Los días 28 y 29 de
julio en Perú se celebró la fiesta de la independencia nacional y quisiera resaltar la presencia del latín en la heráldica latinoamericana.
Cuando a principios del s. XIX las naciones latinoamericanas. una
tras otra, se fueron sacudiendo del yugo colonial, en sus escudos
nacionales trataron de afianzar su identidad y en ninguna de ellas
aparece ningún lema en latín, (cuyo prestigio por aquel entonces
estaba en franca decadencia). Los pocos lemas que aparecen están en
sus idiomas oficiales, como en la bandera de Brasil (Ordem e
Progresso) o en el escudo de Chile (Por la razón o la fuerza).
Sin embargo la mayoría
de ciudades latinoamericanas conservaron los escudos recibidos en
época colonial y en ellos si encontramos lemas en latín. Veamos a
continuación algunos ejemplos.
EL ESCUDO DE LIMA
El escudo de la ciudad de
Lima fue otorgado en 1537 por el emperador Carlos I y su madre Juana
"la loca", reina de Castilla y Aragón. Fue el famoso
conquistador Francisco Pizarro quien fundó la ciudad, la cual, según
la costumbre española de ponerlas bajo la advocación de alguna
fiesta religiosa, la llamó "ciudad de los reyes" en
referencia a la fiesta de Epifanía (6 de enero), en la que la
liturgia católica conmemora la visita de lo que la tradición llama
"los tres reyes magos" que fueron guiados a Belén por una
prodigiosa estrella. Por eso se puede ver en el centro del escudo de
Lima la estrella y la tres coronas. Y es respecto a esa estrella que
reza el lema :
HOC SIGNUM VERE REGUM
EST, es decir, "Verdaderamente ésta es la señal de los reyes".
Escudo de la Ciudad de los Reyes. En la fachada de la Municipalidad de Lima (Perú) |
Sobre el escudo se
encuentra unas iniciales que nos remiten a los gobernantes que
conceden el privilegio: I K, es decir, Ioanna Karolus, que son las
formas latinas de los reyes Juana y Carlos. Aunque Juana la loca
estaba recluida y apartada del gobierno oficialmente se la reconocía
como reina y su nombre se anteponía al de su hijo en los documentos
oficiales.
Es curioso notar que no
se trata del águila bicéfala de los Habsburgo sino de dos águilas:
está claro que representan el reino de Juana (el águila en heráldica es un
signo femenino) y de su hijo Carlos (el águila había sido usado desde
Federico Barbarroja como símbolo del sacro imperio romano
germánico). También hay que notar que en el escudo original no
aparecen las columnas de Hércules, que fueron añadidas en
representaciones posteriores.
EL ESCUDO DE PUEBLA DE LOS ÁNGELES
A veces los lemas de las ciudades hacen referencia directa a un texto bíblico referido a su advocación religiosa. Por ejemplo la ciudad mexicana de Puebla de los Ángeles
tiene como lema:
ANGELIS SUIS DEUS
MANDAVIT DE TE UT CUSTODIANT TE IN OMNIBUS TUIS VIIS
Escudo de la ciudad de Puebla de los Ángeles (México), en una cédula de 1538. Foto de Gusvel en Wikipedia, voz: Puebla. |
Sin embargo en el texto
bíblico al que hace referencia (Sal. 90, 11) aparece en futuro:
mandabit (mandaré), y no en pasado: mandavit (mandó).
De todos modos podría tratarse de una adaptación del texto. En ese
caso traduciremos: "Dios te mandó a sus ángeles para que te
custodien en todos tus caminos".
UN CASO COMPLICADO: EL ESCUDO DE POTOSÏ
Más complicado es el
caso del escudo de la famosa ciudad boliviana de Potosí. Cuando los
españoles descubrieron el valioso yacimiento se erigió una ciudad, que recibió un escudo (1547) del emperador Carlos I, pero ese escudo fue
sustituido el año 1565 por el rey Felipe II. En ese escudo se
incluye las columnas de Hércules, características de la corona
española, con el lema PLUS ULTRA, es decir, "más allá" (en alusión a que el descubrimiento de América había permitido ir
más allá de lo que antiguamente se creía que era el final de la
Tierra).
En el s. XIX se descubrió una cédula del año 1575 con la que el virrey Toledo no creaba propiamente un tercer escudo sino que retocaba ligeramente los elementos y añadía un lema en latín al escudo de 1565. La comparación heráldica nos muestra que son los mismos elementos: una corona, bajo ella un águila bicéfala, un escudo con 5 elementos (2 torres, 2 leones y la montaña), dos columnas a los lados. Solo varía la posición del toisón de oro, que primero rodeaba el conjunto y en 1575 se dispone sobre el águila.
(Nota añadida 27/09/2016: en la Real Provisión dice: "... un águila ymperial con dos cabezas cortadas y una corona en medio de las dichas dos cabezas ....". Este pasaje de redacción ambigua ha dado pie a que se interprete que se trata de un águila decapitada, lo cual es una interpretación muy audaz, ya que el virrey Toledo quiere ennoblecer más a la ciudad y no avergonzarla, cortando las cabezas del águila bicéfala imperial que su escudo ya gozaba. Más probable creo que se debe interpretar que "cortadas" simplemente quiere decir "separadas", pues luego menciona que la corona va sobre las "dos cabezas", no dos cuellos decapitados).
La principal novedad es un lema latino, que cayó en el olvido hasta que fue redescubierto a finales del s. XIX.
En la Real Provisión del 2 de agosto de 1575 el texto latino dice así:
En el s. XIX se descubrió una cédula del año 1575 con la que el virrey Toledo no creaba propiamente un tercer escudo sino que retocaba ligeramente los elementos y añadía un lema en latín al escudo de 1565. La comparación heráldica nos muestra que son los mismos elementos: una corona, bajo ella un águila bicéfala, un escudo con 5 elementos (2 torres, 2 leones y la montaña), dos columnas a los lados. Solo varía la posición del toisón de oro, que primero rodeaba el conjunto y en 1575 se dispone sobre el águila.
(Nota añadida 27/09/2016: en la Real Provisión dice: "... un águila ymperial con dos cabezas cortadas y una corona en medio de las dichas dos cabezas ....". Este pasaje de redacción ambigua ha dado pie a que se interprete que se trata de un águila decapitada, lo cual es una interpretación muy audaz, ya que el virrey Toledo quiere ennoblecer más a la ciudad y no avergonzarla, cortando las cabezas del águila bicéfala imperial que su escudo ya gozaba. Más probable creo que se debe interpretar que "cortadas" simplemente quiere decir "separadas", pues luego menciona que la corona va sobre las "dos cabezas", no dos cuellos decapitados).
La principal novedad es un lema latino, que cayó en el olvido hasta que fue redescubierto a finales del s. XIX.
En la Real Provisión del 2 de agosto de 1575 el texto latino dice así:
CESARIS POTENTIA - PRO
REXIS PRUDENTIA - ISTE EXCELSUS MONS ET ARGENTEUS - ORBEM DEBELARE VALET
UNIVESISUNT.
Lo cual puesto en buen latín y libre de erratas sería: "Caesaris potentia - proregis prudentia - iste excelsus mons et argenteus - orbem debellare valet universum".
Lo cual puesto en buen latín y libre de erratas sería: "Caesaris potentia - proregis prudentia - iste excelsus mons et argenteus - orbem debellare valet universum".
Este es el diseño más fiable, que aparece en la obra de Mariano Baptista Gumucio, El Mundo desde Potosí. Nótese que dice: "valet universum". |
Existen varias
publicaciones que ponen valent, y además conservan el unive[r]sisunt, un término inexistente, fruto indudable de una errata, pero que se ha perpetuado, tal como vemos en la imagen de Wikipedia que vemos a continuación:
La traducción más común
y difundida de este lema es la que en 1943 propagó la "Sociedad Geográfica
y de Historia Potosí", la cual traducía así: "Por la
potencia del César y por la prudencia del rey este excelso monte de
plata fue descubierto ante el mundo todo".
Y en la citada obra de Mariano B. Gumucio, se ha traducido
así:
"El poder del
emperador así como la prudencia del rey y esta excelsa argéntea
montaña bastan para enseñorearse del orbe universal".
Ambas traducciones
fuerzan demasiado el texto. En la primera traducción se tiene que
alterar el verbo poniéndolo en pasivo (el monte fue descubierto);
mientras que en la segunda traducción ha multiplicado los supuestos nominativos
(potentia / prudentia / mons) y ha tenido que poner el verbo en plural para
salvar el sentido de la frase, que de todos modos queda endeble.
Analicemos la frase paso a paso. La palabra PRO REXIS es fácil ver que
se trata de una corrupción (común en aquella época) de PROREGIS = virrey, un término habitual en el latín colonial. No
es tan evidente en cambio decidir si DEBELARE se refiere a debellare
(conquistar, someter) o a develare (desvelar, mostrar).
Si traducimos el texto
tal como se nos ha transmitido, tenemos: como sujeto iste excelsus
mons et argenteus. Como verbo: debellare/develare valet. Y como
acusativo orbem universum. Con lo cual:
"Esta excelsa y
argéntea montaña puede mostrar/conquistar todo el orbe". Ya
que tiene mayor sentido "conquistar todo el orbe" que
"mostrar todo el orbe", descartamos esta segunda posibilidad.
Lo que queda de la frase sólo puede ser complementos circunstanciales : "con el poderío del emperador [y] la prudencia del virrey". Téngase en cuenta que en este contexto no es nada extraño que la conjunción "y" quede implícita.
Esta solución es la más sólida y respetuosa con el texto latino y explica mejor la presencia de dos títulos tan similares (Cesaris y rexis). Todo indica que se refiere a dos títulos y personas distintas: uno es Felipe II (Caesar = rey de España) y el otro el mismo virrey Toledo (prorex = vices regis = virrey), el cual visitó Potosí y dictó numerosas leyes para organizar mejor su explotación minera.
Lo que queda de la frase sólo puede ser complementos circunstanciales : "con el poderío del emperador [y] la prudencia del virrey". Téngase en cuenta que en este contexto no es nada extraño que la conjunción "y" quede implícita.
Esta solución es la más sólida y respetuosa con el texto latino y explica mejor la presencia de dos títulos tan similares (Cesaris y rexis). Todo indica que se refiere a dos títulos y personas distintas: uno es Felipe II (Caesar = rey de España) y el otro el mismo virrey Toledo (prorex = vices regis = virrey), el cual visitó Potosí y dictó numerosas leyes para organizar mejor su explotación minera.
Por lo tanto la traducción del lema
queda así:
"Con el poderío del rey y la sabiduría del virrey esta excelsa y argéntea
montaña puede conquistar todo el orbe".
El sentido de la frase
queda más claro si tenemos en cuenta que el verbo debellare
tiene la idea de vencer y con ello acabar una guerra, es decir, no
simplemente vencer una batalla, sino derrotar por
completo al enemigo. Por eso también se asocia con la idea de "pacificar", en cuanto al acabar la guerra, viene la paz.
Debemos recordar que en 1568 había estallado en el norte de Europa la llamada "guerra de los ochenta años". Felipe II tuvo que orientar lo mejor de sus tropas para sofocar esa revuelta, obteniendo triunfos iniciales, pero cuando la campaña se alargó, el dinero se convirtió en un elemento necesario para mantener las tropas y contratar nuevos mercenarios. Los envíos de oro y plata del Nuevo Mundo entonces eran ansiosamente esperados por una economía exhausta: España era dueña de media Europa y de casi toda América pero se hundía bajo el peso de sus problemas económicos, debido a las múltiples y costosas guerras en que estaba envuelta. Cuando la explotación y envío de plata desde Potosí se volvió regular, eso debió ser una esperanza para la Corona española. La "excelsa montaña" cumplió las expectativas, pero no se puede decir lo mismo de la sabiduría de los gobernantes, pues Felipe II dejó el reino en quiebra económica y sus sucesores no supieron impedir su declive como potencia.
Debemos recordar que en 1568 había estallado en el norte de Europa la llamada "guerra de los ochenta años". Felipe II tuvo que orientar lo mejor de sus tropas para sofocar esa revuelta, obteniendo triunfos iniciales, pero cuando la campaña se alargó, el dinero se convirtió en un elemento necesario para mantener las tropas y contratar nuevos mercenarios. Los envíos de oro y plata del Nuevo Mundo entonces eran ansiosamente esperados por una economía exhausta: España era dueña de media Europa y de casi toda América pero se hundía bajo el peso de sus problemas económicos, debido a las múltiples y costosas guerras en que estaba envuelta. Cuando la explotación y envío de plata desde Potosí se volvió regular, eso debió ser una esperanza para la Corona española. La "excelsa montaña" cumplió las expectativas, pero no se puede decir lo mismo de la sabiduría de los gobernantes, pues Felipe II dejó el reino en quiebra económica y sus sucesores no supieron impedir su declive como potencia.