martes, 20 de septiembre de 2016

Crónicas en los monasterios medievales


    Es bien sabido el importantísimo papel que jugaron los monasterios en la Europa medieval. En su búsqueda de soledad los pioneros del monaquismo occidental fueron colonizando nuevas tierras, especialmente en el norte de Europa, que habían quedado fuera o casi fuera del influjo de la civilización romana. A su paso fueron ganando nuevos pueblos para el Occidente cristiano. En torno a cada monasterio se labraron las tierras, se fundaron pueblos, se abrieron caminos y tendieron puentes, se dictaron leyes, se desarrolló el comercio, y en general se puede decir que los monasterios pusieron las columnas sobre las que se levantó una nueva sociedad y una nueva era.
    Tras el violento hundimiento del imperio romano de Occidente, el saber y la técnica también se fue perdiendo en el fragor de los sucesivos genocidios, éxodos masivos, destrucción del Estado y sus infraestructuras. Durante siglos héroes anónimos, amantes del saber, fueron recogiendo los fragmentos rotos, salvando y conservando los libros que contenían el arte y el saber antiguo. Y más tarde fue en los monasterios donde monjes anónimos se dedicaron a recoger, transcribir y conservar los fragmentos de la herencia antigua. Transcribieron la Biblia y los escritos de los Santos Padres, pero también salvaron para la posteridad textos clásicos de filosofía, historia, medicina, derecho y poesía.
    Es verdad que este copiar y conservar tuvo mucho de mecánico y de fetichismo del libro, es verdad que la gran mayoría de monjes que copiaba seguramente muchas veces apenas comprendía el sentido y el valor de lo que escribía. Pero esto debe computarse como mérito, pues muchos pueblos en distintas épocas, cuando no han comprendido algo, lo han destruido o lo han desdeñado; en cambio los monjes dedicaron mucho tiempo, dinero y trabajo en copiar y conservar obras cuyo valor por lo general solo podían barruntar. Las magníficas bibliotecas de los monasterios fueron como grandes baterías, donde se fue cargando y preservando el saber hasta que llegaran aquellos que supieron entender el saber, aprovechar la técnica y apreciar la belleza. Y ese trabajo de comprensión, creación y progreso empezó en la misma Edad Media que, a ratos de modo brillante, a ratos en silencio y con dificultad, fue gestando el Humanismo y la Edad Moderna.
    En el campo de la Historia, las crónicas de los monasterios fueron una novedosa forma de registrar los acontecimientos notables ocurridos en el monasterio, en los pueblos vecinos e incluso aquellos “sucesos internacionales” que llegaban a sus oídos. Así, década tras década, siglo tras siglo, las crónicas se convertían en la memoria del monasterio y la región y a veces un pequeño libro de la Historia mundial contemporánea a ellos. Naturalmente el valor de cada crónica lo da el talento del cronista. Hubo quienes se limitaron a unas tímidas líneas y otros que nos han dejado auténticos tesoros de información y hoy son valiosos instrumentos para conocer su época.

El monje Sigeberto de Gembloux entrega un ejemplar de sus crónicas al emperador. Miniatura en un ejemplar de finales del s. XV. BNF lat. 4994. Imagen de Wikimedia Commons.

Como ejemplo de una crónica medieval vamos a leer algunas líneas de la crónica de la famosa abadía benedictina de Gembloux (hoy en Namur, Bélgica). Su más famoso cronista fue Sigeberto de Gembloux, que falleció el 5 de octubre de 1112, y le sucedió como cronista Anselmo de Gembloux, octavo abad del monasterio. De este último vamos a leer algunas de sus primeras anotaciones.

Anselmi Gemblacensis Continuatio (MGH, Scriptores, SS 6, p. 375-376)
Año 1112.
1112.
Dom Sigeberto, venerable monje del cenobio de Gembloux, varón de incomparable ingenio en toda la ciencia de las Letras, escritor de las anteriores páginas de este libro de crónicas, murió el día 3 antes de las nonas de octubre, y nos dejó la perpetua amargura de su ausencia.
Domnus Sigebertus, venerabilis monachus gemblacensis coenobii, vir in omni scientia litterarum incomparabilis ingenii, descriptor precedentium in hoc libro temporum, 3 nonas octobris obiit, et nobis perpetuum merorem absentiae suae reliquit.

Año 1113.
1113.
El abad dom Nitardus fallece el día 2 antes de las nonas de febrero; a él le sucedió Anselmo como octavo [abad] del cenobio de Gembloux.
Domnus abbas Nietardus 2 nonas februarii obit; cui Anselmus octavo loco in gemblacensi coenobio succedit.
En la tercera feria de la semana de Pascua, el día 6 antes de los idus de abril, se incendió el monasterio de Prüm con todas sus dependencias, pero por providencia de Dios el tesoro y la biblioteca de la iglesia quedaron intactos.
Feria 3 hebdomadae paschalis, 6 idus aprilis, monasterium Prumiae crematur cum officinis suis, thesauro et bibliotheca aeclessiae per Dei providentiam durantibus illesis.
En la región de Bravante, el día 9 antes de las calendas de mayo, cerca de Tournai, cayó tanta nieve que incluso los bosques se congelaron.
In pago bracbatensi, 9 kalendas maii, circa Tornacum, nix tanta cecidit ut etiam silvas fregerit.
En el mes de agosto Balduino [I], rey de Jerusalén, con Roger, conde de Antioquía, marchó contra los turcos. Pero mientras Roger con su ejército se quedó junto a un río, el rey prosiguió con los suyos para explorar el avance de los turcos. Pero los turcos habían ocupado un monte, en el cual habían colocado [tropas] emboscadas en cuatro lugares, y a cada emboscada habían asignado cuatro mil jinetes. El rey fue rodeado por ellos de improviso, muriendo mil quinientos de los suyos, y él se libró con una deplorable fuga.
Mense augusto Balduinus, rex Iherusalem, cum Rogero, Antiochiae comite, contra turcos vadit. Sed cum Rogerus cum exercitu suo iuxta quendam fluvium resedisset, rex cum suis processit, ut adventum turcorum exploraret. Turci vero montem quendam occupaverant, in quo insidias per quatuor loca collocaverant, et in singulis insidiis quattuor milia equitum deputaverant; a quibus ex insperato rex undique interceptus, mille quingentis suorum interfectis, miserabili fuga est liberatus.
Los habitantes de Ascalón, sabiendo que no estaba el rey Balduino, asaltaron Jerusalén con una gran multitud; pero al no obtenerla, destruyeron una parte de la iglesia de San Esteban, situada fuera de la ciudad donde fue lapidado, incendiaron las cosechas, y así las estropearon.
Ascalonitae, cognoscentes abesse regem Balduinum, cum gravi multitudine Iherusalem assiliunt; sed non prevalentes contra eam, partem aecclesiae Sancti Stephani, extra civitatem ubi lapidatus est sitae, diruunt, segetes incendunt, et ita inefficaces redeunt.
Los turcos arrasaron por completo el cenobio de los monjes situado en el monte Tabor, y tras matar a los monjes y a todos los demás, saquearon todo.
Turci coenobium monachorum in monte Thabor situm funditus evertunt, et monachis cum reliquis omnibus interfectis, omnia sibi diripiunt.
El rey de Jerusalén, Balduino [I], toma por esposa a [Adelaida] la viuda de Roger, duque de Sicilia.
Rex Iherusalem, Balduinus, uxorem ducit relictam Rogeri, ducis Siciliae.
En Ravena y Parma, ciudades de Italia, llovió sangre en los campos y dentro de las murallas, en el mes de junio.
Apud Ravenam et Parmam, civitates Italiae, in agris et infra moenia sanguis pluit, iunio mense.



Año 1114.
1114.
El emperador Enrique [V] con gran boato de sus nobles y de todo el reino celebra el nacimiento del Señor en Maguncia, donde toma como esposa a [Matilde] la hija de Enrique [I], rey de Inglaterra.
Heinricus imperator cum magna optimatum suorum et totius regni gloria natale Domini celebrat Moguntiae, ibique uxorem ducit filiam Henrici, regis anglorum.



Año 1115.
1115.
En los idus de noviembre en un suburbio de Antioquía se abrió la tierra de noche, y engulló muchas torres y casas adyacentes con sus habitantes. Uno, que es de aquel pueblo, había emigrado con su mujer e hijos de aquel lugar; pero al volver, el terremoto engulló el lugar donde se había asentado.
Idibus novembris in suburbio Antiochiae terra noctu dehiscens, turres multas et adiacentes domos cum habitatoribus absorbuit. Quidam autem, ut est illud hominum genus, cum uxore et filiis de locis illis migraverat; sed in redeundo positum idem terraemotus absorbuit in loco quo erat.
El emperador Enrique [V], ya que pensaba que le estaba permitido todo lo que quería, se ganó grandes enemistades casi en todo el reino. Y ya que años antes había apresado con engaños al canciller Alberto y a otros príncipes del reino, y sin oírlos ni juzgarlos los había encadenado en prisión, otros muchos temían lo mismo. Por eso también Federico, arzobispo de Colonia, odiado por él, combatió con todas sus fuerzas contra él y contra sus partidarios; asalta los bastiones y castillos contrarios, y devasta a espada y fuego todos sus alrededores.
Henricus imperator, dum quicquid libet, licere putavit, magnas regni pene totius inimicitias comparavit. Etenim quia superioribus annis Albertum cancellarium et alios quosdam regni principes insidiose ceperat, et sine audientia et iudicio custodiae mancipaverat, aliis similia timentibus suspectus erat. Unde etiam Fridericus, coloniensis archiepiscopus, ab eo aversus, totis viribus insequitur eum et fautores eius; oppida et castella contra se posita impugnat, et omnia ad eum pertinentia ferro et igni vastat.
El emperador Enrique había prometido que celebraría la Pascua en Aquisgrán; y por eso, entre otros príncipes del reino don Roberto, obispo de Lieja, aguardaba ahí su llegada. Y uno de ellos, Arnulfo de Aarschot, mientras se frotaba las manos, ante el asombro de todos, sin herida alguna ni llaga de una úlcera, se vio fluir sangre de sus dedos. Este hecho, que fue considerado un gran portento, significaba la efusión de sangre humana por la indigna discordia entre el rey y los príncipes
Henricus imperator promiserat Aquis se Pascha celebraturum; ideoque, inter alios regni principes, domnus Otbertus, leodicensis episcopus, ibi prestolabatur eius adventum. Unus igitur eorum, Arnulfus de Arslot, dum manus suas confricaret, magno omnium miraculo, sine aliqua vulneris aut ulceris laesione, sanguis ab eius digitis fluere visus est. Quae res, pro magno portento habita, significabat humani sanguinis effusionem pro indigna regni et principum discordia.



Año 1116.
1116.
El emperador Enrique bajó a Italia por las violentas revueltas del reino, y sobre todo a causa de la marquesa Matilde [de Canossa], su pariente, que acababa de fallecer, para poseer la herencia que por derecho le correspondía.
Heinricus imperator in Italiam secedit propter asperos motus regni, et maxime propter marchisae Malthildis, cognatae suae, quae recens obierat, hereditatem quae sibi iure competebat optinendam.



Año 1117.
1117.
En el mes de enero, el día 3 antes de las nonas del mismo, en la cuarta feria, en algunos lugares, no en todas partes, hubo un terremoto, en unos más suave, en otros más violento, hasta el punto que se dice que destruyó parte de algunas ciudades con sus iglesias.
Mense ianuario 3 nonas ipsius, 4 feria, in aliquibus locis, sed non usquequaque, terremotus accidit, alias clementior, alias validior, adeo ut quarundam urbium partes cum aecclesiis subruisse dicatur
También sucedió que el río Mosa, [que corre] junto a la abadía que se llama Susteren, se llevó su fundamento, [y quedó] casi colgando en el aire.
Mosa etiam fluvius iuxta abbatiam quae dicitur Sustula, quasi pendens in aëre, fundum suum visus est deseruisse.
También en este año la ciudad de Lieja fue atribulada por muchas plagas.
Hoc quoque anno Leodium civitas multis plagis attrita est.