague la cruz
y
la sangre de tu Hijo.
Para
que no arda en las llamas furiosas
defiéndeme,
oh Virgen,
en
el día del juicio.
|
Christe,
cum sit hinc exire,
da per Matrem me venire ad palmam victoriae;
quando
corpus morietur,
fac ut animae donetur paradisi gloria. Amen. |
Cris-te,
cum sit hinc ek-si-re,
da per ma-trem me ve-ni-re ad pal-mam vic-to-rie;
cuan-do
cor-pus mo-rie-tur,
fac, ut a-ni-me do-ne-tur pa-ra-di-si glo-ria. A-men. |
Oh
Cristo, cuando salga de aquí,
concédeme
por tu Madre alcanzar
la
palma de la victoria;
cuando
mi cuerpo muera,
haz
que a mi alma se le conceda
la
gloria del paraíso. Amén.
|
Una breve explicación a algunos
pasajes del texto: el verbo "stare" en latín indica
siempre de modo específico el "estar de pie" y no debe
confundirse con el verbo castellano "estar" que tiene un
sentido más genérico. La referencia a que María es atravesada por
una espada no es una simple metáfora poética sino una referencia al
texto de Lc 2, 34-35, en el que el anciano Simeón profetiza a María
(siendo Jesús todavía un niño) que "una espada te atravesará
el alma". En la octava estrofa se llama a María "virgen de
vírgenes": este tipo de construcción está prestado del hebreo
que construye el superlativo de sustantivos por duplicación. Por eso
en el Antiguo Testamento leemos "cantar de los cantares" (=
el cantar más hermoso), "rey de reyes" (= el rey más
poderoso), etc. En este caso pues significa la mejor o más noble de
las vírgenes.